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“Si tuviéramos una camioneta, la usaríamos para llevar comida a los comedores"

Laura Toledo, de La Garganta Poderosa, cuenta detalladamente la operación mediática y del Ministerio de Seguridad que sufrió la revista villera, además de la represión policial y las detenciones en la Comisaría 10 del barrio de Floresta.

Por Laura Toledo, de La Garganta Poderosa

Hoy fuimos a manifestarnos en contra de este presupuesto que propone el Gobierno Nacional para hambrear más al pueblo.

Cuando empezaron a reprimir y a tirar gases, empezamos a replegarnos hasta que finalmente decidimos desconcentrar, un poco a las corridas porque empezó una oleada de motos que tiraban gases por todos lados.

Quedaba el último equipo, el de Comunicación, de La Garganta. Siempre nos quedamos hasta el final para cubrir lo máximo posible. 

Estábamos a más de 15 cuadras del Congreso, cerca de Constitución. Caminando, cuando vemos que policías se acercan disparando. 

Atinamos a correr para el otro lado. Yo me meto en un hall de entrada de un edificio para resguardarme. Cuando me están por agarrar a mí, agarran a Nacho y a otros tres compañeros: Fran, Gonza y Lucas. Los ponen boca abajo y los golpean. En la esquina me agarran, nos ponen contra el piso, nos revisan las mochilas, y después nos liberan. Nos vamos corriendo y llamando, porque sabíamos que a estos cuatro compañeros no los habían liberado. 

Nosotros nos manifestamos en forma pacífica, y no sólo nos reprimen. Ahora quieren instalar a través de los medios que fuimos con una camioneta con bombas molotov. Ojalá tuviéramos una camioneta o cualquier tipo de vehículo en la organización. La usaríamos para actividades productivas o para llevar la comida a los comedores, que tienen listas de espera. No tenemos ninguna camioneta en la organización, y mucho menos bombas molotov. 

No nos sorprende. Es otro capítulo del ensañamiento del Ministerio de Seguridad con nuestra organización, a la que no le perdonan haber denunciado y motorizado el juicio y condena a los prefectos que torturaron a Iván y Ezequiel en 2016 y tantos otros abusos de las Fuerzas de Inseguridad en nuestros barrios. Piensan que nos van a callar. Necesitan el silencio cómplice de esos mismos medios con los que montan operaciones. Pero no van a poder, cada vez somos más gargantas contra este Gobierno.