Rutas argentinas: el pozo de Sagastume y el país abandonado
por Agustín Colombo04 de septiembre de 2025
Accidentes, muertes evitables, cráteres en el asfalto y cero mantenimiento son la postal rutera de la motosierra de Javier Milei en infraestructura vial. El intento de cierre de Vialidad, los despidos masivos y la falta de inversión agudizan el drama. La síntesis de Entre Ríos, donde bomberos voluntarios debieron tapar un pozo con tierra ante los incidentes reiterados y la falta de respuestas.
Los incidentes viales en el kilómetro 144 de la Autovía 12, en el sur de Entre Ríos, se repetían con una frecuencia inédita. Fue en junio, antes de las vacaciones de invierno: los autos aparecían en la banquina, volcados, chocados. Personas heridas, accidentes graves y accidentes leves. La causa era casi siempre la misma: un tremendo pozo que había en el puente de hierro del arroyo Sagastume. Hubo llamadas y denuncias para alertar sobre eso. Pero ante la falta de respuesta de la empresa que debía trabajar en ese tramo de la Autovía, quienes salieron a taparlo fueron los Bomberos Voluntarios de Ceibas. Lo hicieron como podían: con los materiales que tenían a mano y con la tierra de los costados de la ruta.
El del puente de Sagastume no fue el único caso en una de las rutas más transitadas del país, que además funciona como el principal corredor del Mercosur al unir Uruguay, Brasil y Paraguay, y que tenía la licitación pautada para septiembre (aunque todo indica que se postergará). En el Cuartel de Ceibas cuentan que hace unos días, ya en agosto, un camión rompió el guardarrail a la altura de Brazo Largo. Pasan los días y el arreglo no se realiza. “Imaginate lo que puede llegar a pasar en el verano. No hay reposición de materiales ni bacheo mínimo para asegurar un mantenimiento de la ruta”, le dicen a Cítrica.
Los Bomberos Voluntarios –no solo los de Ceibas, sino todos– son testigos directos de la desidia y el abandono. En esa región del sur entrerriano, si el promedio de siniestros era de ocho por mes, ahora aumentó a “diez o doce”. Es el número a escala de un drama nacional: las rutas argentinas abandonadas por el Estado como consecuencia de la política de ajuste y motosierra del Gobierno de Javier Milei.

Golpes de efecto
La decisión del presidente de disolver la Dirección Nacional de Vialidad –el organismo encargado durante 93 años del mantenimiento de más de 40.000?km de rutas– y despedir a más de 5.000 empleados se dio en este marco. Como sucede con jubilados, con las personas con discapacidad y con tantos otros sectores, el Gobierno intentó darle su sello a este tema, probablemente porque lo leyó como posible tras la condena a la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, justamente en lo que se llamó la “Causa Vialidad”.
Sin embargo, más allá de golpes de efecto y estrategias políticas o comunicacionales, el drama de las rutas abandonadas empieza a convertirse en un drama también de salud, sobre todo en un país en que, en 2024, fallecieron en promedio 16 personas por día en accidentes viales, más de la mitad en rutas nacionales o provinciales (según datos de la ONG Luchemos por la Vida).
Los números oficiales son alarmantes: solo el 47.5% de las rutas nacionales evaluadas estaban en buen estado, mientras el 29% se encontraba en mal estado y otro 23,5% en condiciones regulares –lo que implica que hasta el 52,5% de la red nacional no cumple con estándares mínimos–.
En la provincia de Buenos Aires, más de la mitad de los tramos nacionales relevados también fueron catalogados como “malos”, con un 51,7% comprometido en su infraestructura. Y en Entre Ríos, el pozo en el paso del arroyo Sagastume no es la excepción, sino la regla: solo el 26,3% de los 2.018 kilómetros de rutas nacionales relevados en esa provincia fueron considerados “buenos”, mientras que un 43,9% se encuadra dentro de la categoría “malo” y un 29,7%, como “regular”.
El deterioro de rutas emblemáticas como la nacional 7 –que nace en el conurbano bonaerense y llega hasta Mendoza y el paso fronterizo con Chile– ejemplifica el colapso: se registraron demoras de hasta nueve horas y un aumento de choques en sectores relevados por el gobierno provincial. De hecho, el gobernador Alfredo Cornejo pidió el traspaso del control como emergencia ante la falta de obras.

Otra manera de tomar deuda
La desinversión de Milei en infraestructura vial es además una irresponsabilidad hacia el futuro económico. Porque si el ministro de Economía Luis Caputo endeuda al país con el Fondo Monetario Internacional, con bonos o con otras formas más o menos conocidas para quienes leyeron algo de Historia, el abandono de las rutas es contraer una deuda de una manera mucho menos visible.
De acuerdo a estimaciones de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), el costo de mantenimiento anual del sistema de rutas de la Argentina (nacionales y provinciales) es de 4.213 millones de dólares. Sin embargo, el costo de recuperación de la infraestructura actual en caso de no ser cuidada y mantenida, llega a los 40.773 millones de dólares. Dicho de otra manera: cada peso que el mantenimiento planificado y habitual que el Estado invierte en rutas debe multiplicarse por diez cuando no se realiza. La administración de Milei y Caputo podó esas erogaciones, pero lo que nadie dice es que en el futuro, reconstruir y arreglar los caminos de la Nación será mucho más oneroso.
Según lo que relevó el Instituto Argentina Grande, la inversión pública en rutas cayó, en promedio, un 82% en términos reales. En 2025 el gasto de capital sigue sin recuperarse: en el primer semestre se devengó un 75% menos en la red vial que en el mismo período de 2023 (variación interanual acumulada en términos reales). No hay que ser ingeniero para advertirlo: la infraestructura vial se destruye y deteriora muy rápido cuando no se invierte y no se planifica un mantenimiento acorde.
Muertes evitables
“Moriremos todos en las rutas argentinas”, lanzó como alerta desesperada la secretaria general del Sindicato Trabajadores Viales y Afines (STVyARA), Graciela Aleñá. Lo hizo en los días posteriores al cierre –ahora detenido por la Justicia– de la Dirección Nacional de Vialidad y de los otros organismos que trabajan en el sector, y también luego de que se registraran 11 personas fallecidas por incidentes en las provincias de Santa Fe, Río Negro y Santa Cruz.
En la Ruta Nacional 151, a la altura de Catriel, Río Negro, tres mujeres y una niña de una misma familia fallecieron al impactar de frente contra un camión. Viajaban en un Volkswagen Gol rumbo a General Roca, en medio de una tormenta de nieve. Vialidad Nacional, que se encarga de despejar las rutas en esos casos, no lo había hecho. “Señores políticos de la Nación Argentina, la desidia y el silencio los hace responsables”, lamentó la Asociación Civil de Fútbol Catriel.
El gobernador Alberto Weretilneck apuntó directamente al Gobierno Nacional: “El accidente ocurrido hoy en Catriel, en medio de la nieve, nos golpea profundamente. Hay víctimas, hay familias destrozadas, y hay una realidad que venimos denunciando hace muchísimo: el abandono de las rutas nacionales en Río Negro”, dijo a la prensa local. Y sentenció: “La desidia mata”.
En Chubut, la situación es idéntica: las rutas están tan deterioradas que ya afectan al turismo, sobre todo al interno, que se traslada de la zona costera –Comodoro Rivadavia, Trelew o Rawson– a la Comarca Andina.

Espantar inversiones
Transportistas y entidades del rubro logístico advirtieron este año sobre el encarecimiento de los costos operativos por esta razón: en rutas rotas, los camiones circulan a unos 40 kilómetros por hora. Las roturas multiplican los seguros y las demoras, que impactan directamente en el precio final de los productos.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa y FADEEAC señalaron que esta situación limita la competitividad agroindustrial y el comercio regional con el Mercosur. Incluso las mineras y petroleras de la zona cordillerana, que recibieron múltiples beneficios y atractivos por parte del gobierno de Milei, prefieren invertir en Chile por esta razón: la Argentina tiene un déficit severo en términos de logística e infraestructura.
Es algo que nadie en este Gobierno cruel y ciego está viendo. O lo que es peor: un sector lo ve, pero el triángulo de hierro que toma las decisiones, no le da importancia. En el informe titulado “Requerimientos de Infraestructura para el Desarrollo del Sector Minero 2025”, la Secretaría de Minería advierte que, por ejemplo en Salta, para avanzar en la explotación del litio es urgente mejorar las rutas.
La desidia y la motosierra sin la más mínima evaluación del impacto que eso conlleva también afecta a la inversiones que tanto desean desde que llegaron a la Rosada.


Prevención del embarazo adolescente, ¡afuera!
El gobierno de Javier Milei desmanteló el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), que funcionaba con éxito en varias provincias desde 2018. ¿Qué pasa cuando la quita de derechos es más costosa que la implementación de políticas públicas?

¿Ahora qué?
¿Cómo es posible que la ultraderecha haya llegado al poder a través de la democracia? Ya está. Pasó. Estos son algunos interrogantes para pensar la resistencia a lo que se viene. ¿Quiénes son los argentinos de bien? ¿Perdimos la batalla cultural? ¿Harán lo que prometieron? ¿Dirán lo que hacen? ¿Y ahora qué mierda hacemos nosotres?

Viva la libertá?
Preguntas para un futuro que ya llegó: ¿Y ahora qué? ¿Pasamos de una escuelita a la otra? ¿Resolverá algo? ¿Quiénes ganarán? ¿Quiénes perderán? ¿Hay más miedo que esperanza o más esperanza que miedo? Cuando uno se libera de sus ataduras y dice que ya no hay cadenas, ¿ya no hay cadenas?