CABA: una ciudad que invisibiliza la locura

¿En qué estado se encuentra la salud mental en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires?

Hay un desmantelamiento de equipos en territorio, no se renuevan los cargos, hay reducción de los planteles de asistencia sobre todo en los consultorios externos y también un importante desmantelamiento de las redes de atención comunitaria. Estamos viendo un cambio de paradigma hacia una medicalización de todo el padecimiento psíquico.

¿Cuáles son los principales incumplimientos a la Ley Nacional de Salud Mental?

La no apertura de dispositivos intermedios y sustitutivos de los manicomios u hospitales monovalentes. Se incumple con la transformación del modelo intermedio y se continúa alentando dispositivos de internación en instituciones privadas, en desmedro de alternativas ambulatorias y de internación parcial. También hay un incumplimiento en la cantidad de camas de internación en hospitales generales y en establecer guardias psiquiátricas- psicológicas en todos los hospitales generales y centros de salud mental. No hay inclusión de trabajadores sociales; hay una vuelta a la jerarquización, ya ni siquiera del psiquiatra sino del neurólogo para abordar problemas de padecimiento y sufrimiento psíquico. Además se incumple con la habilitación de casas de medio camino y no hay una red de emergencias. Tampoco recursos humanos e infraestructura para internación parcial.

Nosotros defendemos la Ley de Salud Mental porque fundamentalmente es producto de un trabajo colectivo, fue el resultado de muchas generaciones que trabajaron y de muchas experiencias productivas en el país que reivindicaron los derechos de las personas con sufrimiento mental. Fue pensada y promulgada con eje en la dignidad de las personas y tiene un abordaje multidisciplinario. Es un cambio de paradigma porque pone a la salud mental en el eje de lo social y lo saca del campo de la enfermedad.

¿Dónde se ve concretamente el trabajo de desmantelamiento de parte del Gobierno de la Ciudad?

En el Hospital Alvear. Ahí la situación es grave. Se está programando una reconversión hacia un hospital de neurociencias. Se están dejando desmantelados los servicios y solo se está convocando a especialistas en el área de las neurociencias. No se renuevan las partidas presupuestarias para los recursos humanos de salud mental , por ejemplo en los consultorios externos en la medida que hay profesionales que se jubilan esas vacantes no se renuevan con profesionales del campo de la salud mental. Así los equipos de consultores externos pasan de una planta de 30 profesionales a 8. Por lo tanto un paciente que llega al Álvear tiene como única posibilidad terapéutica la medicalización y un turno para una consulta psicoterapéutica cuatro meses después. Así es cómo cuando llega a la consulta ya es un paciente medicalizado que solo va a las guardias a pedir la medicación sin ningún otro tipo de abordaje. Hay un corrimiento de paradigma hacia la enfermedad y los psicofármacos.  

¿La lucha es contra el poder de los laboratorios?

Estamos viendo un cambio de paradigma hacia mercantilizar todos las esferas de la vida. Ver los problemas de la vida como una cuestión solo de expertos. Los laboratorios inventan enfermedades para las cuales diseñan psicofármacos. Además de ellos están las corporaciones de médicos y la renta financiera.