Orietta Llauca es abogada y se postula a uno de los siete escaños reservados para la nación mapuche en la convención constitucional que realizará Chile para dejar atrás la constitución pinochetista. Habla de la defensa del territorio, las violaciones a los derechos humanos y la persecución judicial .
Hace más de 10 años que denuncia las violaciones a los derechos humanos cometidas en democracia, la corrupción sistemática entre las instituciones públicas, privadas y partidos políticos, y el modelo económico que profundiza la desigualdad en la sociedad chilena. Orietta Llauca fue candidata a diputada en 2013 y ahora se postula a uno de los siete lugares reservados para la nación mapuche en la convención constitucional, pero advierte: “No me siento la representante de mi pueblo, solo soy una defensora de la Ñuke Mapu”.
¿Cuál es el mayor conflicto que tiene el pueblo mapuche con el Estado chileno?
A mí no me gusta decir que nuestra nación está en guerra con el Estado chileno porque la verdad es que para que haya guerra tiene que haber una cierta igualdad de armas y herramientas. Lo que sí sucede es que enfrentamos constantemente el ataque militar, judicial y cultural de parte del Estado chileno a nosotros como nación. El objetivo de ellos es claro: hacernos desaparecer. Y lo hacen porque gran parte del Estado que tienen se encuentra establecido en nuestro territorio.
Chile vive en constante incertidumbre porque sabe que nosotros no nos vamos a cansar de reclamar la devolución de nuestro territorio; sabe que tenemos mucha claridad, argumentos jurídicos, históricos, culturales y espirituales que sustentan nuestra demanda hacia el Estado chileno usurpador. Queremos que nos devuelvan nuestro territorio, ese es el núcleo duro de nuestra lucha histórica. Nosotros no damos ninguna lucha sin el deber infranqueable, intransable, que tenemos como mapuche de defender y proteger a la Ñuke Mapu ('Madre Tierra).
¿Que Chile se proclame plurinacional no garantiza autonomía a la nación mapuche?
No, porque de ese modo el Estado chileno reconoce que en su territorio hay varias naciones pero sigue administrando él. Y nuestra historia no es esa. Nosotros somos nación, queremos la devolución de nuestro territorio porque queremos allí ejercer nuestra autonomía. Nosotros no queremos que el Estado chileno siga administrando nuestro territorio.
"Cuando el pueblo chileno quiso ejercer su derecho legítimo a la rebelión, nosotros nos solidarizamos con ellos y también salimos a la calle"
Hoy la devolución de nuestro territorio es una cuestión de vida o muerte. Porque si el Estado chileno sigue administrando nuestro territorio, la madre tierra va a terminar de fallecer. Es tarea nuestra recuperar nuestro territorio y la autonomía porque como mapuche tenemos que cumplir nuestro deber: ejercer la autonomía respetando la Ñuke Mapu, dándole los tiempos para su restauración. Y eso el Estado chileno no lo va a hacer, ni lo va a respetar. No reclamamos plurinacionalidad nosotros, ese es un concepto que puso en la mesa el Estado para resolver su problema.
Como abogada, ¿qué puede contarnos del comportamiento de la Justicia con lxs presxs del pueblo mapuche?
Ni la Justicia, ni el Estado, ni la Corte Suprema respetan nuestros derechos como ciudadanos de pueblos originarios. Mi experiencia en tribunales me dice que los jueces se comportan y resuelven de forma distinta cuando el acusado es mapuche. Los actos discriminatorios se repiten, los jueces se niegan a respetar los tratados internacionales que protegen nuestros derechos como ciudadanos de pueblos originarios. Los jueces actúan mecánicamente y condenan a los presos políticos mapuche. Y la Justicia hace caso omiso, pese a que sabe que muchas de las pruebas con las que se juzga a presos mapuche nace de procedimientos ilegales, incluso de montajes. Nunca tuvo el Estado chileno voluntad de cumplir los tratados internacionales. Si respetaran los tratados internacionales, no habría presos mapuche.
La situación jurídico procesal y penitenciaria de Facundo Jones Huala no es muy distinta a la de muchos lamiens que se encuentran hoy privados de la libertad por luchar, por nuestra reivindicación territorial y espiritual.
Ante el terrorismo de Estado que enfrentan los pueblos en Chile, ¿qué salidas políticas observa?
Esta es una cuestión política. El Estado solo encarcela y persigue al mapuche, la solución no pasa por los tribunales de Justicia. Así que la salida es el diálogo de nación a nación, donde debemos pedirle que respeten los tratados que firmó con la nación mapuche. Le exigimos al Estado chileno que se siente a dialogar con nosotros en igualdad de condiciones, que nos respeten como nación. Para nosotros, el Estado chileno no reúne las condiciones para ser nación, nosotros sí. De todos modos lo respetamos.
Una mapuche en la Constituyente
Chile se enfrenta a la posibilidad de cambiar la constitución creada en 1980, durante la dictadura de Pinochet; el desafío parece ser crear un nuevo pacto social donde, esas voces -históricamente negadas- podrían ocupar un lugar visible frente al sistema desigual en el que viven: el 15 y 16 de mayo se llevarán a cabo las elecciones de lxs constituyentes que delinearán la nueva Constitución de Chile.
Orietta se postula a uno de los siete escaños que ocupará la nación mapuche. Así lo decidieron en un trawün (asamblea), donde concurrieron autoridades ancestrales y espirituales de los territorios que componen el Wallmapu: comunidades de las regiones de Bío Bío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén. “Las comunidades del sur de Chile nos han entregado la responsabilidad de ir a defender a nuestra nación, a nuestro Pueblo, a nuestros territorios, y a la Ñuke Mapu en tal proceso”.
¿Qué significa el proceso constituyente para las comunidades mapuche en Chile?
Considerando el número reducido de escaños que se asignaron al pueblo mapuche no puede ser otra cosa que una amenaza. Somos muchos los que nos queremos restar de ese proceso porque no queremos ser legitimantes de esa nueva constitución para que después nos la apliquen con toda ferocidad en los tribunales.
"Desde el momento en el que en el pueblo chileno circula sangre mapuche, es un pueblo digno"
Pero como vayamos o no vayamos, este proceso se va a hacer igual, igual van a intentar imponernos su constitución; por lo tanto, considerando la amenaza, hay que ir como defensa. Como mapuche y abogada, entiendo que es una trinchera más a la que tenemos que ir, muy bien preparados, con nuestros argumentos y herramientas.Hay que ir sabiendo manejar el arma del Estado chileno y ese lenguaje chileno que es su ley. Tenemos que ser capaces de imponer nuestro derecho consuetudinario porque es la única forma de que este escenario jurídico chileno resulte mejor para nosotros. Voy a este proceso constituyente como defensora del pueblo mapuche y la tierra, no me siento representante. Yo voy a hacer lo que vengo haciendo hace 10 años por mi pueblo: defenderlo.
¿Cuál es la relación que tiene la nación mapuche con el pueblo chileno?
Distinguimos perfectamente entre el pueblo y quienes son sus detractores. El Estado chileno y su gobierno está integrado por gente que ha destruido y pretende callar al pueblo chileno. El pueblo chileno no es eso que está ahí arriba robándose todos los recursos, eso no es pueblo, eso es una manada de delincuentes. Nosotros somos respetuosos y nos solidarizamos con el pueblo chileno. Desde el momento en el que en el pueblo chileno circula sangre mapuche, es un pueblo digno.
Cuando el pueblo chileno quiso ejercer su derecho legítimo a la rebelión y a la autodeterminación, nosotros nos solidarizamos con ellos y también salimos a la calle. La participación del pueblo mapuche en la rebelión estuvo presente. En mi caso como abogada, tomé la defensa de personas para que la policía deje de torturar. Ellos también han aprendido a solidarizarse con nosotros, al vivir la peor represión policial, que es similar a la que ha tenido que vivir el pueblo mapuche en su historia.
A lo largo de toda latinoamérica son las mujeres originarias las que están al frente de las luchas. ¿También en Chile se vive de ese modo?
Es muy fuerte la intervención de la mujer. La mayoría de las defensas de la tierra están lideradas por mujeres. Cada vez las mujeres estamos más en la toma de decisiones al momento de definir las estrategias de cómo se van a llevar a cabo las defensas, de cómo se va a exigir al Estado que respete los derechos humanos, laborales y de las mujeres.
El machi Celestino Córdoba me dijo en una entrevista que tuvimos por teléfono, en su calidad de autoridad espiritual: este es el tiempo en que la lucha la llevan las mujeres. Los hombres deben ir tras ellas. En esta era la lucha la llevan las mujeres. Las mujeres estamos al frente de las luchas en toda Latinoamérica.
Considerando que todos los pueblos originarios de latinoamérica comparten la lucha por recuperar sus territorios, ¿se encuentran trabajando articuladamente?
Sí, se está articulando la formación de la unión de pueblos originarios porque necesitamos formar una organización internacional de los pueblos, de tal manera de posicionarnos ante los otros países como nación. De esa manera podremos llevar una defensa más contundente y unificada de la madre tierra y de nuestros derechos como pueblos originarios. Necesitamos organizarnos a los pueblos originarios de latinoamérica para hacer fuerza y exigir el respeto como pueblos originarios.
Nosotros como mapuche tenemos la obligación de ir despertando a cada persona que lleva sangre mapuche. Ese es nuestro trabajo: rescatar weichafe. Por eso es tan importante para nosotros lo que ocurre con la educación. El Estado sabe que cuando se enseña nuestro idioma se traspasa nuestra espiritualidad, nuestros usos. Eso es rescatar el espíritu mapuche en las personas y formar cultura weichafe para la defensa de la Ñuke Mapu .
¿Cuál es la relación con el pueblo mapuche que tiene su territorio del lado de Argentina?
Hay actividades, yo no he participado en ninguna particularmente pero no le resto legitimidad y valor. Valoro, respeto y aprendo de esas luchas. Estoy disponible para que en algún momento me convoquen, y cuando lo hagan allí estaré.
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