Compartir

Diana Bellessi, poesía del continente

por Revista Cítrica
21 de marzo de 2016

Atravesó América del Sur con su mochila y de a pie entre 1969 y 1975. Esa experiencia se refleja aún hoy en su producción.

A sus veintitrés años, dejó su Zavalla natal, en Santa Fe, y emprendió un viaje que sería exterior e interior, iniciático y determinante. Diana Bellessi recorrió durante seis años, entre 1969 y 1975, a pie el continente americano. Con su mochila, subía a camiones, trenes, autos. Su primer destino fue Chile, donde se encontró con la campaña de alfabetización de Salvador Allende, en la que colaboró. Tomó los Andes por el Pacífico, y no paró. Trabajó de obrera metalúrgica, ayudante de pintor, lavacopas, contrabandista. Y fue durante esa itinerancia que publicó su primer libro de poemas: Destino y propagaciones, en Ecuador; comenzaba la década del 70. Bellessi había estudiado filosofía en la Universidad del Litoral, criada en una chacra de la pampa húmeda santafesina, donde sus padres, tíos y abuelos eran trabajadores golondrina y su madre, una modista que cosía toda la noche a la luz de una vela y que con mucho esfuerzo había logrado terminar la escuela primaria. Para Bellessi, la poesía es un acto que comienza en la experiencia y termina en el lenguaje. La vida cotidiana, la naturaleza, el amor, la política, la historia familiar atraviesan su obra, que se expresa “escuchando la pequeña voz del mundo”. Su obra poética es fecunda: cuenta con más de una veintena de libros de poesía, además de traducciones y libros de ensayo. En 2011, obtuvo el Premio Nacional de Poesía por Tener lo que se tiene, donde reúne 35 años de obra.

Destino

Tablas acosadas por la humedad y el bicho
guardan mi corazón como un lucero
y no me importa la gente ni la plata
sino el crac crac del grillo en la mañana
del silencio, el gallo allá a lo lejos
y ese girar de Talita que busca el sitio
para echarse al sol en el alero
mientras la sombra de papá en su silla
me dice sí y alcanza un mate con
cáscaras de naranja, sí, mi hijita,
cerrá tu vida en este círculo que acaricia
los pasos del principio con las huellas
nítidas del final