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Virginia

por Revista Cítrica
17 de abril de 2015

El bahiense Mario Ortiz es docente de literatura, integrante de grupos de investigación, curioso nato, maestro de escritores y lectores. Aquí su poesía.

La ciudad del verano se vacía en invierno. 
Si tuviera que pensarla en una imagen 
diría que es un viejo que se ha encogido de reuma 
o una niña jugando con la ropa gigante de su madre 
y monta su teatrino en el momento ufano de la escena mayor 
niña primma-donna de la ópera imaginaria 
lady Macbeth con capelina como sombrero de mariachi

Vine a dar clase de Lengua y Literatura en la Escuela Media 
porque no conseguían profesor. 
Me dieron un departamento en un edificio completamente vacío, 
el ascensor funcionaría solamente para mí 
si no fuese que prefería la escalera para subir al 5° piso

Durante el invierno no importa verdaderamente 
que el sol salga y se ponga en el mar como dice la propaganda 
pero hoy levanto la vista de unos ejercicios de concordancia 
hacia la ventana que quedó abierta 
y veo a Lucianita con su abuelo sentados en la rambla 
envueltos en una frazada violeta mirando el atardecer

dos líneas rojas: el verbo señala a un sujeto explícito 
el mar violeta se funde con la frazada 
otro ejercicio de concordancia 
se ve poco 
alcanzo a señalar un sujeto elidido 
una penumbra morada comienza a invadir las cosas 
cuando prendo la luz la niña y el abuelo ya no están.

De Cuadernos de lengua y literatura volumen IV. El libro de las formas que se funden

Mario Ortiz: El maestro con cariño
Por Belén Iannuzzi 

Como dice el poeta y editor del sello Vox, Gustavo López, “Bahía Blanca es la ciudad de la Argentina con la mayor densidad de poetas buenos por metro cuadrado”. Y entonces en qué otro lugar de la galaxia podría haber nacido Mario Ortiz (1965), docente de literatura en escuelas y universidades, integrante de grupos de investigación, curioso nato, maestro de escritores y lectores. 
Ortiz considera que sus libros, seis volúmenes titulados Cuadernos de lengua y literatura (Al pie de la letra, Crítica de la imaginación pura, Tratado de fitolingüística, El libro de las formas que se hunden, son algunos de sus subtítulos), son ejercicios de escritura, reescritura y descubrimiento de las piezas del alfabeto y sus múltiples combinaciones, juegos, dibujos. 
La mirada de Mario Ortiz es sintaxis. Tipografía, linotipo, bicicleta, cacharrito para calentar el agua, la poética de Ortiz, espontánea, se vale de lo simple y cotidiano y se construye de modo épico.