"Este modelo nos lleva a un suicidio colectivo mundial"

por Enrique Viale *
Fotos: Victor Moriyama - Greenpeace
23 de agosto de 2019

El abogado ambientalista Enrique Viale cuenta que los incendios en el Amazonas se sustentan en la retórica del presidente Bolsonaro, promotor de un ecocidio que deberá juzgarse en Tribunales Internacionales. Los límites de la frontera agropecuaria, la devastación de reservas indígenas y una problemática que atraviesa a Argentina y a toda América Latina.

A esta altura ya no hay dudas: los incendios en la Amazonía fueron intencionales. En los primeros días de agosto, poderosos hacendados organizaron el denominado "Día del Fuego", en el que quemaron áreas para pastoreo animal y zonas en proceso de deforestación. Y lo hicieron amparados por la retórica antiambientalista del presidente Jair Bolsonaro, quien viene insistiendo desde su asunción en la necesidad de avanzar sobre la Amazonía.

Ocho ex ministros de gobiernos brasileños de los últimos treinta años ya habían alertado hace unos meses que el presidente Bolsonaro estaba destruyendo sistemáticamente las políticas de protección ambiental de Brasil. En este sentido, el presidente brasileño destituyó hace semanas a Ricardo Osorio, director del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), por divulgar que la parte brasileña de la Amazonía había perdido más de 3.000 kilómetros cuadrados de área boscosa desde que Bolsonaro asumió en enero de este año. Asimismo, transfirió al Ministerio de Agricultura la demarcación de tierras indígenas y el Servicio Forestal Brasileño y eliminó la Agencia Nacional del Aguas, la Secretaría de Cambio Climático y el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad.

Los incendios extenderán la frontera agropecuaria para profundizar el modelo de soja transgénica y ganadería intensiva

Por ello subrayamos que este brutal incendio en la Amazonía no es de origen natural. No se lo cuestiona a Jair Bolsonaro porque "no hace nada para apagarlo". Se lo cuestiona por lo que justamente hace: alentar que el agronegocio extienda su frontera agropecuaria para profundizar el modelo de soja transgénica y ganadería intensiva. Bolsonaro es parte de ese modelo, su principal promotor junto a la poderosa bancada ruralista brasilera. Y ese modelo nos está llevando a un suicidio colectivo mundial que lo tiene al presidente brasilero como el Nerón del Siglo XXI. 

La situación es realmente desesperante. Se están devastando, con guiño gubernamental, no solo la mayor biodiversidad del planeta sino reservas indígenas enteras. Los pueblos originarios claman ayuda.

Las imágenes de la Amazonia prendiéndose fuego son apocalípticas. La nube de cenizas cubrió a la populosa ciudad de San Pablo dónde el martes pasado oscureció totalmente su cielo a las tres de la tarde. Hacen quedar en ridículo cualquier película o serie sobre futuros distópicos. Es un ecocidio y debe ser juzgado por Tribunales Internacionales. No puede ni debe quedar impune.

Por las crisis económicas persistentes pareciera que nunca fuera el momento oportuno para debatir sobre la problemática socioecológica

En Argentina, la problemática es parecida pero sin espectaculares incendios. Según la FAO (ONU) nuestro país está entre los 10 países que más deforestan a nivel mundial, unas 300.000 hectáreas por año en promedio. Y también su responsable es el agronegocio que avanza sobre bosques nativos y territorio indígena y campesino. En Bolivia, sólo en la última semana, se quemaron 471 mil hectáreas de bosques y en lo que va del año 953 mil hectáreas.

Con este contexto cabe preguntarse: ¿Servirá esta desgracia para abrir el debate sobre el modelo de (mal) desarrollo imperante en América Latina? Suena paradójico, pero nuestra riqueza genera nuestra propia pobreza. Por las crisis económicas persistentes pareciera que nunca fuera el momento oportuno para debatir sobre la problemática socioecológica. Pero lo que no se comprende es que estas crisis son fuertemente exacerbadas por el modelo de (mal) desarrollo reinante en la región, que nos pone en el lugar de ser exportadores de Naturaleza (materias primas) como si fuese el único camino. Y que su promesa de progreso termina siendo como un fantasma que nunca se puede atrapar. Es la historia de América Latina desde la conquista. Es indudable que los gobiernos tienen que repensar estos modelos en la región. Debemos animarnos a debatir este falso consenso que tiene atrapado a gran parte de la clase política, y debemos hacerlo más que nunca en época electoral. No podemos seguir este camino: no tiene destino, no solo ecológico ni social, sino tampoco económico.
 
* Abogado Ambientalista. Presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas.

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