En el Día Mundial de la respuesta al VIH, Mariana Iacono, referente de la Comunidad Argentina de Mujeres con VIH en Buenos Aires, nos cuenta de su experiencia de maternar con VIH y refuerza el reclamo por el desabastecimiento y la falta de tratamientos.
"Tener VIH y ser madre es posible. Si nosotras decidimos parir podemos hacerlo. Uno de los problemas es la violencia institucional de parte de médicos, infectólogos u obstetras que nos imponen sus ideas y nos hacen decidir otras cosas como, por ejemplo, la manera en la que queremos parir cuando nos dicen que la única opción es por cesárea por el VIH, siendo que, si tenemos una carga viral indetectable podemos tener parto vaginal.
Cuando las personas con VIH están indetectables pueden procrear sin ningún riesgo. En el caso que no estén con VIH indetectable, es importante decir que también pueden hacerlo, solo que tienen que tener otros recaudos, por ejemplo, el hombre tiene que hacer un lavado de semen o se puede aplicar con inyección. Cabe destacar que no solo las personas indetectables están en 'condiciones' de quedar embarazades, hay múltiples opciones para múltiples estados de salud en relación al VIH.
Hoy es el Día Mundial de la respuesta al VIH y no el Día de lucha contra el sida porque lucha es estigma, si luchan contra el sida o el VIH están luchando contra algo que tenemos dentro. Hoy 1 de diciembre hay tres cosas que no tenemos que olvidar: Las personas que no tienen obra social y tienen un diagnóstico positivo tienen derecho a recibir medicación gratuita que debe proveer el Estado; las personas con VIH podemos seguir gozando plenamente de nuestra sexualidad, en todos los sentidos y por último podemos trabajar de lo que queramos y no nos pueden exigir el test de VIH para ingresar a los trabajos porque no es legal", El relato pertenece a Mariana Iacono, referente de la Comunidad Argentina de Mujeres con VIH, quien habla desde su experiencia de maternar con VIH.
Cuando se habla de VIH y sida abundan los mitos y la desinformación que alimentan la estigmatización hacia las personas portadoras del virus. La dolencia o el estado en el que se encuentra una persona nunca debe constituir su identidad. Frente a esto, es necesario aclarar algunos conceptos: “Decir que una persona “es sidosa” o “es VIH”, remite a la idea que su ser en el mundo se define por su estado de salud o por el agente infeccioso que tiene en su organismo; no existe nada más enfermizo y doloroso que cristalizar allí la identidad de una persona. Por eso, en primer lugar, debemos hablar de las personas y, para eso, las enunciamos como tales. Y sustituir el verbo ser por tener.
Una persona no “es VIH”; sino que es una persona con VIH. Ser una persona con VIH no es lo mismo que tener SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). La infección por VIH es una condición crónica, pero eso no significa que una persona con VIH tiene SIDA. Una persona tiene SIDA cuando el VIH ha debilitado las defensas del cuerpo (el sistema inmunológico) y esa situación lo predispone a desarrollar enfermedades oportunistas como infecciones o tumores. Los tratamientos antirretrovirales permiten que una persona con VIH no desarrolle un cuadro de SIDA, permitiendo el desarrollo de buena calidad de vida”, de esta manera lo comunica el Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH, organización que durante los cuatro años de gestión macrista denunció el desabastecimiento y la falta de tratamientos.
Foto: Ciao Mota
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