Sácame a pasear

por Revista Cítrica
18 de abril de 2016

El film ecuatoriano, que se presenta en el Bafici, nos invita a descubrir la historia de dos adolescentes enamoradas. Como trasfondo: el despertar de la identidad sexual en una sociedad prejuiciosa.

UIO: Sácame a pasear, de Micaela Rueda es na película con todos los clichés para ser encasillada en el género dramático: una historia de amor adolescente en Quito, que bien podría ser en cualquier ciudad capital de Latinoamérica. Y sin embargo logra romper el molde y mostrar cómo viven su sexualidad dos amigas que se enamoran. Aborda una temática centrada en el descubrimiento y en la atracción de dos mujeres que construyen su identidad en la adolescencia.

Micaela Rueda gráfica, con escenas sutiles, los prejuicios y estereotipos de la clase media ecuatoriana, la soledad de una adolescente que no encaja entre sus pares y la falta de diálogo con sus padres.

Sara es una joven quiteña de diecisiete años que está a punto de terminar el colegio. Le gusta el rock y los libros, es poco sociable, y disfruta de fumar cigarrillos a escondidas. El primer día de clases llega Andrea, una alumna nueva. Nace una amistad y se despierta un confuso interés que termina en un beso.

La irrupción de Andrea patea el tablero de la vida ordinaria de Sara; comienzan a compartir salidas y momentos. Dos mejores amigas para el mundo y una pareja de adolescentes enamoradas cuando nadie las ve.Todo es perfecto hasta que se encuentran con la mirada el mundo exterior. Las posibilidades de cruzarse a algún compañero de clase en la calle o que sus padres las descubran asustan a ambas. Viven con culpa el inicio de la sexualidad, como si no tuvieran derecho a elegir a quién amar y debieran rendir cuentas al dios de la heterónorma.

Rueda consigue generar la empatía necesaria para que el espectador vaya enamorándose junto a Sara y Andrea. “La película se construye en ese acercamiento, en la amistad y atracción que deriva ese encuentro de dos soledades. Es el despertar sexual con las búsquedas que surgen en la adolescencia; descubrimiento que configura una identidad alrededor del cuerpo”, detalló Rueda al referirse a la película que dirigió con el respaldo del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador.

Durante cuatro años los realizadores estuvieron enfocados en la búsqueda de fondos para financiar la realización y post-producción del filme. Y lograron una coproducción con Colombia, Cinema Co y México, a partir de un fondo que ganaron en los estudios Churubusco, para cubrir los procesos de posproducción. Ahora se exhibe en el BAFICI, el lunes 18 a las 16.30 en el Village Recoleta y el miércoles 20 a las 13 en el Village Caballito.

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