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El violento oficio de fotografiar

por Revista Cítrica
21 de agosto de 2025

Trabajadorxs de prensa y reporterxs gráficxs se manifestaron en silencio y con imágenes del horror represivo frente a la sede del Ministerio de Seguridad. Exigieron la renuncia de Patricia Bullrich. No hay democracia sin libertad de expresión.

Esta tarde, trabajadores y trabajadoras de prensa, reporteros gráficos de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (aRGra), el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) e independientes marcharon en silencio frente al Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, para reclamar por las sucesivas y violentas represiones en las que son sistemáticamente gaseados, apaleados, apuntados al cuerpo con armas que se vuelven letales, y hasta arrestados sin motivo alguno más que el de querer realizar su trabajo, que es, básicamente, el derecho a informar. 

Las y los trabajadores de prensa se movilizaron con fotografías que aluden a la represión y consignas como “Expresión sin Represión”, ”Y a vos, ¿porqué te reprimen?” “¿Cuánta más violencia vamos a naturalizar?”, que levantaron a su paso por la cartera de Seguridad. 
En el momento de la protesta se estaba por desarrollar una conferencia de prensa de la ministra Patricia Bullrich, quien recibió al ministro del Interior de la República de Chile, para analizar los ocurrido ayer durante el partido entre Independiente y la Universidad de Chile. Ante el desconcierto de la protesta por parte de la ministra, la misma fue demorada. 

La violencia estatal comenzó al inicio del gobierno de Javier Milei, con el  protocolo antipiquetes, inconstitucional, nuevamente implementado por la ministra de Seguridad. Desde los debates por la Ley Ómnibus, a los miércoles en los que concentran las agrupaciones de jubilados (quienes también son reprimidos brutalmente cada semana), las agresiones de las fuerzas de seguridad son sistemáticas. 

El punto más álgido de la represión se dio el 12 de marzo pasado, con el disparo de una granada de gas lacrimógeno efectuado por el sargento Héctor Jesús Guerrero, de la Gendarmería Nacional, durante una multitudinaria marcha de jubilados que contó con el apoyo de las hinchadas de clubes de fútbol. El agente utilizó su arma de manera irregular, apuntando a la multitud, y el cartucho impactó en la cabeza del fotoperiodista Pablo Grillo, quien luego de varias operaciones sigue en un lento proceso de recuperación.

Pero Grillo no fue el único herido durante aquella jornada. También perdió la visión el hincha de Chacarita Jonathan Navarro, quien recibió un disparo antirreglamentario. El martes pasado, gracias al trabajo del Mapa de la Policía –que también aportó a la identificación del autor del disparo a Grillo– se identificó al agente de la Prefectura Naval Argentina, Sebastián Emanuel Martinez, quien disparó su rifle Byrna a tan solo tres metros de Navarro, apuntado a la cara del manifestante. 

Ya un año atrás, el 1 de febrero de 2024, Matías Aufieri había sido el primer herido de gravedad. Aufieri, asesor del bloque del Frente de Izquierda y abogado en causas por DD.HH,, participaba de las protestas en el Congreso en rechazo a la Ley Ómnibus y, así como Navarro, recibió un disparo en su rostro que le ocasionó la pérdida de un ojo.

En esta ocasión, el modus operandi fue orquestado por las divisiones motorizadas de la Policía Federal y de la Ciudad, quienes subieron con sus motocicletas a la Plaza del Congreso, disparando a mansalva a manifestantes y trabajadores de prensa. Luego procedieron a detenciones arbitrarias. Una cacería que se repite con asiduidad en las diversas manifestaciones, sobre todo durante los miércoles, cuando marchan los jubilados.

En ese contexto, nuestro compañero de Cítrica, Rodrigo Ruiz, fue baleado en la pierna en una redada policial contra fotorreporteros que hacían su trabajo en las afueras del palacio legislativo. La operatoria de intimidación continúo sistemáticamente, al punto de que nuestro colega fue también gaseado en diversas otras oportunidades mientras hacía fotos.

 

A pesar de los sucesivos actos de violencia y represión estatal, por parte de las Fuerzas de Seguridad al mando de Bullrich como Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Policía Federal y Policía de la Ciudad, la represión, la violencia y el ataque sistemático y constante a fotoperiodistas, camarógrafos y prensa en general son parte de una decisión política de un Gobierno que ve en la libertad de prensa una amenaza.

Un ataque que no cesa.