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El camino de la resistencia indígena

por Estefanía Santoro
Fotos: Juan Pablo Barrientos
15 de abril de 2021

El Movimiento de Mujeres indígenas por el Buen Vivir, integrado por referentas de las 36 naciones originarias que habitan el territorio, inició una Caminata Plurinacional que abarcará 1900 kilómetros y atravesará todo el país. Denuncian el terricidio que atenta contra sus vidas y la madre tierra.

"Nuestros recorridos implican ofrendar nuestras cuerpas y sortear situaciones de violencia racista y machista, vamos eligiendo el rumbo guiadas por la fuerza ancestral. No es fácil, pero no estamos solas, nuestros ancestros y ancestras caminan con nosotras". Con esta premisa el 17 de marzo mujeres indígenas de los diversos territorios y comunidades iniciaron una Caminata Plurinacional desde distintas provincias del país, abierta a todas las personas que deseen sumarse, para reclamar que el terricidio que atenta contra la vida de la madre tierra sea considerado un crimen de lesa humanidad y lesa naturaleza. Denuncian el extractivismo que destruye los bosques nativos y la impunidad con que las empresas contaminan la tierra y el agua en connivencia con los gobiernos. La caminata de 1900 kilómetros culminará en la Ciudad de Buenos Aires el 25 de mayo, al cumplirse 211 años del primer grito de independencia del Estado Argentino que invadió los territorios indígenas.

Marilyn Cañio es werken (vocera) de la Lof Cañio, ubicada a 10 kilómetros de la localidad El Maitén en Chubut, es la quinta generación de su comunidad que resiste en su territorio frenando diversos proyectos mineros, inmobiliarios y turísticos. “Nuestro sostén en todos los sentidos es la tierra, si nos la sacan, nos matan”, aseguró Cañio. Ella forma parte del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, integrado por mujeres de las 36 naciones indígenas que habitan el país, se unieron en defensa de los derechos de las comunidades, para denunciar los atropellos y la violencia institucional que viven en sus territorios, el chineo: las violaciones a niñas indígenas del Norte de parte de criollos, el avance de empresas multinacionales que contaminan sus territorios, lo que denominan terricidio.

“Vamos a caminar con todas estas guerreras para frenar el capitalismo destructivo que nos va a matar a todes, no solamente a nosotres. Las comunidades estamos en la primera línea en los territorios y somos las más afectadas, nos contaminan y nos matan de diferentes maneras. Nos juntamos para resistir por la vida de los territorios que afecta al mundo entero. Los incendios intencionales que sucedieron en la Comarca Andina no solo me afectan a mí, si se quema el bosque nativo nos afecta a todes. Queremos hacer un llamado de conciencia al pueblo argentino porque el agua y el aire contaminado enferma a nuestres niñes”, ratificó Marilyn.

La población tiene manchas en los dientes porque el agua está contaminada con arsénico.

Kurumanta Escalada de la nación quechua y Aba Guaraní, vive en Genera Pico, La Pampa. Pertenece a la comunidad Ajayhu Pawha y también integra el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. Inició la caminata acompañada de su hijo de 14 años con la fuerza y la compañía espiritual de sus ancestras. “En lo personal esta caminata es como un primer grito de libertad, nuestros primeros pasos hacia la libertad. Significa unir fuerzas, caminar para sanar e ir encontrando en el camino a las demás hermanas que se sienten identificadas”, dice.

La familia de Kurumanta fue desplazada de su territorio, debieron asentarse de manera forzada en otras zonas despojadas de recursos. Sufrieron el desarraigo y fueron obligadxs a abandonar sus raíces. En su territorio, al igual que en las provincias del sur y el norte, el problema principal es el agua. “Mendoza con Portezuelo quiere cortar el paso del río. Es un proyecto que concentra todo el turismo, lo hacen sin mirar, sin importarle que están destruyendo a los hermanos Rankulche, que son quienes habitaron en este lugar." El Proyecto hidroeléctrico Portezuelo del Viento es una central hidroeléctrica que se construirá sobre el río Grande, principal afluente de El Colorado en Malargüe, al sur de la provincia de Mendoza, y que amenaza con utilizar agua de La Pampa.

"Las comunidades que están cerca del oeste pampeano tuvieron que emigrar hacia otros pueblos, los animales se morían de sed. Esa migración produjo también la pérdida de identidad porque en tu lugar tenés tu esencia, tus raíces, y cuando te vas tenés que abandonarlo todo, es un robo hacia la identidad. El otro problema es la contaminación, las vacas negras tienen el pelaje amarronado por el arsénico que tiene el agua que toman. La población tiene manchas en los dientes porque el agua está contaminada, tienen los dientes negros. Tengo amigas que tienen ese problema y nunca sonríen porque sienten vergüenza, también las afecta psicológicamente. Se hicieron protestas, pero nunca hubo una respuesta del Estado por eso esta caminata es para visibilizar este problema y mucho más”, relató Kurumanta en comunicación con Revista Cítrica, días antes de sumarse a la caminata.

La iniciativa de las mujeres indígenas es un llamado a la sociedad entera, un grito de auxilio y un pedido de solidaridad hacia esta campaña contra el terricidio, buscan concientizar a la población sobre la necesidad de un cambio de paradigma hacia el buen vivir, como ellas lo llaman, basado en la protección de los bienes naturales que existen en el mundo que habitamos: “Queremos que nos acompañen este 25 de mayo cuando estemos manifestándonos en Congreso, aunque no sea físicamente, que sea de forma espiritual, para que esa energía femenina que se levanta pueda hacer un cambio. Nosotras caminamos no solo por nosotras, sino por todo el universo, porque esta tierra que habitamos no hace distinción, nos da aire y comida a todos. Y de acá a unos años, si esto no cambia, no vamos a tener dónde vivir. Creo que hace falta esa unión, ese acompañamiento espiritual para hacer un cambio real, porque la plata, el poder, no va a servir de nada el día que no haya tierra", aseguró Kurumanta.

Noel Romina Naporichi pertenece a la nación Qom, actualmente vive en Rosario, nacida y criada por sus abuelxs en Juan José Castelli, ciudad del noroeste de Chaco. Ya en Rosario emprendió el camino de “lucha, fuerza y recuperación territorial” de su comunidad, así es como lo denomina. Ella transita los diferentes territorios para visibilizar que las naciones indígenas "necesitan la atención que nunca se les dio". Forma parte del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen vivir, es profesora de peluquería y coordinadora de espacios juveniles en centros comunitarios y privados de Rosario, comprometida además con la lucha antipatriarcal y antiracista.

La plata, el poder, no va a servir de nada el día que no haya tierra.

La caminata fue organizada por columnas que llegan desde distintas partes del país. La columna sur conformada por hermanas de la nación Mapuche partió desde la Puel Willimapu en Corcovado, Chubut, para continuar por los pueblos y ciudades de Esquel, El Maitén, El Bolsón, Epuyen, Furilofche, Dina Huapi, Villa La Angostura y Comallo.

El martes seis de abril las caminantes de esta columna denunciaron que fueron hostigadas por la policía de Río Negro, el mismo modus operandi que emplean las fuerzas para perseguir y criminalizar a las comunidades en sus territorios. Durante la noche un grupo de oficiales llegó al domicilio de Javier Mardones, sindicalista de Luz y Fuerza que acompañó la caminata, y le exigieron datos personales de las mujeres indígenas y lugar de alojamiento. Desde el movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir responsabilizaron a la gobernadora Arabela Carreras y a Osvaldo Tellería, jefe de la policía de Río Negro, por el hostigamiento y aseguraron que este amedrentamiento no impedirá que continúen su camino.

La columna norte partió el 17 de marzo desde Roque Sáenz Peña, en Chaco, son mujeres y niñxs de la Nación Qom y Diaguita y continuaron la caminata hacia Resistencia, Paraná, Cayastá y Rosario. A medida que la caminata se hizo visible en las distintas ciudades, se fueron acercando personas que de manera solidaria se sumaron a las columnas en apoyo a los reclamos y demandas de las mujeres indígenas. 

Noelia fue la encargada de alojar en su casa a las hermanas que se unieron a la caminata el miércoles 31 de marzo: “Hicimos un recorrido por Santa Fe, donde nos recibieron las hermanas del pueblo Mocoví y la comunidad Qom en barrio Las Lomas. Ahí estuvimos varios días, después fuimos a Paraná. También acompañamos una protesta en la calle, en la Avenida Ramírez Racedo, de unos vecinos autoconvocados que están exigiendo que no les saquen los árboles. Y finalmente llegamos a Cayastá a la comunidad de la hermana Marta González, del pueblo Mocoví.”

La referenta de la comunidad Mocoví Caiastas, Marta González, habló sobre el paso de las Mujeres Indígenas por su comunidad. Ella celebró el despertar y la lucha: “La mujer indígena siempre tuvo una idiosincrasia de ser muy sumisa, callada. Hoy por hoy es necesario que se tome en cuenta que si la mujer indígena, considerada sumisa y sin espíritu revolucionario, se levanta, camina y hace escuchar su voz, se tiene que hacer conocer”.

Organizadas, amplifican esta campaña de concientización también hacia el interior de las distintas comunidades indígenas que habitan el territorio y que no conocían la iniciativa. “Llevamos una propuesta que sea tomada desde el nivel personal y del ser ciudadano, salimos a caminar para decir basta de terricidio”, aseguró Noel.