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Cambiemos: la máscara del mal

por Horacio Dall'Oglio
17 de diciembre de 2018

Con motivo del cierre por decreto de cinco hospitales porteños (Muñiz, Ferrer, Udaondo, Curie e IReP), realizamos un recorrido por las políticas macristas, con la poesía de Bertolt Brecht como faro, y un resumen fotográfico de un 2018 pleno de luchas en salud.

Sobre mi pared hay una talla japonesa de madera.

Es la máscara de un demonio del mal, pintada en laca dorada.

Lleno de compasión observo

las venas hinchadas de las sienes, que revelan

el esfuerzo que exige ser malvado.

"La máscara del mal", Bertolt Brecht

 

Ya lo dijo Bertolt Brecht, ser malvado requiere un esfuerzo, un gran esfuerzo por parte de quienes nos gobiernan para hacernos creer que están ahí por nosotros y nosotras.

Un esfuerzo para que piquen sus mentiras de llegada de inversiones, de derrame y de felicidad, de segundo semestre, de luz al final del túnel, de lo bueno de nuestro sacrificio mientras ellos blanquean guita ilegal por millones.

Un esfuerzo para  endeudarnos de forma  insaciable, si es necesario a cien años, con el cuento del crecimiento y el desarrollo.

Un esfuerzo para  devaluar la moneda en tres años un 290 por ciento, y después hablar de "tormentas" y de que "pasaron cosas".

Un esfuerzo para bajarle el sueldo a jubilados y jubiladas, y decir "no sintamos culpa" por hacerlo.

Un esfuerzo para que en menos de tres años una de cada tres personas sea pobre.

Un esfuerzo para que en cada manifestación donde se juega el futuro del país, como pasó hace poco con el Presupuesto 2019, la plaza se llene de gases y de balas mientras en las casas (y en las panzas) el hambre apremia.

Un esfuerzo para vendernos el buzón de que la pena de muerte en manos de la policía va a traernos más seguridad, mientras sus políticas de ajuste y austeridad provocan el cierre de fábricas y la pérdida de puestos de trabajo a diario.

Un esfuerzo para quitarnos el Ministerio de Salud y convertirlo en una Secretaría del Ministerio de Desarrollo Social, enviándonos, sin ninguna máquina del tiempo, directamente a los años del pre peronismo.

Un esfuerzo para cerrar cinco hospitales especializados, cada uno con su propia historia, como son el Muñiz, el Ferrer, el Udaondo, el Curie y el IRep, y a la vez plantear la creación de un complejo hospitalario que mantenga "el valor simbólico histórico de cada 'Marca' de cada hospital"; es decir solo las "cáscaras" de los hospitales, sus "marcas", y no su capacidad operativa de hacerse cargo de buena parte de la salud pública, tanto a nivel de la Ciudad de Buenos Aires como de toda el área metropolitana.

Un esfuerzo para hacerse el boludo cuando te preguntan, a vos jefe de Gobierno, ¡por qué no incluís a Enfermería, Bioimágenes e Instrumentación Quirúrgica dentro de la Carrera Profesional de Salud!

De esta manera, con el mejor equipo de los últimos 50 años, queremos preguntarnos:

¿Puede un modelo de salud basado en los "gastos" ser un modelo de salud?; ¿cuál es el sentido de "hospitalidad" de un sistema de salud que ve en el paciente, en ese otro que arriba, un "gasto"?; ¿cómo les cabe a las autoridades ese dicho que se conoce en salud de que "el paciente más barato es el paciente muerto"?; ¿cuál es el concepto de salud pública para el macrismo?, ¿y el concepto general de salud?; ¿la salud se trata solo de incorporar tecnología a los centros de atención o hay algo más?; ¿puede alguien tener salud sin tener trabajo, sin tener un sueldo digno, sin llegar a fin de mes, sin tener un techo?; ¿puede alguien tener salud con represión?; ¿hay alguna relación entre salud,  bienestar y felicidad?; ¿cómo piensan lidiar desde el macrismo con la paradoja de administrar la vida y promover la muerte? En tiempos de incertidumbre, la única certeza es la profundización de la vieja injusticia y la resistencia de quienes no pensamos hacer silencio ni bancarnos la maldad ajena.