Estrenamos la sección con una road movie peruana que se pregunta acerca de las diferencias entre lo que el público latinoamericano quiere ver y lo que los directores quieren filmar.
Solos es una película clásica de festival. Que no está pensada para un gran estreno comercial. Que encuentra su público en lugares como el BAFICI. Los protagonistas se preguntan en una escena si ellos hacen las películas que ellos quieren ver y si ellos son la gente. Una reflexión que definitivamente- y una vez más- encuentra su público en este festival.
El BAFICI es la oportunidad para conocer historias y hermanos de otras latitudes, en este caso sobre lo que viven y sienten las personas que hacen y ven cine en Perú. Una historia que seguramente encajaría en cualquier otro país del continente sudamericano.
Historias y hermanos. Ser espectador de esta película podrá gustar más o menos. Pero lo que gustaría muchísimo más es compartir el viaje de estos hermanos latinoamericanos. Subirse a la camioneta, conocer la selva peruana, acampar en el medio de la nada, emborracharse en un motel barato, comerse unos hongos y divagar sobre la utilidad del cine, proyectar películas en las plazas de los pueblos, preguntarles cámara en mano a las mozas de los bares qué películas quisieran mirar o escuchar la historia del hombre que actuó hace 50 años en una película y nunca la pudo ver. El rodaje de Solos debió de ser alucinante.
Sácame a pasear
El film ecuatoriano, que se presenta en el Bafici, nos invita a descubrir la historia de dos adolescentes enamoradas. Como trasfondo: el despertar de la identidad sexual en una sociedad prejuiciosa.
Un BAFICI latinoamericano y minimalista
La edición número 18 del Festival de Cine de Buenos Aires tuvo más presencia que nunca de la Patria Grande. Los premios reconocieron a una forma de narrar con escaso diálogo e imágenes muy poderosas.
“El cine actual se convirtió en un mercado persa”
Raúl Perrone es uno de los directores más prolíficos del país. Reconoce que tiene una “enfermedad”: no puede parar de filmar y editar. Dice que no desperdicia el tiempo haciendo story boards ni yendo a reuniones para buscar financiación extranjera. Y que por eso, todos los años estrena films. Una inmersión a su mundo de autogestión, poesía y austeridad.