“Nos quieren sacar a los pobres”
por Estefanía SantoroFotos: Juan Pablo Barrientos
04 de julio de 2019
El gobierno de Larreta pretende avanzar con una ley que impone la enajenación de las tierras de la Villa 31, en la Ciudad de Buenos Aires donde hay más de 60 mil familias. Quiere que los terrenos pasen a manos privadas.
No hay frío que pare la lucha de lxs más de 200 vecinxs de la Villa 31 que esta mañana salieron a las calles para marchar en caravana hasta la Legislatura porteña y decirle no a la subasta de sus casas. El Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta pretende avanzar con una ley que impone la enajenación de las tierras de la 31, donde hay más de 60 mil familias que desde hace años -a base de esfuerzo y un gran sacrificio- edificaron sus casas en la villa. Se trata de una de las zonas de mayor valor inmobiliario del país, el único fin es llevar adelante un gran negocio inmobiliario que viola los derechos de lxs miles de vecinxs, y sienta un peligroso precedente para el resto de las villas de la Ciudad.
María del Carmen vive en la villa hace más de 30 años, tiene 5 hijos y hoy salió a las calles para que el Gobierno no le arrebate la casa que construyó con sus propias manos: “Ellos dicen que vienen a urbanizar pero es una mentira, usan esa palabra para vender esas tierras y quieren que nosotros compremos nuestras propias casas. Ni siquiera nos dicen el precio que tendremos que pagar. A todos los gobiernos de turno les hemos pedido pagar la luz y el agua pero jamás tomaron la decisión política de dejarnos pagar. Hay gente que ha sido relocalizada en las viviendas nuevas del barrio Cristo Obrero pero esas casas no son definitivas, están hechas de durlock, chapa y lana de vidrio, viviendas precarias, fácil de tirar y dentro de un tiempo los van a sacar de ahí, Nosotros queremos viviendas con materias tradicionales como las nuestras, pero no nos respetan, no nos reconocen nada”, cuenta María.
La villa 31 tiene más de 80 años de historia, generaciones enteras de familias viven allí, es un barrio con identidad propia. María del Carmen asegura: “Este gobierno lo único que quiere es sacar a los pobres, pero nosotros vamos a seguir de pie. En la villa hay profesionales, médicos, odontólogos, abogados que tienen sus propios consultorios. Tengo un hijo que con mucho esfuerzo estudia ingeniería electromecánica, otro paleontología y otro es discapacitado. En la villa no somos ignorantes. Nosotros sabemos lo que quiere decir esta nueva ley, ellos dicen que es para que nos den el título de propiedad pero no es así. Ya teníamos una ley, la 3343, que decía que éramos poseedores de esas casas e hicieron esta otra, donde nos hipotecan nuestro propio hogar. Por supuesto que corresponde que nos cobren el terreno que ocupamos, pero no la construcción que hicimos nosotros”.
María del Carmen cuenta que esta nueva ley se hizo a puertas cerradas, sin consultar a lxs vecinxs, con algunos concejeros del barrio que hoy son punteros políticos: “Estas personas acordaron a nuestras espaldas y amedrentan a los vecinos cuando salen a reclamar por esta causa justa, las denuncias caen la mano de la jueza Liberatori que le da siempre la razón al gobierno, no es una jueza del pueblo. Nosotros queremos que se haga justicia y se respeten nuestros derechos a la vivienda, a la salud y a la educación y vamos a seguir luchando por eso”, explica.
Marina Allegros tiene 3 hijos, es madre soltera y el único sostén de su familia, hace diez años alquila una casa en la 31. Todos los días se levanta con miedo a perder su vivienda y quedar en la calle con sus hijos y se pregunta: ¿Por qué no nos venden a nosotros el lugar en vez de venderlo a otros? El Gobierno sabe que estamos dispuestos a pagar, pero si venden las tierras a un privado no vamos a poder afrontar sumas tan altas y nos van a sacar todo. Yo no tengo un trabajo en blanco, trabajo en casas por hora y hay días que no me sale nada”.
El Gobierno sabe que estamos dispuestos a pagar, pero si venden las tierras a un privado no vamos a poder afrontar sumas tan altas.
Magdalena Bazán cuenta que en el barrio hay cada vez más compañeros que pierden sus puestos de trabajo. En la 31 funcionan varias cooperativas donde solo ganan 10 mil pesos por mes y subsisten como pueden. La situación económica es muy complicada, como los es para la gran mayoría de las familias argentinas que hoy enfrentan las consecuencias de la grave crisis económica en la que se encuentra sumida el país. “Una persona que trabaja en una cooperativa no va a llegar nunca a tener dinero para pagar su vivienda, si pasa a manos privadas nos van a pedir una fortuna, estamos hablando de familias con trabajos precarios, hay jefas de hogar que son el único sostén. En cambio, si pasa a manos del Estado, con cuotas sociales podríamos pagarlo. Ellos hacen esto para sacarnos de esas tierras que son muy valiosas. Están haciendo casas para la gente que vive abajo de la autopista y ya hay gente hacinada. Donde tendrían que vivir 40 familias viven 200. Estamos peleando para que las tierras sean vendidas a los dueños que corresponden, que somos nosotros; eso era lo que habíamos acordado”.
El proyecto de ley de enajenación recibió 41 votos afirmativos del interbloque oficialista, que reúne a Vamos Juntos y Evolución, y 17 en contra. La iniciativa contempla 12 terrenos distribuidos en la Ciudad, incluidos los del barrio de la Villa 31, y otro ubicado donde actualmente funciona el Mercado de Hacienda de Liniers, en el barrio de Mataderos.
Hoy, cuando lxs vecinxs llegaron al palacio de la Legislatura se encontraron con los alrededores del edificio vallado y blindado por un excesivo operativo de seguridad, carros de Infantería y una gran cantidad de policías. Todo ese despliegue para impedir que lxs manifestantes avanzaran y que sus reclamos sean escuchados. Para lxs legisladores las voces de lxs vecinxs de la villa no tienen valor, solo les importa lucrar con sus casas.
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