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“Los femicidios de las villas no aparecen en las estadísticas”

por Estefanía Santoro
01 de abril de 2021

A dos años del femicidio de Carolina Ledesma, el 4 de mayo en el Tribunal Oral N°2 de Lomas de Zamora llevará a cabo el juicio. Gladys, su madre, con problemas económicos está a cargo de les dos hijes de la víctima y debe enfrentar a la Justicia patriarcal sin defensa. Las redes feministas denuncian la invisibilización de la violencia machista en los barrios.

Carolina Ledesma tenía 21 años cuando su ex pareja, Ángel Andrada, la asesinó de un balazo en el vientre la madrugada del 18 de febrero de 2019 en su casa de Ingenio Budge. Carolina era madre de Zamira y Byron que hoy tienen seis y cuatro años, hijxs de una pareja anterior. En el momento que fue asesinada cursaba un embarazo de tres meses, Andrada era el padre.

Luego de asesinarla, Andrada tomó un remis hasta Villa Fiorito, donde vive Gladys, la madre de Carolina. Sin dar ninguna explicación, le dijo que su hija estaba lastimada y que debería ir urgente a auxiliarla. Gladys subió al mismo remis en el que había llegado el femicida y se dirigió a la casa de Caro con uno de sus hijos. Cuando llegó, un equipo de música sonaba a todo volumen, Gladis encontró a su hija agonizando en el baño y a Byron – el hijo más pequeño- encerrado en una de las habitaciones de la casa.

La llevaron de urgencia al Hospital Oscar Allende donde Caro falleció. Por esas horas de Andrada solo se sabía que estaba transitando por el barrio. Gladis tenía miedo que tome represalias contra ella, era la única que sabía lo que había pasado. Unos días después lo encontraron por los alrededores de Puente La Noria y quedó detenido. Hoy se encuentra con prisión preventiva en el penal de Magdalena. 

"Por lo que sabemos él tenía otra familia. Entendemos que además de la violencia que ejercía con Caro, de la que diferentes amigas y su mamá fueron testigo, mantuvo en silencio la relación. Cuando ella quedó embarazada de él, esto salió del plano de la invisibilidad en que quería tenerla", contó a Revista Cítrica Tamara Kallsen, integrante de la Colectiva Feminista Tatagua y de la Campaña Justicia para Caro Ledesma que hoy se encuentra acompañando a Gladys en el proceso de pedido de justicia por su hija.

En 2018 la Cámara de Diputados sancionó la Ley Brisa que establece el otorgamiento de una reparación económica a lxs hijxs de victimas de femicidios, equivalente a una jubilación mínima. El dinero se podrá recibir a partir del procesamiento del femicida, lxs hijxs de Carolina aún no pudieron acceder a esa reparación, a pesar de cumplir con las condiciones que establece la ley. 

Zamira y Byron quedaron a cargo de su abuela, quien tiene nueve hijos menores también bajo su tutela. Es una familia de muy bajos recursos y nunca recibieron asistencia de parte del Estado. "En una oportunidad a Gladys le ofrecieron un espacio de terapia, pero decidió no ir más porque la maltrataban, en vez de buscar sanar y sacarle algún tipo de sentimiento de culpa, se lo sembraban. Le decían “¿Cómo no te diste cuenta de que tu hija estaba en una relación violenta?", denunció Tamara. 

A partir del femicidio de Carolina, Tamara y sus compañeras de la colectiva Tatagua vienen ayudando a Gladys a construir una nueva pieza para sus nietxs. Tuvieron que golpear varias veces las puertas de la municipalidad de Lomas de Zamora y hasta llegaron al Ministerio de Desarrollo Social. Con toda esa insistencia solo consiguieron que le provean materiales para la construcción de un cuarto, pero lo que mandaron fue insuficiente y no pudieron terminarlo. Gladis no está sola, gracias a la red feminista que se generó recibe la contención que el Estado no le brindó.

El 4 de mayo en el Tribunal Oral N°2 de Lomas de Zamora llevará a cabo el juicio por el femicidio de Carolina a manos de Andrada. "El proceso fue muy difícil para la familia, es un momento de mucha angustia. Gladys se puso la causa al hombro sola, no tiene un defensor oficial y la Fiscalía será la que va a pedir una condena para Ángel. Esperamos que haya justicia para Caro y su familia, aunque todo es insuficiente porque lo que desearían es que ella esté con vida", relató Kallsen.

Gladys se puso la causa al hombro sola, no tiene un defensor oficial. 

En los barrios las situaciones de violencia y los femicidios se repiten sin siquiera ser difundidos, Tamara contó que dentro de la colectiva acompañan casos como el de Carolina todos los días y aseguró: "En barrios populares o en villas, los casos tienen muy poca visibilización. No aparecen en los medios hegemónicos de comunicación, por lo tanto, no figuran en las estadísticas que hacen las organizaciones porque las hacen con información que circula en las redes o la prensa".

Todos los días se repiten las mismas situaciones. Cuando una mujer que ya cuenta con alguna medida de prohibición de acercamiento llama a la policía para denunciar que su agresor se acercó a su casa, no hay un resguardo que la proteja efectivamente. "No sólo que a veces llaman al 911 y el patrullero no va, muchas veces pasa que el botón antipánico no funciona o cuando el patrullero llega, el agresor ya se fue y en los casos en los que encuentran al agresor dicen ‘no puedo hacer nada si no tengo una orden de detención’, cuando sabemos que la medida perimetral habilita a que la Policía lo lleve a la comisaría más cercana para notificarle esa medida", explicó Tamara. 

Desde los barrios aseguran que las medidas que se están tomando actualmente no llegan ni siquiera a frenar las situaciones de violencia machista que pueden terminar en femicidios. "Tenemos un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad con un presupuesto muy bajo en relación a la emergencia de violencia de género que estamos viviendo. No hay subsidios para familiares de víctimas de femicidio. Tampoco hay hogares de refugio para las mujeres que necesitan irse de su casa con urgencia, y donde hay dependen de si el municipio considera que está en riesgo. En el medio de todo eso somos las organizaciones, las colectivas, las compañeras que nos vamos organizando y hacemos lo imposible para que no haya un nuevo femicidio. Está claro que no hay un acompañamiento integral hoy en día, para que la problemática deje de crecer”, concluyó Kallsen. 

La policía no protege, las medidas implementadas por la Justicia para enfrentar la violencia machista son insuficientes e ineficaces; mientras tanto, hay vidas en riesgo. ¿Cuántas más tienen que morir para que la Justicia efectúe nuevas acciones y para que el Estado implemente políticas públicas de emergencia? Falta presupuesto y un Gobierno con iniciativa política para atacar esta problemática con la urgencia que merece.  

La Campaña Justicia para Caro está recolectando donaciones para Gladys y su familia, necesitan: Materiales de construcción, productos sanitarios para un baño, una cama de una plaza, cinco colchones de una plaza y frazadas. Para colaborar pueden comunicarse con las redes de la Campaña en Facebook y en Instagram o también realizar un aporte económico en la siguiente cuenta: CBU 0000003100067643599412 - ALIAS capaz.dogo.elixir.mp - Titular: Dolores Purdía.