Las Madres de la Plaza y una ronda muy especial
por Revista CítricaFotos: Vicky Cuomo
14 de noviembre de 2019
En su ronda 1170 en Plaza de Mayo, las Madres abrazaron al pueblo boliviano y al legítimo presidente Evo Morales.
Madres de la Plaza, el pueblo las abraza como ustedes abrazan cada lucha, como ustedes defienden a cada hermano y hermana de nuestra América. Como abrazaron hoy, en su ronda 1170, al pueblo boliviano y al legítimo presidente Evo Morales. ¡No al golpe! Gritaron. ¡Evo no estás solo! Clamaron. ¡El pueblo, las Madres, están contigo!
Mientras tanto, migrantes bolivianas, con sus wiphalas y los puños en alto, se acercaron desde la vigilia en el Consulado de Bolivia para alzar la voz junto a los pañuelos blancos. “¡Resistimos y estamos alerta contra el golpe perpetrado por militares, policías, por Camacho y Carlos Mesa, traicionando a su pueblo, aliados para matar, reprimir, para perseguir, para secuestrar a nuestros hermanos y hermanas!”, grita Érica Huanca.
Y se aferra a los pañuelos, a la ronda de este jueves, a la pirámide de Plaza de Mayo que está vestida de banderas de Bolivia, de wiphalas, de imágenes de Evo, el cocalero, el indígena, el presidente obligado a renunciar y a pedir asilo en otro país para salvar su vida.
La herida que sangra en Bolivia, como en Chile, como en Brasil. La herida que se empecina en disciplinar cuerpos collas, cuerpos indígenas, cuerpos de mujeres, cuerpos negros, cuerpos de trabajadores. “Las mujeres salimos a las calles porque están matando a nuestros hermanos, pero somos las primeras a las que nos agarran, a las que nos cortan las trenzas, a las que nos acorralan para burlarse y humillar nuestras polleras, a las que nos violan. Este golpe es machista y racista. Nos están masacrando”, agregan Nelly y Gradys Reque.
Y entonces marchan, y ruedan en la Plaza, con ellas, las Madres, nuestras Madres, las protectoras de Nuestra Latinoamérica, que unida jamás de los jamases será vencida.
Generación Nietes
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Nietos y nietas: reconstruir lo astillado
¿Cómo se cambia una historia? ¿Hay nuevas vidas dentro de una vida? ¿Se transforman los olores de una infancia mentida? ¿Pueden recordarse los momentos olvidados? Lejos de las versiones románticas, los nietos recuperados Ezequiel Rochistein Tauro, Tatiana Sfiligoy, Victoria Montenegro, Pablo Gaona Miranda e Ignacio Montoya Carlotto rearman su identidad a partir del dolor y la verdad. Casa de abuelas bravas y ambiente cálido: Virrey Cevallos 592.
Nora Cortiñas: “Siempre estaré donde haya que estar”
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