La situación de violencia machista extrema que se vive en la provincia hizo que todo el pueblo saliera a manifestarse, mientras el gobernador Gerardo Morales culpa a los medios y a las organizaciones porque según él “hacen una telenovela y eso genera un factor de contagio”.
El 28 de septiembre en Palpalá, Jujuy, encontraron asesinada a Iara Sabrina Rueda. Tenía 16 años y llevaba cinco días desaparecida. Desde el primer día que faltó en su casa, su mamá radicó la denuncia en la comisaría, pero la Policía no la buscó. Lxs propixs vecinxs junto a la familia realizaron rastrillajes para encontrarla, hasta que sucedió el peor final: el hallazgo de su cuerpo.
Gabriela Abigail Cruz desapareció el 24 de septiembre; es del barrio Santa Bárbara, también de Palpalá. El jueves 1 de octubre la encontraron asesinada. El femicida, su ex pareja confesó el crimen.
En el departamento de Cochinoca, Violeta Brígida Ávalos, de 16 años, estuvo varios días desaparecida: familiares y amigues exigieron a la Policía que la buscara y, una vez más, las fuerzas de seguridad no accionaron. Afortunadamente, la encontraron a salvo unos baqueanos unos días después.
En Abra Pampa, un pequeño pueblo también de Cochinoca, estuvo desaparecida durante 10 días Cesia Nicole Reinaga. La Policía tampoco la buscó y el 8 de septiembre fue encontrada asesinada en un pozo de agua.
El día que trascendió el femicidio de Iara, una multitud salió a las calles de Palpalá para pedir justicia y celeridad en la búsqueda de Bárbara. Allí sí actuó la Policía pero solo para reprimir la movilización.
De esa marcha participó Roxana Mazala, de 32 años, trabajadora de la economía popular y militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de la ciudad de Perico. Cuando regresó a su casa, su ex pareja, Fabián Barraza, la asesinó. Ella lo había denunciado en varias oportunidades y tenía una medida perimetral, pero no fue suficiente. El Estado no la protegió.
"Nos están matando de una manera tan fea que las niñas y las jóvenes tienen miedo de salir por todo lo que está pasando. Hay varias chicas que han intentado secuestrar: en las redes sociales se difundió un video en donde se ven dos niñas que están caminando y de repente frena un auto y ellas salen corriendo y gritando. También hay testimonios de chicas que contaron que les pasó lo mismo, pero por suerte se pudo evitar porque fueron auxiliadas por personas de alrededor. Todas estamos con mucho miedo, tenemos miedo de salir a comprar y no volver". La que habla, a pesar del miedo es Cintia, integrante del MTE Rural de Perico y compañera de Roxana, relata la situación de violencia extrema que viven, especialmente las mujeres de los barrios de bajos recursos de Jujuy.
Cintia contó que Roxana estaba separada hacía un mes y medio de su ex y tenía una medida perimetral. La denuncia por violencia de género que asentó ante la justicia fue 20 días atrás porque sabía que corría riesgo su vida. Roxana tenía tres hijxs, dos de ellxs con el femicida: “El lunes fue a la marcha para pedir justicia por Iara, yo la vi bien, estaba con sus amigas, pensando hacer un festejo porque era su cumpleaños”.
Finalizada la marcha Roxana se dirigió a su casa con otras compañeras de la agrupación para compartir un momento juntas por su cumpleaños, “un rato después, llegó su ex a la casa, pidió hablar con ella y las compañeras se retiraron. Ella pensó que quería saludarla por su cumpleaños, no que la iba a matar”, explicó Cintia.
“Supuestamente la envenenó, no sabemos cómo lo hizo, puede ser que le haya dado alguna bebida con el veneno y que ella inocentemente lo tomó. Después de eso él se ahorcó, no aceptaba la separación. La Justicia no hizo un seguimiento del peligro que corría Roxana. Lo más espantoso es que los niños encontraron los cuerpos a la mañana siguiente y empezaron a gritar y fueron llorando a buscar a la vecina. Roxana trabajaba para mantener a sus hijos, era de muy bajos recursos, se dedicaba a hacer comida y la vendía para subsistir.
Siempre pasa lo mismo, como somos mujeres pobres nadie nos brinda atención. Tenemos varias compañeras que están pasando por situaciones de violencia, hace unos días a una compañera el marido casi la mata a golpes, llamó un montón al 911 de veces para denunciar y recién fue la policía cuando llamó nuestra dirigente. En Jujuy no escuchan a las mujeres cuando denuncian, no las acompañan. En toda la provincia es igual, hacen la denuncia y ahí queda. Acá, en el Municipio de Perico, hay un área de género, pero no hacen nada, el Gobierno se tapa los oídos. Con una denuncia no alcanza, nos dejan a la deriva, no siguen los casos y no dan atención a las víctimas”.
En Jujuy el Estado llega cuando las mujeres ya están muertas.
Durante los días que se sucedieron los femicidios, en distintos puntos de la provincia se realizaron marchas multitudinarias para pedir justicia por las mujeres asesinadas. También exigieron políticas públicas integrales y recursos económicos para enfrentar la violencia machista que afecta especialmente a los sectores populares. En San Salvador de Jujuy se llevó a cabo una movilización a la que concurrieron más de 10 mil personas.
En Jujuy el Estado llega cuando las mujeres ya están muertas. La lista del horror que muestra la grave situación de violencia machista que vive la sociedad jujeña no para de crecer, el domingo 11 de octubre trascendió el quinto femicidio. Alejandra Nahir Álvarez, una joven de 17 años que faltaba de su hogar desde el viernes 9 ,era del barrio Alto Comedero, a un kilómetro de distancia de la zona donde vivía Iara, otra de las jóvenes asesinadas.
Su cuerpo fue hallado por un motociclista que pasó por un descampado el sábado por la tarde a la vera de la Ruta Nacional 66, cerca del ingreso sur a la ciudad de San Salvador de Jujuy. Unas horas antes su familia intentó radicar la denuncia en la seccional 33 de Alto Comedero, pero una vez más la policía se negó a tomarle la denuncia por desaparición de persona alegando que aún no habían pasado 48 horas desde el momento en que fue vista por última vez, aún cuando esa condición ya no rige y la policía tiene la obligación de tomarla de inmediato en el momento que se presente el familiar. Según trascendió en medio locales el femicida es su pareja, un joven de 18 años con quien Alejandra tenía un bebé de seis meses.
El lunes durante el habitual informe del Comité Operativo de Emergencia por el coronavirus el gobernador Gerardo Morales habló de los femicidios: fue la primera vez que se refirió a la violencia machista desde que asumió su gestión y aseguró estar preocupado por el aumento de casos. Sin embargo, culpó a los medios y a las organizaciones porque según él “hacen una telenovela y eso genera un factor de contagio”. El problema de la violencia machista en Jujuy en realidad se debe a años de desidia estatal, la falta de implementación de políticas públicas que prevengan y eviten los femicidios y una policía cómplice que no actúa en tiempo y forma cuando lxs familiares de las víctimas denuncian y piden protección.
Organizaciones sociales y el movimiento feminista de todo Jujuy volvieron a movilizar el martes 13 exigiendo una ley de emergencia para enfrentar la violencia machista, un abordaje urgente de parte de las autoridades provinciales y nacionales y la renuncia del ministro de seguridad Ekel Meyer y de la presidenta del Consejo Provincial de la mujer, Alejandra Martínez por ser responsables directos de los femicidios ocurridos debido a la inoperancia en sus funciones para implementar políticas de asistencia, prevención y acompañamiento para las mujeres que sufren violencia de género.
“Hay casos de niños que han sido obligados a revincularse con su padre femicida”
Según las estadísticas del Observatorio Lucía Pérez, en lo que va del año se cometieron 287 femicidios. Eva Domínguez, integrante de la Red de Familiares Atravesados por el Femicidio reflexiona sobre la falta de políticas públicas para asistir a lxs niñxs que quedan huérfanxs cuando sus madres son asesinadas.
“Los femicidios de las villas no aparecen en las estadísticas”
A dos años del femicidio de Carolina Ledesma, el 4 de mayo en el Tribunal Oral N°2 de Lomas de Zamora llevará a cabo el juicio. Gladys, su madre, con problemas económicos está a cargo de les dos hijes de la víctima y debe enfrentar a la Justicia patriarcal sin defensa. Las redes feministas denuncian la invisibilización de la violencia machista en los barrios.
¿Quién cuida a quienes nos cuidan de la violencia machista?
Las trabajadoras de la línea 144 son consideradas esenciales pero no cuentan con los medios de transporte ni con las condiciones necesarias para llegar a las oficinas del centro porteño en donde realizan su labor.