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Un basural de agrotóxicos oculto en Salta

por Revista Cítrica
07 de septiembre de 2021

Las Lajitas, un municipio del Departamento de Anta, ubicado a 200 metros de la capital salteña, fue condecorado como pionero en responsabilidad ambiental. Sin embargo, allí se aloja el basural de agrotóxicos más grande del país a cielo abierto.

Hace algunas semanas, la Fundación Mundo Verde declaró a la Municipalidad de las Lajitas, en el departamento de Anta, provincia de Salta, “pionera en responsabilidad ambiental” por ser la que más aportes realiza al cuidado del medio ambiente en la provincia. La realidad indica que la ciudad es definitivamente pionera pero no por el cuidado del medio ambiente sino por todo lo contrario: aloja al basural de agrotóxicos más grande de todo el país.

El 25 de agosto Eric Zamora, un vecino de Las Lajitas, llegó hasta el basural y filmó el desastre ambiental. Bidones de agrotóxicos vacíos arrojados a la vera del río, cientos de envases plásticos, botellas y restos de materiales extremadamente tóxicos. Ese es el paisaje en la municipalidad pionera en responsabilidad ambiental.

Este municipio responsable permitió hace ya seis años instalarse a una planta recicladora al lado del Río del Valle. Su objetivo es tratar los desechos tóxicos del agronegocio como bidones y silobolsas donde se almacenan los granos. “Debido a que hay un gran desarrollo del agronegocio en este departamento, la planta no daba abasto para reciclar todos los residuos. Se fueron acumulando y se armó un basural. Y empezaron a tirar los desechos tóxicos a un canal que desemboca en el río contaminando las aguas”, explica Zamora.

"Las Lajitas es un pueblo de 15.000 habitantes donde se está diagnosticando un caso de cáncer al mes y una persona al mes muere por esa enfermedad”

El departamento de Anta es el polo sojero en el noroeste argentino. Allí se concentra el 75 por ciento de la producción total de soja transgénica y el 80 por ciento de la producción ganadera. A pesar de esos índices de actividad industrial, en la ciudad no existe un desarrollo económico, hay un alto porcentaje de pobreza, déficit habitacional y precariedad laboral. Por más que el Diario Clarín Rural haya hecho gala de su funcionamiento como medio de (in)comunicación en la en una nota publicada a fines de 2020 destacando el crecimiento económico de la municipalidad gracias a la producción agropecuaria y la presencia de “jugadores importantes como Cargill, Bunge, Cofco, Molinos Río de la Plata”, la promesa de progreso aún no se ha hecho realidad.

“Estas multinacionales del agro se dedican al acopio de grano y, por otro lado, tenemos grandes terratenientes como Cresud, Alfredo Olmedo y otros terratenientes más pequeños pero que no bajan de las cinco mil hectáreas. Es muy terrible lo que vivimos todos los vecinos de Las Lajitas por la cantidad de enfermedades que hay relacionadas con la actividad que se desarrolla en esta zona. Las Lajitas es un pueblo de 15.000 habitantes donde se está diagnosticando un caso de cáncer al mes y una persona al mes muere por esa enfermedad, eso no es normal, no debería ser así”, cuenta Zamora, quien hasta hace un par de semanas desconocía la existencia del basural. Al descubrirlo, realizó una denuncia ante la Unidad de Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Ambientales y  le respondieron que irían hasta el lugar a comprobar su relato. Por ahora, nadie se acercó. “Nadie controla nada y no se respetan las normas de bioseguridad”, asegura.

Zamora ya ha hecho 17 denuncias a sojeros y fumigadores. Su primera denuncia fue al dueño de un campo sojero ubicado al lado de su casa: que fumigaba casi todos los meses. Zamora todavía espera una respuesta de la Justicia. También denunció a otro vecino que posee un predio donde almacena agrotóxicos. Ahí sí le respondieron pero montaron un simulacro con la ayuda de los medios de (in)comunicación: “Debido a las reiteradas denuncias la Justicia intervino y lanzó un comunicado a través del Ministerio Público Fiscal en la prensa donde decía que iban a ir a allanar ese lugar con diez horas de anticipación. Llegaron al lugar y no había agrotóxicos. Durante todo el día estuvieron sacando las cosas, solo constataron que había un par de bidones y máquinas fumigadoras que no estaban en condiciones óptimas para estar ahí, clausuraron el predio por un mes, pero hoy sigue funcionando con total normalidad, este predio está dentro del pueblo”.

Fue otro ejemplo más de cómo las autoridades políticas y judiciales son funcionales o tienen vínculos con el agronegocio. Y además suman apoyos de organizaciones supuestamente ambientales como Mundo Verde. “La existencia de este basural es un claro ejemplo de que existe una complicidad entre las autoridades de la provincia, la Justicia y las empresas dedicadas a la actividad agroindustrial, no es casual que el ministro de Producción y Desarrollo Sustentable, Martin de Los Ríos, la persona que debería controlar el uso de agrotóxicos y las fumigaciones es un productor sojero. La principal actividad de De Los Ríos en Las Lajitas es la pulverización terrestre y tiene una empresa de fumigación que se llama El Rejunte SRL”.

Las Lajitas no es el único caso en el departamento de Anta afectado por esta problemática. “Hay otro pueblito muy pequeño de 500 habitantes que se llama Piquete Cabado que está rodeado de plantas de silo como Cereales del Sur, Noble, Cofco y tierras de Alfredo Olmedo. En ese pueblo hay aviones fumigadores y máquinas fumigadoras. La directora de la escuela me comentó que el 80 por ciento de los niños tenían problemas respiratorios. En algunas ocasiones, previo a la pandemia, los niños debían asistir a la escuela con barbijo por el fuerte olor que se sentía y el polvillo que volaba de los silos”, cuenta Zamora, un vecino que se anima a levantar la voz contra el agronegocio y el extractivismo.