Compartir

Santucho, más vivo que nunca

por Revista Cítrica
19 de julio de 2016

A 40 años del asesinato del líder del PRT, el recuerdo de su hijo Mario.

A Mario Roberto Santucho la Wikipedia lo define como un "guerrillero" argentino. Una descripción un poco más adecuada sería decir que fue el fundador del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Sin embargo, su hijo Mario prefiere recordarlo con una frase del escritor Witold Gombrowicz: "Era un hombre que en su cabeza tenía quimeras y lo más peligroso era que las podía llevar a la realidad".

A 40 años de su asesinato por parte de un grupo de tareas del Ejército argentino, su familia organizó un homenaje para reivindicar su figura en un contexto político muy alejado de sus ideas.

¿En qué momento de tu vida tomaste real dimensión de quien era tu viejo?
Yo me fui muy chico a Cuba, y allá estuve con dos amigos de mis viejos que fueron mis padres de crianza. Siempre, desde que tuve conciencia, supe que mi papá era una figura pública pero recién cuando regresé a Argentina en el 93, con 18 años, empecé a dimensionar la particularidad de la figura de mi viejo, lo que significaba para el país. En ese momento su figura estaba muy ligada a la lucha armada y a la violencia como camino inevitable. Lo que me pareció llamativo fue cómo a lo largo de los años ese concepto sobre mi padre fue cambiando. Poco a poco fue más reivindicada su figura. Aunque creo que no fue del todo digerida por muchos.

¿Por qué crees que sucedió eso, que siempre estuvo en un segundo plano?
Creo que se debe a la ligazón de su figura con un plano más radical de la política. Después de los 70, esos ideales de una revolución anticapitalista no han vuelto a surgir como una posibilidad concreta y efectiva de la política actual. Y eso hace que sea muy difícil reivindicar a un tipo como mi viejo. Acá hay dos posibilidades: o que estemos recordando lo que ya pasó y no vuelve. O –tal vez- que esa imagen perdure como una virtualidad que reclama también un compromiso por revivir la apuesta por una transformación más radical de la sociedad

En base a lo que fuiste reconstruyendo, ¿cuáles consideras que son las particularidades menos conocidas de tu papá? ¿qué le gustaba hacer?¿qué cuenta de él la familia?                
Yo no tengo recuerdos vivenciales de él. De las cosas que he podido reconstruir puedo decir que era un joven santiagueño, de una familia de clase media numerosa. Una familia singular porque el abuelo fue diputado radical en una casa con diferentes ideas políticas donde había pluralidad ideológica. Mi viejo era un tipo dado a la acción. Una de las frases más lindas y que mejor lo definen es de Witold Gombrowicz: él decía que mi padre tenía en la cabeza quimeras, y lo más peligroso era que a esas quimeras las podía llevar a la realidad. A mí me pegan mucho los pocos audios que hay de mi papá. Tenía una voz pausada, norteña, que contrasta bastante con el típico dirigente de la actualidad. El tono pausado lo caracterizaba a él. Era de discutir poco, en los momentos que hacía falta. No hablaba simplemente por hablar.

¿Qué los motivó a realizar un homenaje a Santucho hoy? 
No nos vemos motivados por los 40 años que se cumplen, sino más bien por el contexto en el que estamos. En este momento del país, se hace necesario recordar públicamente la figura de mi viejo. Habíamos hecho un homenaje hace 20 años, era un contexto muy diferente pero con conceptos parecidos. Cuando hacemos estos encuentros nos preguntamos qué significa, qué sentido tiene recordar figuras tan ligadas a la revolución, que dieron la vida por los proyectos, como mi viejo. Él tenía una idea de la política muy diferente. Hoy podemos rescatarlo y hacer otras lecturas, hacia otro mundo posible. Se pueden generar algunas comuniones políticas, que son las que nos pueden sacar de estas situaciones y de esta coyuntura política.