"Estas reformas responden a la visión ideológica del Gobierno"

Por Andrés Asiain*

El conjunto de estas medidas tiene que ver con un programa ideológico de este Gobierno, donde se apunta a bajar lo que el Estado llama "el costo argentino", que, mirado desde el otro lado del mostrador, es el ingreso del pueblo argentino. Este ingreso está conformado por el costo laboral, o sea, el ingreso de los trabajadores, al cual piensan bajarlo mediante la Reforma Laboral. El costo impositivo, el cual es el ingreso del Estado, piensan bajarlo mediante la Reforma Tributaria. Y el costo previsional, que es el ingreso de la Anses -es decir la plata de los jubilados, pensionados y asignaciones- lo piensan bajar con la Reforma Previsional. Las rebajas de aportes también están incluidas en las otras leyes. Todo este conjunto responde a una visión ideológica. Ellos piensan que bajando el costo argentino van a ser competitivos e insertarse en el mundo en forma exportadora. Y para eso hay que firmar acuerdos de libre comercio.

Sin embargo, el programa tiene dos escollos: por un lado, la resistencia de los argentinos a que les bajen el ingreso; y por el otro lado, a nivel internacional, existe un proteccionismo de las grandes potencias que no responde a este programa de Gobierno. Esto se vio en el fracaso de la Organización Mundial de Comercio, con la posición dura y proteccionista de los Estados Unidos y los retrasos en el tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, donde básicamente nos piden el país a cambio de nada. También se observó en el fracaso de las negociaciones con Estados Unidos: por vender 30 millones de dólares en limones perdimos 1200 millones de dólares en exportaciones de Bio Diesel.

 El programa del Gobierno divide al país en ganadores y perdedores, donde se baja el ingreso de los argentinos -llamado "costo argentino"- para ser competitivos, sube el costo al cual yo llamo ´anti argentino´, que es el costo financiero con las altas tasas de interés que benefician a los bancos y a los rentistas. Así como también el costo de los hidrocarburos y de todo el servicio energético, mediante la suba de tarifas. Y el costo de los alimentos, que sube cuando bajan las retenciones.

 De esta manera, la distribución del ingreso de los sectores ligados al mercado interno y al consumo popular pasa hacia los grupos exportadores, primarios, rentistas y financieros. Es un proyecto de país que, para avanzar y consolidarse, tiene que chocar con las restricciones de un mundo que no da amplias bases para este tipo de esquemas de desarrollo económico. E internamente, la resistencia de la población que es la variable de ajuste, porque sus ingresos son considerados un costo.

 Algunas reformas puntuales

La Reforma Previsional está vinculada con el consenso fiscal alcanzado con los gobernadores y también con la Reforma Tributaria. Tanto el consenso fiscal como la Reforma Impositiva le liman los ingresos al sistema de seguridad social y es por eso que el Gobierno votó ayer esta Ley de Reforma Previsional, que lo que hace es ajustar las jubilaciones, asignaciones y pensiones. Tanto el consenso fiscal como la Reforma Tributaria bajan sustantivamente la recaudación del Anses. En el caso del consenso con los gobernadores, se da porque dejan de coparticipar una parte del impuesto a las ganancias al Anses, la cual se la pasan a compartir entre María Eugenia Vidal, por compensación con el Fondo del Conurbano; y las demás provincias. Y esto también compensa en parte lo que resignan las provincias en materia de baja de los Ingresos Brutos y otros impuestos provinciales.

La Reforma Tributaria tiene programada una rebaja progresiva de los aportes patronales de las empresas, que implica que hacia 2020 caiga en un 12% o 15% los ingresos actuales del Anses. Lo único que le dan a cambio a la Anses es cierta participación del impuesto al cheque, pero no llega a compensar la pérdida de recursos por las otras dos medidas mencionadas.

La Reforma Impositiva tiene otros cambios que tienen que ver sobre cómo se distribuyen los impuestos internos. Se le bajan los impuestos a la electrónica, lo cual es un golpe muy duro para la industria de Tierra del Fuego. Lo que se negoció en este sentido es que sean de manera gradual, pero es prácticamente una sentencia de muerte lenta para todo lo que significa el entramado industrial en esa zona del país.  Además la reforma propone empezar a cobrar impuestos a empresas de servicios por internet al estilo Netflix, lo cual me parece que está bien porque tiene que ver con proveedores que antes no pagaban y el gobierno de yapa beneficia a empresas como Clarín, que a través de Cablevisión, y aún más desde Cablevisión Flow, compite contra ese tipo de servicios.

*Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (C.E.S.O.).