Willy Quiroga nos cuenta cómo hizo para convertir a Vox Dei en la banda argentina de rock que más tiempo ha durado. Anécdotas con B.B King y el flaco Spinetta. Ahora quiere cantarle al Papa.
Antes el mundo era diferente y las personas olvidamos, al menos eso piensa él que es tan sólo un hombre. Hoy pocos recuerdan cómo era la movida en Argentina, cómo era la música cuando ellos eran jóvenes y cada uno tenía un rostro diferente: Manal, Almendra, Los Gatos, Tanguito, Miguel Abuelo, Vox Dei.
De todas maneras, gracias a la música dice que aprendió grandes cosas y que por eso, no se puede quejar. Se permite asegurar que nadie puede a través de una bola de cristal ver lo que le va a pasar en un futuro aunque éste ya cuente con cincuenta años de historia encima. Wilfrido Aníbal Willy Quiroga sigue en “esa movida” de antes, viviendo la vida que “jamás soñó”: continúa siendo el miembro fundador, bajista, cantante, y autor de varios de los temas de la banda que fue, es y será su grupo hasta que sea un ídolo vencido.
“Yo era dibujante pero podría haber sido bombero o astronauta”, reflexiona quién acaba de cumplir 76 y permanece líder de Vox Dei. Ese Willy que mantiene las mismas creencias de su juventud, ese mismo que confía en los diferentes caminos que nos depara la vida y sigue fiel a las decisiones que lo hicieron llegar hasta acá. Ese mismo autor de la pregunta en frase: “¿Qué es lo que espero para empezar a vivir el tiempo que el destino da?”
¿Esperas vivir algo más luego de 49 años de trayectoria?
Mirá, aparentemente hasta el Papa Francisco conoce La Biblia. Estoy convencido de que no existe banda alguna que tenga mundialmente un disco conceptual de ese carácter y creo que por eso nos mereceremos tocar todos los temas frente al Sumo Pontífice y el mundo entero. Sería el mejor premio. Hasta me lo imaginé el recital: pondría dos pantallas en las que se proyecten los subtítulos de las letras del disco en diferentes idiomas mientras nosotros tocamos en vivo.
¿Existe la fórmula del éxito?
Yo creo en la música de Vox Dei y creo que lo que hacemos no está mal. Son 49 años de trayectoria como grupo de rock y todo gracias al trabajo de aquellas personas que también participaron en la banda, sobretodo los primeros compañeros con quienes compusimos las primeras letras. No es que nosotros seamos Superman. Creo que siempre hace falta una pequeña cuota de suerte pero cumplir casi cincuenta años es todo un mérito. No hay ninguna banda de rock nacional que haya durado tanto.
¿Por qué entonces crees que Vox Dei todavía perdura en el tiempo?
Hay mucho trabajo detrás y la gente se olvida que pasaron varios por esta banda que nos ayudaron a que Ricardo Soulé y yo siguiéramos con esto. Además de los aportes de todos, desde mi punto de vista contribuye el sentido de las letras que compusimos: son claras, atemporales, algo que fue una locura pero que nos propusimos desde un principio. Las palabras tienen un sentido muy profundo y según cómo se las use pueden significar algo u otra cosa. Nuestro mensaje siempre fue de calma, de aguante, de no bajar nunca los brazos. Todo eso rindió fruto; sumado a que las personas nos siguen desde siempre compraron discos y entradas a recitales, algo fundamental también. La gente nos es leal y nosotros a ellos.
¿Podría decirse que para un músico el público va primero?
Claro. Es un consejo que me dio B. B. King y que adopté. Yo dejé el alcohol, bueno, a veces me tomo algún que otro whisky pero busco no subir borracho al escenario como hacía de joven. No fumo hace años porque tengo que cantar. La gente espera de mí, de nosotros, el cien por ciento. Por esto también en su momento, -antes de grabar con Mandioca su primer disco, “Caliente”-, decidimos dejar de cantar en inglés para cantar en castellano. Algo que también nos había aconsejado Luis Alberto Spinetta una vez que nos fue a ver al Teatro Payró. No fue equivocado el cambio, comenzamos a utilizar el propio lenguaje para comunicarnos y así también el público empezó a entender lo que decíamos.
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