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Eran niñas II

por Cecilia Rodrigues (desde Misiones)
Fotos: Marcos Otaño
06 de octubre de 2020

El asesinato en Paraguay de las primas argentinas Villalba, de 11 años, abrió un conflicto entre ambos países. Estrategias mediáticas y políticas para desviar la atención del crimen y una familia que pide refugio en Argentina para evitar lo peor.

Luego de unos días de gran repercusión tras el asesinato de las niñas argentinas, el Gobierno paraguayo encontró otros sucesos para tapar mediáticamente el escándalo desatado.

Lo primero fue criminalizar a tres activistas que pintaron un monumento nacional en protesta por las muertes de María Carmen y Lilian Mariana Villalba a manos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).

Los medios dieron amplia difusión al hecho, escandalizándose por el vandalismo y la falta de respeto a los valores patrios, y la Fiscalía rápidamente imputó a las autoras con figuras legales que les pueden implicar hasta 10 años de prisión. Una de ellas, Paloma Chaparro, se encuentra detenida por el hecho. Sus dos compañeras se encuentran prófugas y Paraguay anunció que solicita su captura internacional. 

"Refugio político estamos pidiendo por la seguridad de mis nietos", dice la abuela de las niñas asesinadas.

Apenas una semana después de los asesinatos, el empresario agrícola Oscar Denis, también ex vicepresidente del Paraguay, fue secuestrado en la misma zona por una proclamada “Brigada Indígena del EPP”, que también se llevó a un peón rural, Adelio Mendoza, miembro del pueblo Pai Tavyterá. 

El hecho corrió totalmente el foco de la responsabilidad del Estado en la muerte de las niñas de 11 años y los medios alimentaron, otra vez, el relato de la criminalidad del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). La FTC se mostró renuente a ingresar al monte a buscar a los secuestrados, pero los pobladores locales sí lo hicieron y solo tres días después del secuestro regresaron con Adelio Mendoza vivo y en buen estado.

A un mes del “operativo exitoso” en el departamento de Concepción que terminó con la vida de María Carmen y Lilian, Oscar Denis permanece secuestrado y en Paraguay ya no circulan noticias vinculadas con los asesinatos de las Villalba.

 

En busca de refugio

Myrian Villalba Ayala es una de las mujeres de la familia que optaron por trasladarse a Argentina para dedicarse a la tarea de criar con algo de tranquilidad a sus hijes y sobrines, pero eso ya no es posible. Desde que las Fuerza de Tarea Conjunta asesinó a su hija Lilian y su sobrina María Carmen, la familia ya no tiene sosiego. Desconfían del accionar legal del Estado paraguayo pero también de la posibilidad de un accionar ilegal.

Uno de los temores de las adultas de la familia es ser imputadas por la Justicia paraguaya y que se solicite su extradición, lo cual asoma como una posibilidad cierta desde el inicio de la querella contra el EPP por el supuesto reclutamiento de niñas y niños. Pero también le temen a la posibilidad de ser agredidas en su domicilio, a pocos metros de la frontera.

A un mes de los hechos, en Paraguay ya no se habla de los asesinatos de las niñas de once años.

Myrian vive en Puerto Rico, Misiones, junto a su madre, Mariana Ayala de Villalba, y dos hermanas: Laura (mamá de María Carmen) y María Rosa. Myrian comparte su preocupación: “El mayor temor es que nos quiten nuestras criaturas. Ellos están haciendo campañas muy sucias en contra de nuestra familia y el objetivo de ellos es quitarnos a nuestras criaturas y obviamente meternos a nosotras presas”. 

“Se abrieron dos causas penales –refiere–: una es con relación a la ejecución de nuestras niñas, que está bastante paralizada, bastante confusa. Nuestra familia no tiene acceso a nada. La otra causa es la que se abrió contra los padres. No tenemos acceso a ninguna de las dos causas”.

 

La causa penal por la ejecución de María Carmen y Lilian le fue encomendada a la Fiscalía de Derechos Humanos del Paraguay, que recibió una denuncia formal realizada por la CoDeHuPy a partir de los crímenes. Dicha Fiscalía es criticada por su absoluta ineficacia en las persecuciones penales que debería promover.

Mientras tanto, todas las presentaciones realizadas por el Consulado Argentino en Asunción, en función de solicitar medidas para esclarecer los hechos, han sido rechazadas al igual que las presentaciones realizadas por la familia a través de la abogada Daisy Irala Toledo.

Uno de los pedidos que se realiza es la autorización para que el Equipo Argentino de Antropología Forense pueda ingresar a Paraguay a peritar los cuerpos. Esa medida es considerada fundamental para la familia, que no confía en la posibilidad de que se realice una investigación imparcial en el Paraguay, dados los antecedentes de absoluta impunidad en los crímenes cometidos por agentes estatales en aquel país. 

El Estado argentino tiene en sus manos proteger a la familia Villalba, en especial a sus niñas y niños.

Pero además de intentar seguir los avatares de las causas judiciales en Paraguay, las Villalba se decidieron a solicitar ayuda diplomática al Estado argentino: “Refugio político estamos pidiendo por la seguridad de mis nietos”, manifiesta la abuela Mariana, angustiada y presionada por los sucesos ocurridos en Paraguay, que la dejaron sin dos de sus nietas.

Habla sobre su relación con las criaturas: “Ellos son la razón de mi vida. Yo vivo, me levanto, les veo. A la noche también les estoy vigilando, les estoy controlando… Yo temo por la vida de ellos. Que nos saquen, eso no sé… Paso noches pensando qué va a ser de ellos. Son niños que se están preparando para la vida, dependen totalmente de nosotras. Ésa es nuestra vida, que estén bien alimentados, que crezcan. Que tengan esa seguridad que necesitan”.

Mariana agrega: “Queremos un futuro mejor para ellos. Merecen tener una vida mejor, un mundo mejor. No más guerra, un medio ambiente mejor, porque nosotros también dependemos de la naturaleza”. ¿Qué representa haber dejado Paraguay? “Nuestra vida siempre fue dura. Siempre estoy agradecida por recibirnos, porque era imposible nuestra vida allá, porque éramos perseguidas. Estamos muy agradecidas al pueblo argentino por recibirnos, pero ahora estamos preocupadas”.

Myrian hace un pedido a la sociedad y al Estado argentino: “Además de agradecer la solidaridad de todas las organizaciones, se necesitaría hacer una campaña solicitando que se nos dé el refugio. Eso sería una garantía para nosotros, porque en cualquier momento el Estado paraguayo va a solicitar la extradición de cualquiera de nosotros”. 

"El mayor temor es que nos quiten nuestras criaturas" 

La solicitud de refugio fue presentada a mediados de septiembre ante la Comisión Nacional para los Refugiados. El Estado argentino tiene en sus manos proteger a la familia Villalba, en especial a sus niñas y niños.

Si no lo hace, dejará a la familia a su suerte ante el accionar del Estado paraguayo, cuyas fuerzas de seguridad asesinaron a María Carmen y Lilian Mariana.

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Primera parte de la nota: versiones cruzadas, pedido internacional de justicia y la historia de persecución al campesinado.