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OMS: El glifosato es probablemente cancerígeno para los seres humanos

CNCT
19 de agosto de 2015



CCM - Cooperativa de Trabajo COMARCAL DE MEDIOS ltda. 
Comunicación en todos los sentidos

Glifo ¿qué?
“Después de veinte años de cuerpos enfermos y voces silenciadas, ha llegado el momento de que la decisión política transforme las muertes causadas en un doloroso paso hacia una agricultura que priorice la vida por sobre la venta”, escribe el ambientalista catalán Gustavo Duch en su periódico digital “Soberanía Alimentaria”.
La afirmación de Duch encuentra cierto esperanzador fundamento, luego de que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC)-institución perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS)- declarara el pasado marzo que el glifosato es probablemente cancerígeno para los seres humanos y que provoca daños genéticos. Esta es la conclusión a la que llegaron diecisiete especialistas de once países, tras investigar la peligrosidad de este agente para la salud humana. De esta manera, el herbicida usado en más de 700 productos diferentes para aplicaciones agrícolas, urbanas y hogareñas ha sido reclasificado, ubicándose en la segunda categoría más alta relacionada con el cáncer.

El 21 de abril de éste año, el Honorable Concejo Deliberante de la localidad chubutense de Epuyén dio sanción a la ordenanza que prohíbe la venta y aplicación de glifosato en todo su ejido. El 3 de junio siguiente fue el cuerpo legislativo de El Bolsón (Río Negro) el que tomó igual decisión; y sólo 14 días después, el Concejo Deliberante de Lago Puelo se expidió en el mismo sentido: el agrotóxico más famoso,¿inició su éxodo de la Comarca Andina?.
“Hace bastante tiempo hubo una idea de exponer los agrotóxicos, y hay alguna ordenanza más antigua que los mencionaba como ?no amigables con el ambiente?, y que incluso sería mejor evitarlos; pero quedaron en menciones”, comenta Raúl García, concejal impulsor de la ordenanza que prohíbe la comercialización de glifosato en El Bolsón, y que agrega “este proyecto vino acompañado de un par de vecinos de la localidad que también estaban en esta lucha; y están en una lucha mayor, ahora: contra la producción de este tipo de productos, con firmas que dicen que están avanzando no en nuestro país, sino que tienen avance latinoamericano y mundial. Entonces los escuchamos, leímos lo que había hecho Epuyén, y nos dijimos que podemos hacer esto. Como el proyecto lo señala, este Bolsón nuestro fue conocido con el hecho de un eslogan, que terminó siendo quizás un parámetro a seguir, y que es ?A favor de la Vida?. En algún momento este eslogan se tomó por el tema minería; pero no nos podíamos sentir ajenos a esta convocatoria que tenían estos vecinos, y que decían “¿por qué acá no se prohíbe esto, que lo venden en algunas agroveterinarias?”

Desde el Origen
Se trata de una historia con su propia historia: durante el año 1987, un grupo de vecinas y vecinos de la localidad de Epuyén -organizados en el partido Frente de Epuyén- inició una cruzada a favor de la prohibición del uso y comercialización de una docena de agrotóxicos. 

“Una de las que pasamos fue la prohibición de lo que se llamó ?La Docena Maldita? (un selecto grupo de agrotóxicos compuesto por herbicidas, insecticidas y nematicidas, entre los que se encontraban los tristemente célebres DDT, Cloroformo, Paration, y DBCP). Y recién en 2001, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a través de una resolución que estos productos eran cancerígenos”, -narra Lucas Chiappe, miembro de aquel Frente, y reconocido militante ambientalista en la Comarca Andina-. “O sea, nos remontamos al inicio de esta pelea eterna para tratar que se impongan ciertos límites de lógica; y en respuesta a los que son los agrotóxicos que en Argentina son de venta libre”. Lógicamente, esta lucha se extendió hasta nuestros días: “Ocurre en el mes de marzo, que la OMS finalmente vuelve a clasificar al glifosato como cancerígeno. Ahí me pareció que era el momento de volver a aplicar lo mismo que habíamos hecho en aquel entonces, el principio de precaución (como mínimo). Entonces preparamos la ordenanza, fuimos al Concejo Deliberante, les expliqué de qué se trataba, y les mostré pruebas Óque hay a granel, obviamente-. Eso fue interesante, porque hubo un debate dentro del Concejo; les llevé un montón de información, videos, etc.; y eso fue a comisión, y dos semanas después me invitaron a la sesión en la que aprobaron la ordenanza. Lo que es destacable es que esta ordenanza fue aprobada por la totalidad del Concejo: por suerte, estas iniciativas pasan muy por encima de la ?partidocracia? horrible que nos está dominando”.

Usos y costumbres
Resulta inevitable relacionar al glifosato con las prácticas de fumigación en grandes extensiones sojeras, y ejecutadas desde pequeños aviones. Sin embargo, nuestra región no cuenta con este tipo de cultivos, ni con la disponibilidad de las mencionadas superficies. Entonces, ¿para qué se emplea, en estas tierras?
“Nosotros creíamos que uno de los lugares donde podría estar utilizándose era en los lupulares. Teníamos esa idea, porque es un lugar en el que en cierto momento no tiene que haber yuyos y esas cosas. Creíamos que eran los suelos más afectados por eso. Entonces, trabajándolo en el campo, no se está usando. Sí lo han utilizado para contener el sauce. Es decir, en estas zonas en las que necesitan el riego, se hacen canales. Y ha florecido el sauce en los cauces de esos canales. Entonces algunos, para evitar el crecimiento del sauce, han rociado con glifosato. La otra cuestión que notamos, y que encontramos que sí tienen uso, es en la producción de verduras, en esta localidad. Productores conocidos y reconocidos, se han hecho “acreedores” de esto que se vende, para sus ?luchas? contra los yuyos y las malezas”, nos cuenta el concejal bolsonésRaúl García. 

Por su parte, Chiappe afirma que “se ha utilizado para desmalezar, se ha utilizado para erradicar mosqueta, zarzamora; e incluso se ha utilizado para el sauce que crece a orillas del río Epuyén. Y a raíz de estos usos, ha habido gente en El Hoyo que ha sufrido reacciones feas, que ha terminado en el hospital”.

En esa misma dirección, consultamos a quienes protagonizan la actividad productiva en El Bolsón. Nelson Castrillo, miembro de la Asociación de Productores local, argumenta “que, por el planteo de la agricultura local, no se usan. A mí me parece que, con el planteo que tiene cada agricultor, y en lo que tiene que ver con la rotación de cultivos en su predio, el uso de estas síntesis químicas no tiene mucho sentido. Todos, en nuestras chacras, aplicamos la rotación. En este modelo, y en este sistema que planteamos los productores de la Asociación, cuidamos seguir esa línea. Hay una determinada organización y planificación dentro del predio que hace que este tipo de productos no se usen”

Control
La iniciativa de prohibición a la comercialización y el empleo de glifosato trajo aparejada una pregunta de orden práctico: ¿quién ejerce la responsabilidad de los controles?
Raúl García: “Este año se formalizó el trabajo de la Secretaría de Producción, que apunta a sostener las pequeñas producciones locales y rurales, pero que para que a esa producción la podamos seguir acompañando, tenemos que decirle ?bueno, lo vamos a seguir acompañando, siempre y cuando usted tenga una producción sana, y que no usen agrotóxicos?. Sería un elemento que, en un primer momento, se lo damos a la Secretaría de Comercio para que controle quien está vendiendo glifosato, y después hablar con los productores. Porque si alguien vende, es porque alguien lo consume. Y si ese consumo acá está culturizado - porque alguien lo usa para quitar mosqueta, o para quitar el sauce-, hay que hacerlo saber, porque mucha gente ni se entera de las normas. ¿Y cómo llegamos a estos lugares? Pues a través de ésta Secretaría de Producción, a través de la de Comercio; y, de última, a través del Juzgado de Faltas, que es el que debe hacer cumplir a quienes fueron fielmente notificados”.

De modelos y de males
1996, año que significó el libre ingreso de los paquetes tecnológicos desarrollados por Monsanto, Syngenta o Bayer -entre otros tantos laboratorios- a nuestro país. La aprobación de las leyes que articularon la implementación de estas iniciativas demandó un plazo realmente exiguo, y fueron sancionadas utilizando como base argumentativa los textos de investigación que los propios laboratorios habían desarrollado (sin siquiera ser traducidos al castellano). De este modo nada ortodoxo, se iniciaba un proceso de incremento exponencial de las superficies de tierra destinadas al cultivo de oleaginosas manipuladas genéticamente. 

La crisis político-económica de 2001 terminó por instalar a la soja en nuestro vocabulario cotidiano; y en consecuencia, a las prácticas que la rodeaban. Desde entonces, expresiones tales como “herbicida”, “agrotóxico” o “pool de siembra” se asociaron a nuestras vidas, poniendo en el centro de este escenario al que resultara ser el hijo pródigo del “exitoso modelo agro-exportador nacional”: el glifosato. Sin embargo, y más allá del creciente renombre de este biocida, ¿cuánto sabemos de él?
Lucas Chiappe: “Yo creo que lo importante de esto -más allá de que aquí no somos una zona sojera, obviamente- es que no tenemos que perder de vista el hecho de que el glifosato se está usando un montón: al ser de venta libre, y calificado por la misma gente que lo vende como algo ?casi inocuo?, se ha utilizado para un montón de situaciones, e incluso se ha utilizado muy mal. Y más allá de que no hayan salido a la luz, hemos tenido casos de gente que terminó intoxicada, con erupciones; e incluso, un caso en el que alguien se lavó las menos en un estanque, y los peces terminaron muertos. Digamos que no está tan claro en la mentalidad de la mayoría de la gente, que esto afecta más allá de lo que pueda pasarle a las personas”

¿Hijo único?
El ingeniero contuvo la respiración unos segundos, exhaló un suspiro largo, y se preguntó “¿qué ocurriría si terminamos prohibiendo todos los agroquímicos?”.
Hace algunas semanas se dio a conocer el resultado de un trabajo desarrollado por investigadores de la Universidad Nacional de La Plata: “Análisis del uso de agroquímicos asociado a las actividades agropecuarias de la Provincia de Buenos Aires”. En una de sus conclusiones, el informe reconoce “la utilización de productos que ya han sido prohibidos, como el Endosulfan, DDT (DicloroDifenilTricloroetano) o Dieldrin”. 

Apenas la cara (muy) visible de nuestras peores costumbres. Apenas el punto de partida, el inicio de una discusión profunda y despojada de intereses corporativos, si es que realmente estamos pensando en producir alimentos (los periódicos dicen que en éste mundo sobra comida).