Este miércoles a las 21.30, una de las familias más representativas de nuestro folclore mudará su Carabajalazo al Teatro Opera. AquÃ, la charla que tuvieron con CÃtrica.
La inminente noche del Opera promete asemejarse al inolvidable recital en el Luna Park en el que se conmemoraron sus 40 años de música. Una noche que sin dudas tiene su espacio reservado en los anaqueles del folclore argentino.
Ustedes vienen peleándola en Buenos Aires desde hace mucho. Ahora, con toda la historia detrás, ¿pueden afirmar que es mucho más difÃcil para los que vienen de las provincias?
Musha: Totalmente. El primer recuerdo que tengo es la frialdad que hay cuando llegás a Retiro. Esa primera impresión te impacta. Es un cambio grande. Nuestra familia, cuando llegó a Buenos Aires, buscó un ámbito similar a Santiago, entonces se asentaron en Morón, en la zona oeste, donde hay muchos santiagueños. Era un lugar donde nos sentÃamos contenidos: habÃa calles de tierra, era un pueblito cerca de la gran ciudad. Y el domingo, de repente, se escuchaba música, meta chacarera, y se sentÃa el olor a las empanadas.
La sucursal santiagueña que representaba Morón para los Carabajal y para todos los que arribaban desde el norte, fue también el lugar donde empezó a correrse el rumor de su música. El talento sobraba. La plata, no. “No generábamos nada. Pero nuestros padres nunca nos dijeron 'ey, che, dejen la guitarrita y agarren un balde y una pala'. Y eso que nunca fuimos una familia acomodada económicamente”, cuenta Kali.
Cuti, el más veterano de los tres que charlan con CÃtrica, recuerda que con el tiempo, por la zona oeste comenzó a reconocerse el estilo musical de la familia, pergeñado y enseñado por AgustÃn y por Carlos, los dos lÃderes de la tradición. “Ellos nos enseñaron a rasguear la guitarra, a tener una visión sobre los temas, a cantar, a armonizar. Nunca fuimos imitadores de nadie. Nos enseñaron a avanzar despacito pero seguros, como buenos santiagueños”, remarca Cuti.
¿Qué se puede adelantar del concierto?
Cuti: Se va a dividir en cuatro partes. La primera será las canciones de este último disco, que se llama El Carabajalazo. Después tendrá su segmento Graciela y el dúo Cuti y Roberto, que cumplen 25 años de trayectoria juntos. Luego Los Carabajal, el grupo actual, cantarán y tocarán sus canciones más recientes. El último será un homenaje, un recordatorio donde estarán presentes los orÃgenes; recordaremos cómo se gestó esta historia, y cantaremos algunas canciones que tienen que ver con el recorrido familiar, para terminar en un patio santiagueño con bailarines, cantores y todo.
En ese final, el Opera se transformará, mágicamente, en un patio con tierra, horno de barro, olor a empanadas y, claro está, decenas de hombres y mujeres que bailarán y rasgaran sus guitarras hasta que el encanto de esta familia icónica de nuestra cultura popular lo disponga. Ya lo sabemos: el tiempo, por suerte, no es algo que les importe mucho a los santiagueños.
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