Monotributistas: trabajar pero estar bajo la línea de pobreza
por Revista CítricaFotos: Juan Pablo Barrientos
09 de enero de 2020
En las puertas de la casa central de la AFIP en el barrio de San Cristóbal, las personas que trabajan bajo esa condición llevaron sus reclamos: precarización, vulneración de derechos, vacaciones no pagas, sin aguinaldos ni bonos de fin de año y jubilaciones a la mínima.
Adriana hace doble turno en dos colegios de la Ciudad y está inscripta en la categoría B del monotributo (una de las más bajas). Adriana trabaja con chicxs discapacitadxs y es una de las referentes del colectivo de Prestadores Precarizadxs.
Jimena pertenece al mismo colectivo. Es licenciada en musicoterapia, y para sobrevivir reparte su tiempo en un consultorio de día y como concurrente en un hospital, por lo que no cobra un peso. Todos sus trabajos “extras” son en condición de monotributista. Desde que se recibió en 2014, jamás trabajó en blanco, y viaja varios kilómetros a diario para cumplir con su laburo, porque es la “única propuesta” que tiene como prestadora de servicio independiente.
Esta mañana, Adriana y Jimena, como tantes otres, decidieron hacer visible en las puertas del edificio de la AFIP las necesidades que padecen les monotributistas: prestadores de servicio en los sectores de salud y educación, acompañantes terapéuticos, agentes de tránsito, músicxs, repartidores de Rappi.
Jimena es licenciada en musicoterapia. Desde que se recibió en 2014, jamás trabajó en blanco.
Entre los reclamos más urgentes de les monotributistas –alrededor de 3 millones de personas– se destacan: pase a planta bajo convenio colectivo, sean estatales o privados; congelamiento del aumento del 51% por seis meses; extensión de la tarifa social de servicios públicos para las categorías más bajas, que no alcanzan a cubrir la canasta básica.
En noviembre del año pasado, la AFIP hizo oficial el aumento del 51% en las cuotas mensuales y los topes de escalas de facturación para les monotributistas, que rige a partir del 1° de enero de 2020. En esa instancia, también le comunicó a les contribuyentes que tendrán tiempo hasta el 20 de este mes para hacer el cálculo de su facturación durante los últimos doce meses, y de ser necesario, hacer el trámite de recategorización.
Y pagar. Y no dejar de pagar.
Y, básicamente, si no pagan y no facturan, les monotributistas no pueden trabajar, y por si fuera poco la obra social los deja sin cobertura médica.
A partir de ahora, Adriana deberá costear una cuota mensual de $2186 (entre impuestos, aportes jubilatorios y obra social); con una facturación anual de $313.067, algo así como $26.100 de ingresos mensuales. “Es una condición básica. Este aumento es confiscatorio para nosotros porque tenemos sueldos muy bajos y estamos en la línea de la pobreza”, nos dice.
Adriana deberá costear una cuota mensual de $2186; con una facturación anual de $313.067, algo así como $26.100 por mes
Adriana mira a su alrededor y está orgullosa de que sean muchxsmás en las calles. Recuerda que hace sólo cuestión de meses eran ocho personas tratando de hacerle frente a la problemática.
Y tácitamente, a la AFIP: hoy la reunión con el vicedirector del ente tributario, Juan Capello, iba a ser ahí mismo, en Bernardo Irigoyen 370, a las tres de la tarde. Pero nadie recibió a les trabajadores y trabajadoras independientes. Por el contrario, después de cinco horas de espera, les comunicaron que escucharían sus reclamos en la Dirección General de Recursos de la Seguridad Social.
Allí les recibieron y tras una hora de reunión les dijeron que no podían brindarles soluciones en lo inmediato, que el lunes se comunicarían con los delegados.
Es el ninguneo que padecen a diario en sus laburos. Habla también de la precarización, la vulneración de derechos, las vacaciones no pagas, sin aguinaldos ni bonos de fin de año, las jubilaciones a la mínima.
“Es urgente que revisen este asunto. El monotributo termina siendo casi lo mismo que un trabajo en negro. La negociación es con tu jefe, se termina generando una meritocracia en la cual negociás con tu empleador. Hay una relación de dependencia encubierta con exigencias y órdenes, te piden que te pongas la camiseta de la empresa, cuando la empresa no se pone la camiseta por vos. Hay un mito de que los monotributistas son empresarios que evaden impuestos y facturan, pero eso es mentira: la mayoría somos laburantes precarizados y explotados”.
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