Marcela Corbalan, compañera de Sandra Calamano, recuerda a la vicedirectora que murió tras una pérdida de gas en la Escuela N°49 de Moreno. También denuncia el abandono y la hipocresía del Estado que recién ahora da respuestas. “No vamos a bajar los brazos. Estas muertes no van a ser en vano”, promete.
Por Marcela Corbalan*
"Sandra, la super maestra, la persona con más vocación y más comprometida que conocí. La escuela era su casa y la transformó en la casa de todas. Es que ahí compartíamos todo: las risas, los llantos, las batallas ganadas y también las perdidas. Así somos las compañeras, así nos enseñaba Sandra con su ejemplo.
Compartimos tantas locuras. Como ese viaje a Tandil con los chicos y chicas de sexto que se pudo hacer porque nosotras le pusimos el corazón. Nos fuimos un 1° de mayo a buscar lugar para acampar, a ver excursiones, a comparar precios. Y volvimos y le dimos la sorpresa a los chicos. Y lo bien que la pasábamos siempre que salíamos de campamento. En las fotos ya se la ve, divertida, divirtiendo con sus locuras. Tan apasionada que los chicos la adoraban. En las fiestas de fin de año, haciamos sketch sin libretos, improvisando. Había que seguirla a ella, que sacaba cosas de la galera. Se extrañan sus locuras.
Da mucha bronca tanta injusticia e hipocresía de parte de las autoridades, de todos esos que nunca nos escucharon ni resolvieron nuestros problemas y ahora mandan a pintar y poner el colegio en condiciones. ¿Recién ahora vienen? Ahora que perdimos a Sandra y a Rubén. Ahora es tarde. Mientras pasan con las pinturas, los pupitres y los aires acondicionados nuevos; nosotras los miramos desde la plaza. Sí, porque estamos educando en las plazas, porque todas las escuelas de Moreno siguen sin sus edificios en condiciones.
Con Sandra siempre luchábamos por nuestros derechos, y no solo por salarios dignos para nosotras. También luchábamos por mejorar la escuela, por el gas, la luz y para que los pibes siempre tengan un plato de comida. Marchamos mucho nosotras. En la última marcha que compartimos le dije: ‘Che, yo termino cansada. Creo que estoy grande para ésto’. Y ella me retrucó: ‘Dale, Negra, dejate de joder. Si no luchamos nosotras por los pibes, ¡qué nos queda!’. Y me convenció. Ella era así, una súper heroína. Nuestra heroína, y la perdimos…
En estas semanas sin Sandra y sin Rubén pasamos por todos los estados, pero seguimos adelante. Esta tragedia se podía haber evitado. ¡Qué dolor nos da! Las cosas que naturalizamos durante tanto tiempo. No éramos conscientes del peligro. Ya no más. Dijimos basta.
Todo cambió para siempre. Perdimos a Sandra y a Rubén, que ya no van a estar pero nosotras no vamos a bajar los brazos. Estas muertes no serán en vano. Y no nos podemos caer. Tenemos que estar arriba para contener a nuestros pibes y luchar, siempre. Por Sandra, por Rubén y por los chicos y chicas que tenemos que educar para un mundo mejor. De eso se trata la docencia. Así nos enseñó Sandra".
*Maestra y compañera de Sandra Calamano en la Escuela N°49 "Nicolás Avellaneda" de Moreno.
Volver a la escuela sin Sandra y Rubén
La primaria 49 es una de las pocas escuelas que volvió a clases en Moreno, desde que explotó la desidia hace tres meses, y Sandra y Rubén perdieron la vida. Pero la tragedia despertó algo más que tristeza: toda una comunidad sigue en pie de lucha por la educación pública.
Las escuelas de Moreno están en emergencia
Denuncian fugas de gas, problemas eléctricos y malas condiciones edilicias. Ya perdieron la vida dos personas en la Primaria N° 49 y hoy una pérdida de gas alarmó a la Media Nº1.
“Mamá, voy a la escuela; no sé si vuelvo"
Miles de personas marcharon por las calles de Moreno para exigir justicia y educación digna, a un mes de la explosión que le quitó la vida a Sandra y Rubén, vicedirectora y auxiliar en la Escuela Nº 49. Víctimas del vaciamiento, son el faro a seguir de un pueblo fortalecido por la tragedia.