A Dante Lautaro Campos su obra social se niega a cubrirle la terapia de reemplazo hormonal que por la Ley de Identidad de Género le corresponde recibir. Lleva tres meses de reclamo y la única respuesta que obtuvo es que debe pagar 38 mil pesos extra al mes.
Por Dante Lautaro Campos
En diciembre empecé a trabajar y en mi empresa me ofrecieron pagarme el plan OSDE 210, un plan al cual todos mis compañeros de trabajo pudieron acceder sin problema alguno. Cuando empecé a tramitar el alta en OSDE me pidieron que haga una declaración jurada. Entre otras cosas, me preguntaron si estaba haciendo algún tratamiento o si tenía algún problema de salud. Les comente que problemas de salud no tengo pero que me encontraba haciendo TRH (terapia de reemplazo hormonal).
Luego de informar la terapaia que estaba haciendo, me dijeron que se iba a demorar un poco el alta (debería haber tardado un mes aproximadamente), porque tenían que enviar mi caso al área de auditoria médica para que me re-financien la cuota.
Indignado, pregunte por qué motivo me querían refinanciar, ya que mi único tratamiento era TRH el cual está cubierto por la Ley de Identidad de Género. Esto significa que el Estado está obligado (y en efecto se responsabiliza) a subsidiar los gastos en relación con el cambio de género, por lo tanto no deberían cobrármelo a mí.
Esto se explica más extenso en la Ley de Identidad de Género 26.743 (artículo 11°). Así se lo comenté al asesor que me tramitaba el alta. De todas formas me refinanciaron y me enviaron un presupuesto por 38.000 mil pesos al mes, una locura y claramente inaccesible.
Sólo para hacerme esta refinanciación y enviármela por intermediarios tardaron dos meses y medio. Además los gastos trimestrales de mis hormonas salen como mucho la mitad de ese presupuesto. Y además el estado, como decía, le subsidia a OSDE el presupuesto de mi tratamiento.
No sólo me quieren cobrar una locura sino que se desvincularon totalmente. Las vías de comunicación que tuve con ellos ahora me dicen que ya no pueden hacer más nada desde su área pero se niegan a derivarme a otros sectores. Nadie se comunica conmigo.
Yo ya no sé a dónde más ir a reclamar. Terminé iniciando un trámite de reclamo en la Superintendencia de Servicios de Salud, lo cual implican al menos tres meses más de espera si tengo suerte, o más.
Soy el único trans en mi trabajo y soy el único que no puede acceder a este beneficio. Da la casualidad que el resto de mis compañeros y compañeras sí. Estoy cansado de que todo nos cueste el doble, para todo hay que pelear. Es pésimo el trato discriminatorio y despectivo de OSDE.
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