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“Hay muchos hermanos desaparecidos”

por Saverio Lanza
09 de agosto de 2017

Sin tierras y cada vez con menos derechos. Si se organizan y reclaman, son terroristas. Van presos, los desaparecen. El plan sistemático orquestado por la Justicia, el Estado y los medios para exterminar a los pueblos originarios.

La desaparición de Santiago Maldonado y la privación de la libertad que sufren el lonko mapuche Facundo Jones Huala y el referente wichi formoseño Agustín Santillán provocaron que la situación de los pueblos originarios volviera a preocupar a los oligarcas que los daban por exterminados.

“Facundo Jones Huala y Agustín Santillán están en lugares donde hay personas desaparecidas y mucha represión. Ellos son el chivo expiatorio para el gobierno: son el termómetro de la situación. La wichi y la mapuche son de las comunidades más grandes de la Argentina. Y en esos dos territorios quieren hacer una nueva Conquista del Desierto. Porque no nos exterminaron, porque seguimos vivos y nos estamos organizando. Hay muchas personas desaparecidas y muchas personas de las comunidades detenidas”, explica Gabriel Jofré, mapuche de Malargüe, los motivos reales por los que los dos referentes de pueblos originarios continúan presos, a pesar de que hasta la Justicia falló a favor de ellos.

“Es triste saber que aún sigue la humillación a los pueblos indígenas, no solamente con este gobierno sino con todos los que pasaron. El encarcelamiento de Agustín Santillán; la quema de casas en la zona de Misiones, la persecución que se hace en Salta, en Neuquén, y también la prisión que tiene el hermano Facundo Jones Huala”, enumera la situación Félix Díaz, referente de la comunidad Qom.

Gabriela Torres es la compañera de Agustín. Lo esperaba libre el viernes pasado luego de que la Cámara 1 en lo Criminal de Formosa declarara nulo el auto de procesamiento. Sin embargo el juez López Picabea se niega a aceptar el fallo. La acusación es por robar y quemar casas. Pero no hay ni un testigo. El motivo real por el que Agustín Santillán está privado de su libertad es porque ha alzado la voz: después de las inundaciones en Ingeniero Juárez se envió ayuda a la población pero solo le llegó a los blancos; y seis chicos originarios murieron por deshidratación. “Agustín participaba y denunciaba que venía la ayuda para los blancos nada más. Ni los médicos venían a la comunidad”.

En Ingeniero Juárez salir a la calle para un originario es poner en riesgo su libertad. Por eso chicos y chicas hasta dejan la escuela. “Tengo un sobrino de 16 que dejó el colegio por temor, los policías están en cada esquina, detienen a los originarios, los interrogan, les preguntan por los padres, si son wichi o no”. Apresar originarios es cosa de todas las semanas allí. “El viernes pasado detuvieron a otro joven que va al colegio y cobra el plan Progresar, fue a cobrar y lo detuvieron. Lo acusaron de robo: hay mucho temor, los chicos abandonan la secundaria, quieren seguir pero los persiguen. Este chico iba al colegio y ahora ya no quieren saber más nada”.

Hasta ir a cobrar en Ingeniero Juárez es un riesgo. Y la plata se necesita. Porque antes se autoabastecían pero desde que les usurparon el territorio para dárselo a empresarios extranjeros, esa posibilidad ya no existe: “No tenemos tierra para sembrar alimentos para nuestras familias. No tenemos nada porque está todo alambrado. Agustín luchaba por recuperar esas tierras, hasta el río está alambrado, de ahí sacábamos los peces para comer”.

Y también hay un desaparecido en Ingeniero Juárez. No lo buscaron cuando desapareció. Y para hacer la burla completa hace unos días pidieron su detención: “Sacaron una lista de personas con orden de detención y ahí figura un hermano que desapareció hace un año: nadie sabe de él, dijo que iba a la casa de un blanco a hacer limpieza y nunca más volvió. Los familiares hicieron la denuncia pero en la comisaría les dijeron que tenían que tener pruebas de su desaparición”.

En el sur, Facundo Jones Huala sigue preso. Desde el penal de Esquel se ríe y se indigna al mismo tiempo del nuevo absurdo que quieren instalar ahora algunos medios de comunicación: que él forma parte de un grupo terrorista financiado desde Gran Bretaña. “Es ridículo, es todo para tapar otras cosas. Nosotros denunciamos a las organizaciones que sí son financiadas”. En la televisión Facundo y su supuesta banda de terroristas ocupa mucho más espacio que la desaparición forzada de Santiago Maldonado por parte de la Gendarmería. O la represión y los desalojos constantes que sufren los pueblos originarios. Y esos mismos medios confunden al repetir una y otra vez la falsedad de que luchan por un Estado mapuche. Gabriel Jofré lo explica con claridad: “Las élites criollas se quedaron con la riqueza de la Patria Grande o de la Abya Yala (así llaman los pueblos originarios a la relación cósmica que tienen con el territorio y la naturaleza, aunque los mapuches la llaman Wall Mapu). Y esa unidad mayor no se refleja en los estados coloniales, sino en estados que cambien su constitución para incorporar las naciones originarias como lo hizo el Estado plurinacional de Bolivia”.

“Han quedado nacionalidades impuestas por el Estado, desconociendo identidades prexistentes. El Pueblo wichi y el mapuche son los más numerosos. Y los Mapuches ya han vivido la desaparición forzada toma y delitos de lesa humanidad. Queremos que se discuta y se amplíen los derechos humanos. Pedimos eso durante el kirchnerismo: que no se llegara solo hasta el 76. Ahora con este gobierno neoliberal y conservador pasa esto. Los muertos siempre son nuestros, de los populares, de los desposeídos, de los excluidos”, resume Jofré.

“Víctimas del sistema”, precisa Félix Díaz. Y aprovecha para dar su visión sobre quienes son los responsables de la situación:”El pueblo mapuche no es culpable de lo que está pasando, el culpable es Benetton. Usurpó y masacró a miles de mapuches, y sigue persiguiendo a los pueblos mapuches porque tiene el poder de la Justicia, tiene el poder de la Gendarmería, la Policía Federal, los gobiernos, el poder económico. A los pueblos mapuches, así como los pasó Lanata, los toman como extremistas. Muestran a un mapuche que tenía un palo en la mano, una piedra, y eso es una burla para la sociedad, ver que es así, porque nosotros sabemos que la Justicia busca argumentos legales para condenar a nuestros hermanos, como a mí que me pasa lo mismo, me condenan por ser usurpador de nuestras tierras, en la que ha vivido históricamente nuestra gente, y tenemos una causa civil por usurpación”

Los pueblos originarios están vivos y reclaman que dejen de robarles las tierras. Las leyes internacionales reconocen sus derechos pero hoy se está pidiendo una prórroga de la ley que frenaba los desalojos. Y mientras, los desalojan. El problema es nacional pero es a partir de lo ocurrido en el Sur que llega a instalarse como un tema en los medios de comunicación: “En Cushamen tienen la decisión de desenmascarar estos armados mediáticos, nos invisibilizan, nos anulan los procesos de los pueblos. Hay discriminación al acceso a la salud. En el Chaco, Formosa y Santiago del Estero hay vínculo entre poder político, narcotráfico y trata de personas, se pierden niñas de las comunidades hace más de 10 años. Son muchas personas desaparecidas”, asegura Jofré.

Y su comunidad no es la excepción. También allí los meten presos por nada. O por algo: pedir pacíficamente que las empresas petroleras hagan las inversiones para no destrozarles el territorio: “No hay controles, desmontan, hacen caminos, después caen tormentas y se producen cosas como que explotan túneles de petróleo o derrames. Hay mucho olor, no se puede vivir, hay cientos de pozos, no podemos tener animales de crianza, ni utilizar las plantas medicinales de la zona. Y si te defendés, sos extremista o terrorista”.