Un partido que no se puede perder

por Mariano Pagnucco
01 de julio de 2018

Crónica de la eliminación de la Selección argentina desde las puertas de Télam, donde 357 trabajadores y trabajadoras despedidas colocaron una pantalla gigante para seguir el partido y acompañar una lucha que saben que será larga.

En la mañana gris de Buenos Aires, algunos transeúntes apuran el paso con el paquete de la panadería en las manos y el tránsito vehicular fluye sin complicaciones, incluso en la siempre caótica avenida 9 de Julio. La voz exaltada del "Pollo" Vignolo, que anuncia que está por salir la Selección argentina a la cancha, rebota en los adoquines y en las fachadas antiguas de San Telmo.

La avenida Belgrano está cortada entre Defensa y Balcarce. En esa cuadra, en el número 347, funciona la agencia nacional de noticias Télam. Pero en esta jornada deportiva de interés nacional, la principal actividad periodística de Télam no sucede puertas adentro del edificio de once pisos, sino en la vereda y en la calle. Desde el sexto piso desciende colgada una larga bandera horizontal que dice "No a los despidos. Reincorporación ya".

En la fachada de vidrio de la planta baja se repite la consigna y también hay pegadas decenas de fotos con caras de hombres y mujeres de distintas edades. Son los rostros de una realidad que también tiene tono mundialista: el martes 26 de junio, cuando Argentina debía jugar contra Nigeria para definir su suerte en el Mundial de Rusia, las autoridades de Télam avanzaban con el despido de 357 trabajadores y trabajadoras de diversas áreas de la empresa.

La modalidad de desguace de la principal agencia noticiosa pública fue curiosa: algunas personas se enteraron por declaraciones periodísticas de Hernán Lombardi, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, mientras que otras recibieron telegramas de despido o directamente tuvieron acreditada la indemnización en la cuenta bancaria. Como contraparte, el grupo de elegidos para seguir adelante recibió un correo electrónico donde se les daba la bienvenida a "la nueva Télam".

No se está peleando solo por los 357 despedidos, sino porque exista una agencia que sea robusta, diversa, plural y federal.

Cuando faltan pocos minutos para que empiece el partido por octavos de final que enfrentará a la Argentina con Francia en la ciudad rusa de Kazán, un grupo cada vez más numeroso de personas con mate, facturas, galletitas y tortas arma su ritual en el sur de Buenos Aires. Acomodados en el piso, en las hileras de sillas colocadas sobre la avenida Belgrano o bien de pie o apoyados en bicicletas, nadie se quiere perder lo que pasa en la pantalla gigante ubicada sobre la vereda y coronada por banderas de argentina y del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y por pancartas con el hashtag #NoALosDespidosEnTelam.

Acá se juega un partido decisivo.

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Mariano Suárez es delegado de la Comisión Gremial Interna de Télam. Sobre la situación vivida durante la semana, cuenta: "Hay compañeros a los que les llega el telegrama de despido, al otro día les dicen que los reincorporan, después los vuelven a despedir. Todo un juego macabro que hace la empresa. Pero el conjunto de los trabajadores se mantiene unido, organizado, reclamando la reincorporación de los despedidos y con la convicción de que no se está peleando puntualmente por los 357 despedidos, sino porque exista una agencia pública de noticias y publicidad que sea robusta, diversa, plural, federal, que es el modelo de agencia que tuvimos históricamente y que ahora se pretende destruir".

De las bocas de los espectadores atentos al partido sale humo provocado por el calor del mate y el frío de la mañana. La temperatura de la Selección apenas supera la sensación térmica porteña. A los 11 minutos del partido, Francia se pone en ventaja con un penal.

Mariano se refiere a las derrotas propias que pudieron superar: "Es la tercera vez que tenemos un programa prácticamente de desmantelamiento de la agencia: lo habíamos tenido en el '96 y lo revertimos, en el 2000 con el mismo presidente que tenemos ahora, Rodolfo Pousá, y también lo revertimos. Hay cierta tradición en la agencia para enfrentar estas situaciones, lamentablemente. Otra vez nos toca dar esa misma pelea ante los funcionarios que fueron designados para garantizar la libertad de expresión, el pluralismo, el federalismo, y llevan adelante políticas contradictorias con esos objetivos".

La sociedad  tiene que saber cuál es el valor social de tener una agencia nacional.

Según cuenta Mariano, la agencia tiene una estructura de 27 corresponsalías en las provincias y 6 en el exterior del país. En este contexto de achicamiento, 43 de los corresponsales fueron despedidos, 6 oficinas provinciales fueron cerradas y otras 14 quedaron funcionando con una sola persona. La situación de la redacción central no es mucho más alentadora: "En el sector de Infografía, que se supone que es una de las cosas que una agencia moderna debería desarrollar, fueron despedidos la totalidad de sus trabajadores; en Deportes despidieron a la mitad y en Cultura quedó una sola persona trabajando", dice el delegado.

En Rusia, los intentos de Argentina por llegar al área rival son aislados. Algunos destellos de Messi o Di María encienden apenas el entusiasmo del público. ¿Cómo se gana este partido, Mariano?: "Estos partidos los ganan siempre los trabajadores, no los abogados. La herramienta judicial es importante, pero se gana con una combinación de las herramientas gremiales tradicionales (el paro, la ocupación del edificio, la organización, la fortaleza hacia dentro para impedir que la empresa nos quiebre) y después, especialmente en este tiempo, dando el debate público, explicando a la sociedad qué es la agencia Télam, cuál es su valor social. No tenemos miedo de explicar qué es Télam, para qué funciona, cuánta plata se gasta, cuánto invierte el Estado en la agencia, cuántos empleados somos, cuánto ganamos... No tenemos ninguna vergüenza de dar ese debate, y si damos ese debate quizás nos damos cuenta de que faltan trabajadores".

A cinco minutos de que termine el primer tiempo, Di María empata con un zurdazo de otro partido. Estallido en la calle, que a esta hora de la mañana está abarrotada de gente de vereda a vereda. Surge espontáneo un cantito: "Mauricio Macri / la puta que te parió". Unas chicas corrigen un término que les parece inapropiado: "¡Yuta!".

Entretiempo en Rusia. En Buenos Aires, por los parlantes anuncian que ya está funcionando un puesto de venta junto a unas parrillas humeantes. También circulan unas alcancías de cartón para colaborar con el fondo de huelga.

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Otro cantito de la calle antes del segundo tiempo, al ritmo del clásico "Vamos, vamos, Argentina / Vamos a vamos a ganar": "Vamos, vamos, vamos Télam / Vamos, vamos a ganar / Que a todos los despedidos / Los vamos, los vamos a reincorporar".

Pitido del árbitro para el segundo tiempo. Se reabre la expectativa.  A los dos minutos, Argentina se pone 2-1. El entusiasmo de ese gol se apaga diez minutos después con el empate de Francia. La actuación argentina y la mañana se vuelven más frías. Gorros y bufandas acompañan las rondas de mate frente a la pantalla.

Flaca, dejá de llorar que esto no se terminó, ésto se lucha. ¿Sabés la cantidad de veces que pasamos por ésto?

María Julia Rivera trabaja hace 11 años en Télam, o sea, casi tres Mundiales. Dice: "Me acuerdo que cuando entré acomodaba diarios en el piso, empecé a aprender (Se le quiebra la voz y los ojos se le ponen vidriosos)... perdón si me quiebro... Empecé a aprender de los auditores a utilizar el sistema de pauta, cambié de carrera porque estudiaba Diseño de indumentaria, nada que ver. Me empezó a encantar lo que hacía, me encantó el grupo humano. Télam es una familia, no es una empresa privada. Acá nos conocemos todos. Una de mis mejores amigas se hizo el Evatest de su segundo hijo en el baño de Télam conmigo y ahora tiene tres hijos. En el día a día es una familia".

Hasta que recibió la noticia de que la iban a desvincular, trabajaba en Comercialización y Marketing de Télam. Cuenta que ganó su cargo en un concurso nacional de oposición y antecedentes. "Yo creo que fue mi jefa la que me bajó el pulgar, mi pecado fue haber faltado por la muerte de mi papá el año pasado. A las semanas a mi hermano lo operaron por un tumor y hace dos meses perdí un bebé. (Se quiebra.) Cuando perdí el bebé mi jefa me dio un abrazo y me dijo que iba a estar todo bien, que me quedara tranquila. Un día me bloqueó del celular y al otro día me llegó el telegrama. Ésa es la humanidad que tiene este Gobierno, la humanidad que tiene Lombardi".

A este partido lo ganamos con los y las trabajadoras y con las herramientas gremiales.

En una ráfaga futbolera de los franceses, el partido se pone 4-2. ¿Cómo se gana este partido, María Julia? "Yo aprendo todo el tiempo de la gente con más experiencia. Uno de mis jefes tiene 33 años en Télam, está afiliado a la UCR, la vio pasar un montón de veces. El otro día yo estaba llorando desconsolada en el piso, se sentó al lado mío riéndose y me dijo: "Flaca, dejá de llorar que esto no se terminó, ésto se lucha. ¿Sabés la cantidad de veces que pasamos por ésto? Quedate tranquila que vamos a luchar". Yo no estoy acostumbrada a este tipo de cosas, siento que en cuatro o cinco días maduré lo que no maduré en 33 años. Estoy orgullosa de la gente que está acá, y te contagian el entusiasmo". 

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A esta altura del frío y del partido, en Buenos Aires el ánimo es plomizo como el cielo del mediodía. Cada intento de Argentina, individual y aislado, es celebrado con algo de esperanza. Pero el tiempo corre y la superioridad francesa queda a la vista. En tiempo de descuento, Agüero pone el 3-4.

Dice Vignolo desde la transmisión de la TV Pública: "Se está quedando afuera Argentina... y claro que duele". Aquí alguien le responde: "Más duele perder el laburo". Final del partido y final del Mundial para la Selección.

Daniel Dabove, fotógrafo con seis años de antigüedad en Télam, cuenta sus vivencias de la semana: "La situación que creó esta gente es nefasta. Ayer me depositaron la plata de la indemnización, o sea que estoy despedido por home banking. Hay compañeros que no saben cuál es su situación, porque a algunos les mandaron el telegrama y también la bienvenida a la nueva empresa. Hay una mezcla de casos que todo el mundo está sin saber qué hacer, pero lo importante es que estamos acá todos unidos y en la lucha”.

¿Y el partido largo que están jugando, Daniel? "Haciendo una analogía, la Selección se juntó para jugar este partido dos meses antes; nosotros venimos hace muchos años todos juntos y tenemos un equipo mucho más aceitado porque estamos muy unidos. Ahí está lo que marca la diferencia".

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