Veinte retratos a 20 años de Cromañón (parte II)
por Agustín ColomboFotos: Juan Pablo Barrientos
30 de diciembre de 2024
El fotógrafo Juan Pablo Barrientos retrató a 20 personas que sufrieron Cromañón. Sobrevivientes y familiares de víctimas. En cada rostro hubo un gesto que se repitió: los ojos cerrados, como un viaje hacia los recuerdos de aquella noche del 30 de diciembre de 2004.
Durante la realización del trabajo, en cada charla, también hubo una palabra que se repitió: lucha. No una lucha sólo en el sentido político o social para que nunca más vuelva a suceder, sino una lucha integral: desde la lucha contra la oscuridad y los sonidos de ese horror, hasta la lucha para levantarse de la cama, para intentar sanar, para que el Estado deje de revictimizarlos y para cerrar un ciclo.
La lucha para volver a vivir, 20 años después.
AGOSTINA
EL VALOR DE JUNTARSE
"Cuando fui a Cromañón tenía 19 años. Durante estos 20 años, la situación siempre fue muy complicada. Las recaídas son constantes. Por suerte tuve mucha contención de mi familia y de toda la gente que fue conociendo de la causa. Cromañón fue un antes y un después no solo para nosotros, los sobrevivientes y los familiares, sino para toda la sociedad argentina. No solo cambió la historia del país en muchos aspectos, sino que también atravesó a miles de familias de una manera muy dura y muy cruda. Estuvimos muy solos durante mucho tiempo hasta que tuvimos el valor de empezar a juntarnos y hablar de lo que nos pasaba. Yo rescato eso. Es una gran victoria hoy volver a abrazarnos entre quienes estuvimos ahí esa noche. Nunca vamos a dejar de luchar por la memoria de los que no están y por los derechos de los que nos quedamos".
SILVIA
EL DERECHO A PENSAR
"Soy la mamá de Julián Rozengardt, uno de los asesinados por el Estado y las corporaciones de empresarios de este país. Desde lo individual es intransitable. No se puede. O sea, uno debería irse a llorar a su hijo. Pero desde el primer día nos dimos cuenta de que el lugar era la calle y de que la manera era desde lo colectivo. Transitando en diversas agrupaciones, pensando cómo hacer visible esto que pasaba como familiar, tratando de juntarnos con sobrevivientes. El grupo que integro, Movimiento Cromañón, fue el promotor tanto de murales como del primer proyecto de expropiación que no prosperó en la Legislatura y que tuvimos que llevar a diputados y senadores. Somos quienes tratamos de cuidar el santuario junto a otros familiares sobrevivientes y somos quienes estamos intentando, cómo podemos, gestionar una unidad que nos permita pensar a todas las víctimas. No solamente a las de Cromañon, sino a las del supermercado Ycuá Bolaños, de Paraguay, a las de la discoteca Kiss, de Brasil, a las de la AMIA o las del taller clandestino. Tenemos derecho como víctimas a pensar y a reclamar. A las Madres de Plaza de Mayo les dijeron locas. Siempre está esta cuestión de que el dolor no te deja ver, pero a mí el dolor no me impide ver con objetividad que los pibes murieron por determinados motivos y que esos motivos hoy siguen. Y que en un momento en que el Estado está planteando retirarse cada vez más, estamos cada vez más expuestos a otro Cromañón".
JAVIER
UNA ZAPATILLA, UNA MITAD
"De aquella noche, además de un sinfín de recuerdos, sensaciones y memorias, me quedé con la ropa. Me asombra que las manchas siguen ahí, que no se van. También me quedé con una zapatilla. La otra habrá quedado adentro o no, no lo sé. Pero sí me gusta pensar en eso como un símbolo, de que no queda otra que seguir adelante, aunque sea con una sola zapatilla. Tenés que seguir caminando y si no podés caminar con las dos piernas, caminarás con una. Pero tenés que seguir. Ese par de zapatillas se partió y creo que es hasta poético. Una parte la tengo conmigo, es un recuerdo, es un testimonio claro de lo que fue Cromañón: su crudeza, su violencia, su horror. Y la otra quedó adentro, porque una parte de mí quedó ahí adentro. Es algo con lo que coincidimos muchos sobrevivientes. Que después de esa noche no somos los mismos. No quiere decir que seamos peores, simplemente no somos los mismos".
HERNÁN
MÁS VIEJO
"El 31 de diciembre amanecí viejo. Fueron muy complicados estos 20 años. Hice terapia, psicóloga, psiquiatra. Salvo ellas y mi familia muy poca gente comprendió hasta dónde llegó este dolor. Querían que fuese el Hernán de antes de Cromañón. Pero ese Hernán de 23 años quedó ahí adentro. El que vino después fue otro. Más viejo y no sé si más maduro".
DIEGO
SILENCIO
"Cuando recuerdo Cromañón, lo primero que pienso es un silencio. Después es memoria y después es el respeto por los familiares y por las víctimas. Por los que no volvieron, por las almas que quedaron ahí".
JUAN DIEGO
LA MEMORIA DE LA CULTURA
"¿Qué podemos hacer con nuestro dolor? ¿Qué podemos hacer con este vacío? A partir de lo que nos une, que es ser sobrevivientes y familiares –y quizás no solamente eso– empezamos a encontrarnos y a construir. Una ley de reparación, pedir una ley de expropiación para que Cromañón sea un sitio de la memoria. Participó dentro del Movimiento Cromañón, que es una organización que se gestó a través de una convocatoria de una sobreviviente. De repente nos empezamos a cruzar personas que ya nos conocíamos de otras actividades. Y empezamos a relacionarnos, a conocernos, a querernos y a partir de eso a construir la memoria. ¿Qué memoria? Que no se vuelve a repetir, la memoria de los chicos, las chicas, la memoria de todos nosotros. La memoria de la cultura, de qué es el rock, qué es la música, algo que nos movilizó y nos moviliza constantemente".
JUAN
LA BANDERA
"En esa vuelta de entrar y salir al boliche para buscar a mis amigos adentro y afuera, encontré la bandera que había llevado a Cromañón. Me gustaba tenerla colgada en mi casa, pero un día mi mamá y mi hermano me dijeron que quizás no me hacía bien tenerla. Desde ese momento la guardé, incluso la llegué a tirar, pero mi vieja la sacó del tacho y me dijo que la iba a tener. Ese dato lo guardé en algún rinconcito de mi memoria, y hace poco se la pedí: la tenía guardada porque sabía el enorme significado que tenía esa bandera para mí".
MARCOS
LUCHAR Y SOBREVIVIR
"Soy sobreviviente y me costó demasiado durante estos 20 años tener una estabilidad, tener fuerzas para seguir luchando. Pero creo que es la manera de mantenernos a nosotros y de mantener la memoria. Sirve la lucha para los chicos y para que la nueva juventud aprenda que en Cromañón hubo una masacre que nos duele, nos sigue doliendo y nos va a doler siempre. La manera de sobrevivir siendo sobreviviente a todo eso es con la lucha y con la justicia, que no nos llega nunca ni nos va a llegar porque los pibes ya no están".
SABRINA
PAÑOS Y CURITAS
"Creo que estos 20 años se resumen en la palabra lucha. Lucha no solo por los derechos vulnerados desde el momento cero, sino en una lucha también personal: desde algo tan simple como tomarse un subte, subir y pensar ‘che, si pasa algo acá cómo me bajo’ o entrar a recitales y ver dónde está el cartel de emergencia. Sueños, luz apagada, escuchar las sirenas. Es una lucha constante para mí y para mi familia también, que directa e indirectamente sigue sufriendo. No es algo que se pueda sanar. Tampoco creo en la reparación, porque una mamá que perdió un hijo, ¿cómo se repara eso? Nosotros que perdimos la juventud, que perdimos trabajos, que perdimos muchas cosas. ¿Cómo se repara? Pero sí intentamos ponernos paños, curitas y seguir entre todos nosotros, que somos los únicos que nos contenemos ante un Estado que siempre estuvo ausente".
JOSÉ
UN HOMENAJE EN EL BARRIO
"Soy de Isidro Casanova, del Barrio 17 de marzo. Aquella noche, del barrio habíamos ido 13 personas. Cuatro fallecieron, entre ellas mi hermano Hugo, que tenía 26 años. Nos habíamos juntado todos en lo de mi vieja como hacíamos siempre antes de cada recital y salimos desde allá. Nos tomamos el colectivo 180 hasta llegar a Plaza Once. Cuatro meses después de Cromañón empezamos a hacer la Plaza de la Memoria en el barrio. La hicimos junto al psicólogo social Alfredo Moffatt y su equipo. Laburamos sobrevivientes, familiares, vecinos y amigos para sellar nuestro homenaje a los cuatro pibes del barrio, pero después nos dimos cuenta que estábamos representando a los 194 y a los miles de sobrevivientes. Hoy, los vecinos están muy agradecidos de tener un espacio de recreación para los niños y también para quien quiera, pueda hacer un homenaje en el lugar".
Clickea acá para ver la parte I del trabajo fotográfico
Veinte retratos a 20 años de Cromañón (parte I)
El fotógrafo Juan Pablo Barrientos retrató a 20 personas que sufrieron Cromañón. Sobrevivientes y familiares de víctimas. En cada rostro hubo un gesto que se repitió: los ojos cerrados, como un viaje hacia los recuerdos de aquella noche del 30 de diciembre de 2004.
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