Sin tierras y cada vez con menos derechos. Si se organizan y reclaman, son terroristas. Van presos, los desaparecen. El plan sistemático orquestado por la Justicia, el Estado y los medios para exterminar a los pueblos originarios.
La desaparición de Santiago Maldonado y la privación de la libertad que sufren el lonko mapuche Facundo Jones Huala y el referente wichi formoseño AgustÃn Santillán provocaron que la situación de los pueblos originarios volviera a preocupar a los oligarcas que los daban por exterminados.
“Facundo Jones Huala y AgustÃn Santillán están en lugares donde hay personas desaparecidas y mucha represión. Ellos son el chivo expiatorio para el gobierno: son el termómetro de la situación. La wichi y la mapuche son de las comunidades más grandes de la Argentina. Y en esos dos territorios quieren hacer una nueva Conquista del Desierto. Porque no nos exterminaron, porque seguimos vivos y nos estamos organizando. Hay muchas personas desaparecidas y muchas personas de las comunidades detenidas”, explica Gabriel Jofré, mapuche de Malargüe, los motivos reales por los que los dos referentes de pueblos originarios continúan presos, a pesar de que hasta la Justicia falló a favor de ellos.
“Es triste saber que aún sigue la humillación a los pueblos indÃgenas, no solamente con este gobierno sino con todos los que pasaron. El encarcelamiento de AgustÃn Santillán; la quema de casas en la zona de Misiones, la persecución que se hace en Salta, en Neuquén, y también la prisión que tiene el hermano Facundo Jones Huala”, enumera la situación Félix DÃaz, referente de la comunidad Qom.
Gabriela Torres es la compañera de AgustÃn. Lo esperaba libre el viernes pasado luego de que la Cámara 1 en lo Criminal de Formosa declarara nulo el auto de procesamiento. Sin embargo el juez López Picabea se niega a aceptar el fallo. La acusación es por robar y quemar casas. Pero no hay ni un testigo. El motivo real por el que AgustÃn Santillán está privado de su libertad es porque ha alzado la voz: después de las inundaciones en Ingeniero Juárez se envió ayuda a la población pero solo le llegó a los blancos; y seis chicos originarios murieron por deshidratación. “AgustÃn participaba y denunciaba que venÃa la ayuda para los blancos nada más. Ni los médicos venÃan a la comunidad”.
En Ingeniero Juárez salir a la calle para un originario es poner en riesgo su libertad. Por eso chicos y chicas hasta dejan la escuela. “Tengo un sobrino de 16 que dejó el colegio por temor, los policÃas están en cada esquina, detienen a los originarios, los interrogan, les preguntan por los padres, si son wichi o no”. Apresar originarios es cosa de todas las semanas allÃ. “El viernes pasado detuvieron a otro joven que va al colegio y cobra el plan Progresar, fue a cobrar y lo detuvieron. Lo acusaron de robo: hay mucho temor, los chicos abandonan la secundaria, quieren seguir pero los persiguen. Este chico iba al colegio y ahora ya no quieren saber más nada”.
Hasta ir a cobrar en Ingeniero Juárez es un riesgo. Y la plata se necesita. Porque antes se autoabastecÃan pero desde que les usurparon el territorio para dárselo a empresarios extranjeros, esa posibilidad ya no existe: “No tenemos tierra para sembrar alimentos para nuestras familias. No tenemos nada porque está todo alambrado. AgustÃn luchaba por recuperar esas tierras, hasta el rÃo está alambrado, de ahà sacábamos los peces para comer”.
Y también hay un desaparecido en Ingeniero Juárez. No lo buscaron cuando desapareció. Y para hacer la burla completa hace unos dÃas pidieron su detención: “Sacaron una lista de personas con orden de detención y ahà figura un hermano que desapareció hace un año: nadie sabe de él, dijo que iba a la casa de un blanco a hacer limpieza y nunca más volvió. Los familiares hicieron la denuncia pero en la comisarÃa les dijeron que tenÃan que tener pruebas de su desaparición”.
En el sur, Facundo Jones Huala sigue preso. Desde el penal de Esquel se rÃe y se indigna al mismo tiempo del nuevo absurdo que quieren instalar ahora algunos medios de comunicación: que él forma parte de un grupo terrorista financiado desde Gran Bretaña. “Es ridÃculo, es todo para tapar otras cosas. Nosotros denunciamos a las organizaciones que sà son financiadas”. En la televisión Facundo y su supuesta banda de terroristas ocupa mucho más espacio que la desaparición forzada de Santiago Maldonado por parte de la GendarmerÃa. O la represión y los desalojos constantes que sufren los pueblos originarios. Y esos mismos medios confunden al repetir una y otra vez la falsedad de que luchan por un Estado mapuche. Gabriel Jofré lo explica con claridad: “Las élites criollas se quedaron con la riqueza de la Patria Grande o de la Abya Yala (asà llaman los pueblos originarios a la relación cósmica que tienen con el territorio y la naturaleza, aunque los mapuches la llaman Wall Mapu). Y esa unidad mayor no se refleja en los estados coloniales, sino en estados que cambien su constitución para incorporar las naciones originarias como lo hizo el Estado plurinacional de Bolivia”.
“Han quedado nacionalidades impuestas por el Estado, desconociendo identidades prexistentes. El Pueblo wichi y el mapuche son los más numerosos. Y los Mapuches ya han vivido la desaparición forzada toma y delitos de lesa humanidad. Queremos que se discuta y se amplÃen los derechos humanos. Pedimos eso durante el kirchnerismo: que no se llegara solo hasta el 76. Ahora con este gobierno neoliberal y conservador pasa esto. Los muertos siempre son nuestros, de los populares, de los desposeÃdos, de los excluidos”, resume Jofré.
“VÃctimas del sistema”, precisa Félix DÃaz. Y aprovecha para dar su visión sobre quienes son los responsables de la situación:”El pueblo mapuche no es culpable de lo que está pasando, el culpable es Benetton. Usurpó y masacró a miles de mapuches, y sigue persiguiendo a los pueblos mapuches porque tiene el poder de la Justicia, tiene el poder de la GendarmerÃa, la PolicÃa Federal, los gobiernos, el poder económico. A los pueblos mapuches, asà como los pasó Lanata, los toman como extremistas. Muestran a un mapuche que tenÃa un palo en la mano, una piedra, y eso es una burla para la sociedad, ver que es asÃ, porque nosotros sabemos que la Justicia busca argumentos legales para condenar a nuestros hermanos, como a mà que me pasa lo mismo, me condenan por ser usurpador de nuestras tierras, en la que ha vivido históricamente nuestra gente, y tenemos una causa civil por usurpación”
Los pueblos originarios están vivos y reclaman que dejen de robarles las tierras. Las leyes internacionales reconocen sus derechos pero hoy se está pidiendo una prórroga de la ley que frenaba los desalojos. Y mientras, los desalojan. El problema es nacional pero es a partir de lo ocurrido en el Sur que llega a instalarse como un tema en los medios de comunicación: “En Cushamen tienen la decisión de desenmascarar estos armados mediáticos, nos invisibilizan, nos anulan los procesos de los pueblos. Hay discriminación al acceso a la salud. En el Chaco, Formosa y Santiago del Estero hay vÃnculo entre poder polÃtico, narcotráfico y trata de personas, se pierden niñas de las comunidades hace más de 10 años. Son muchas personas desaparecidas”, asegura Jofré.
Y su comunidad no es la excepción. También allà los meten presos por nada. O por algo: pedir pacÃficamente que las empresas petroleras hagan las inversiones para no destrozarles el territorio: “No hay controles, desmontan, hacen caminos, después caen tormentas y se producen cosas como que explotan túneles de petróleo o derrames. Hay mucho olor, no se puede vivir, hay cientos de pozos, no podemos tener animales de crianza, ni utilizar las plantas medicinales de la zona. Y si te defendés, sos extremista o terrorista”.
El Campito tiene memoria
Una multitud acompañó a familiares y sobrevivientes del genocidio en el ingreso al Campito, uno de los centros de exterminio más aberrantes de la dictadura militar. Se busca preservar el lugar, que sea un espacio de memoria, y que se sigan investigando las causas por delitos de lesa humanidad ocurridos en Campo de Mayo, y que no se convierta en un negocio inmobiliario como pretende el Gobierno.
La última vez que lo vimos
Se cumplen ocho años de la desaparición de Julio López. Unos dÃas antes el fotógrafo Horacio Paone lo captó en una imagen muy especial.
El EAAF, orgullo nacional
De una oficina porteña a todo el mundo este es el trabajo que realiza el Equipo Argentino de AntropologÃa Forense. Sin embargo en la Argentina no podrá seguir con la búsqueda de desaparecidos porque el Estado incumplió en los pagos.