La Justicia condenó a 14 años de prisión a Isaías Villarreal por el asesinato de Luna Ortiz. La golpearon, abusaron de ella, la dejaron morir y aun así la causa no fue caratulada como femicidio. Su madre exige justicia.
“Para nosotros no hay dudas que fue un femicidio por el contexto en que murió mi hija Luna. Su cuerpo tenía signos de haber sido golpeada y abusada. La mataron por ser mujer y hubo muchas contradicciones en todas las declaraciones de los amigos y la familia del asesino Isaías Villarreal. Tuvimos que escuchar cosas espantosas, dijeron que corrían el cuerpo de nuestra hija porque querían tomar mate y les molestaba. Pero la Justicia caratuló la causa como abandono de persona porque la dejaron morir estando a dos cuadras de un centro de salud y condenó a Villarreal a 14 años. El fiscal y nuestra abogada habían pedido 18 años, nosotros esperábamos una pena mayor y principalmente que se reconozca que fue un femicidio. Esta sentencia, para nosotros no es justicia, la investigación fue muy lenta, recién el último día del juicio llegaron los resultados de ADN, después de que los exigimos durante dos años porque eran una prueba fundamental para esclarecer quiénes habían participado.
Cuando Luna apareció muerta en la casa de Villarreal no nos dejaron ir a reconocer el cuerpo, estuvimos días esperando, el fiscal primero nos dijo que estaba en San Fernando después en Pilar, nos mandó a un montón de lados y el cuerpo no estaba y después me lo entregaron en una funeraria. Eso no se investigó, quedó en el olvido, los jueces solo se abocaron a dar una sentencia al acusado, lo sabían, pero no lo tuvieron en cuenta. Hablando con otras familias que pasaron por lo mismo que nosotros nos enteramos de que estas situaciones se repiten en muchos casos. Para nosotros este juicio ya estaba preparado para que termine así, muy forzado, como que nos tiraron un hueso para conformarnos y condenaron a uno solo.
Para nosotros no hay dudas que fue un femicidio por el contexto en que murió mi hija Luna
Ahora estamos esperando el juicio de Pablo Paz, amigo de Villarreal imputado por abuso sexual con acceso carnal, estamos pidiendo prisión preventiva porque este tipo está suelto y ya se pudo comprobar que abusó de Luna. Incluso el declaró que tuvo relaciones con Luna, pero contó su versión, con un relato muy aberrante donde dijo todo lo que le hizo, pero nunca mencionó que Luna en ese momento estaba inconsciente. A partir de la autopsia y las declaraciones de otros hombres quedó constatado que a esa hora Luna ya estaba inconsciente. Lamentablemente Luna ya no está para poder defenderse, pero mientras declaraban pisaban el palito porque cuando el juez preguntaba no sabían qué responder, ahí todos se dieron cuenta de que estaban mintiendo y que hubo un pacto de silencio entre todos los hombres que participaron. Los mismos familiares que declararon, una prima y una tía de Villarreal dijeron que habían visto el cuerpo de Luna, que estaba tirado en un sillón, los jueces no lo podían creer. Ahí hubo muchas contradicciones; una dijo que estaba tapado, otros dijeron que no vieron el cuerpo. Después apareció Pablo Acosta quien declaró que Villarreal le pidió que lo ayude a correr el cuerpo porque quería tomar mate con su tía en el sillón”.
Este es el relato de Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz, la joven tenía 19 años cuando salió de su casa en el barrio de Benavidez para asistir a una entrevista de trabajo el 2 de junio de 2017 y nunca más regresó. Al día siguiente la madre recibió un llamado de la policía donde le informaron que habían encontrado a su hija sin vida en la casa de Isaías Villareal, un hombre que vivía en otro barrio a siete cuadras de distancia del domicilio de Luna. Luego del llamado, la familia pidió ir a reconocer el cuerpo, pero les fue negado; días después la policía lo entregó el cuerpo en una funeraria, bañado y maquillado. Cuando la madre y el padre de la adolescente lo vieron se dieron cuenta de que su hija había sufrido violencia, tenía moretones y golpes.
Tuvimos que escuchar cosas espantosas, dijeron que corrían el cuerpo de nuestra hija porque querían tomar mate y les molestaba
Luna fue secuestrada por un hombre que la intercambió como mercancía, le suministraron drogas, alcohol hasta dejarla inconsciente, la violaron, la golpearon y luego desecharon su cuerpo en la propia casa del principal acusado. Hay varios hombres implicados que durante dos años firmaron un pacto de silencio, los machos, los femicidas, los violadores se fueron cubriendo uno a uno con un común acuerdo: convertir a Luna en la responsable de su propia muerte.
El 25 de abril finalizó el juicio, sin perspectiva de género, atravesado por la mirada de la justicia patriarcal. Una vez más no se tuvo en cuenta ni se investigaron las circunstancias en las que falleció una joven, el ensañamiento y la violencia que sufrió hasta perder la vida. Aun habiendo pruebas suficientes que demostraban que se trataba de un femicidio, el fiscal Marcelo Fuenzalida caratuló la causa como “abandono de persona seguida de muerte y suministro de sustancias estupefacientes a título gratuito” sin considerar los golpes, signos de abuso sexual y el contexto en el que fue asesinada.
Desde el comienzo la investigación estuvo plagada de irregularidades, amigas, amigos y familiares de Luna denunciaron que cuando solicitaron las filmaciones de las cámaras de seguridad donde se vio a la joven por última vez, les fueron negadas, tanto por el Fiscal Marcelo Fuenzalida, cómo por el Intendente de Tigre, Julio Zamora, porque según informaron las imágenes habían sido borradas justo en un municipio que cuenta con mil ochocientas cámaras de seguridad. Sus familiares afirman que “en la única grabación que se consiguió muestra a Luna, casi desvanecida, siendo llevada a la rastra, saliendo del casino de Tigre y entrando a la villa “Garrote” por Isaías Villareal.
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