"Nos están sacando a nosotros que tenemos nuestros ancestros en estas tierras"

por Revista Cítrica
01 de marzo de 2022

Ezequiel Orquera, referente campesino de la UTT en Chaco, estuvo preso por defender su hogar frente al saqueo de empresarios que avanzan con topadoras y destruyen territorio ancestral y bosque nativo. “Si no tenemos tierra no vivimos”, denuncia. Testimonio urgente para entender lo que está ocurriendo en el Impenetrable.

“Encontramos alambres tirados, gente armada a caballo que había matado a burros en la zona y había amenazado a gente de la UTT de Buenos Aires que estaba acampando a 500 metros del predio en conflicto con los empresarios Fabián Polentarutti y Luis Alberto Polentarutti, en el paraje La Fidelidad. El miércoles 23 de febrero, cuando fui a hacer la denuncia, me detuvieron y esposaron sin ninguna prueba. Dijeron que yo había cortado el alambre, que había incendiado una casa y había entrado encapuchado, a mano armada, a destruir y amenazar a gente que estaba ahí adentro.

Ni siquiera me dejaron hablar por teléfono. El teléfono se lo di a un compañero -a quien también quisieron detener- para que difundiera la información. Él no tenía nada que ver con lo que pasó. Me llegaron informes para hacerme firmar un montón de cosas. Les dije que no tenía abogado. Estuve preso en la comisaría de Misión Nueva Pompeya. El calor era insoportable, me tuvieron sin tomar agua y comer hasta la noche. Alrededor de las dos de la mañana el jefe de Policía me llevó a su oficina para hacerme declarar, quiso grabarme con el celular, que yo diga que había sido el culpable de todo esto. Me presionó de muchas maneras, pero yo dije la realidad: que nosotros somos lugareños y no tenemos que ver con eso. Al otro día me liberaron.

Los empresarios Polentarutti nunca vivieron acá, no son de la zona. Entraron en mayo del año pasado, primero en un lote, hicieron un alambrado de 250 metros. Los denunciamos. Metieron una topadora con cadenas, que está prohibida, entraron rompiendo todos los bienes que tenía la gente que vivía ahí, incluso había animales vacunos. La zona es de bosque nativo, pero hoy en día, por la deforestación, nos quedó un monte virgen. Destruyeron candados, cadenas, portones. A mí me tiraron un kilómetro de alambrado. La Policía encontró las máquinas pero jamás los detuvieron.

Dicen que son dueños de esas tierras, que viven acá hace décadas, pero nadie los conoce. Dicen que son criollos y productores de la zona, pero no producen nada. Dicen que sus bienes y sus mejoras tienen 22 años, pero los árboles que usaron para hacer postes para sostener el alambrado todavía están verdes, con cáscara, ni siquiera llegan a tener tres meses. Son los palo santo y el quebracho colorado que cortaron de manera ilegal. Tienen una adjudicación de estas tierras que es del año 2000, que está vencida y jamás hicieron mejoras. Es una mentira. No se tomaron medidas. No los podemos frenar porque las autoridades no nos escuchan. La corrupción de las autoridades es muy clara, los cubren.

Mi abuelo nació acá, fueron los primeros pobladores. En estas tierras se defendieron los indios en el tiempo en el que los estaban matando. Hay mucha historia, sabemos que hay muchos cadáveres de indios que mataron. Ahora nos están sacando a nosotros que tenemos a nuestros ancestros en estas tierras. Nunca tuvimos una respuesta concreta del Instituto de Colonización, lo único que nos ofreció el gobierno provincial es reubicarnos en un predio de cinco mil hectáreas; pero a nosotros no nos interesa movernos a otra zona que no sea la nuestra porque vamos a perder todo. Jamás vamos a aceptar eso. No vamos a bajar los brazos.

"¿Por qué cuando ellos rompen nuestros alambres y matan nuestros animales no los detienen y a mí me detienen por defender nuestra tierra, nuestra madre, nuestra actividad de vida?".

A mí en el 2014 me tiraron una casa completa que era de cuatro por tres metros. Siempre hicieron daño. En un camión se llevaron las puertas, las ventanas, chapas y ladrillos. Nadie sabía quiénes eran, lo hacían de noche. No los pude denunciar porque no tenía los nombres específicos. Los negocios son las vinculaciones políticas, las autoridades son cómplices por dinero. Acá el robo de animales vacunos es normal. La familia Sarmiento también es cómplice. Es la misma gente de los Polentarutti. ¿Por qué cuando ellos rompen nuestros alambres y matan nuestros animales no los detienen y a mí me detienen por defender nuestra tierra, nuestra madre, nuestra actividad de vida? No tenemos más que eso. Si no tenemos tierra no vivimos. No tenemos laburo, no tenemos casa, es muy difícil.  

Sin tener apoyo de nadie nos sacrificamos sol a sol con cuarenta y cinco grados de temperatura cavando pozos de 15 metros de profundidad para sacar agua con baldes, para mantener nuestra producción, que ha bajado mucho. Nuestras tierras son altas y los reservorios de agua que teníamos -y nunca se secaban- comenzaron a secarse. Creemos que es por la deforestación. Hicimos notas al gobernador para que se hagan perforaciones pero nunca nos ayudaron. Nuestra vida no tiene descanso, nosotros no dormimos con aire acondicionado, con un buen techo de chapa y revoque. Nuestras casas son de paja, barro y madera. 

Acá las personas viven de la cría de animales, de la ganadería mayor y menor. No sembramos porque acá no llueve. En el paraje hay 60 familias, nadie tiene títulos de propiedad. Hay unos cuantos que tienen las cuentas canceladas pero nunca se les aprobó una mensura. Te dicen que pagues pero nunca progresás. A los gringos los papeles se los solucionan en una semana, a nosotros hace años nos tienen dando vueltas sin darnos resultados positivos para quedarnos tranquilos y vivir dignamente. Los gobiernos nos discriminan por ser campesinos, es lo mismo que hacían con los aborígenes. Es una pena sentirnos así. Defendemos como cultura lo que llevamos adentro y lo que somos. 

Tenemos que seguir luchando desde la organización, si perdemos las tierras perdemos todo. Si el gobernador Jorge Capitanich no nos escucha, iremos a nivel nacional. Para que se cumplan nuestros derechos humanos tenemos que cambiar nuestras autoridades, tanto en el Instituto de Colonización como en la Fiscalía de Nueva Pompeya, la Delegación de Bosques y la Policía. Tenemos que cambiar todos los organismos provinciales que están contaminados. No es fácil enfrentar esto con las autoridades porque cuando ellos quieran nos pueden detener y hacer cualquier cosa. Los gobiernos nos están sacando la vida. Hay que tomar medidas urgentes. 

Yo soy técnico en producción agropecuaria, tengo experiencia y recorrido. Tengo muy en claro y entiendo muy bien lo que le hacen a la gente campesina acá en la zona. Esto me ayuda a orientar a la comunidad. Yo soy hijo de campesinos, estoy dispuesto a luchar por ellos. Decidí quedarme para defender estas tierras. Con lo poco que tengo esta lucha la tengo que ganar”.

Ezequiel Orquera, referente campesino de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra) en el paraje La Fidelidad, en la localidad de Misión Nueva Pompeya, provincia de Chaco. 

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