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Un cumpleaños sin cuerpo, ni verdad, ni justicia

por Silvina Ojeda
13 de agosto de 2025

Luciana Muñoz Aguerre no pudo festejar sus 22 años. Está desaparecida desde el 13 de julio de 2024 en el oeste de Neuquén. Su familia y amigas siguen buscando, mientras reclaman respuestas políticias y celeridad judicial.

8 de agosto de 2024. Luciana Muñoz Aguerre cumpliría 22 años.

No hay torta, no hay velas, no hay abrazos, ni una birra con una canción de amigas.

Hay una silla vacía, un silencio que crece y un calendario que se clava como aguja.

Luciana desapareció el 13 de julio de 2024 en la ciudad de Neuquén. Desde entonces, su familia y sus amigas viven en un tiempo suspendido: el tiempo de las búsquedas que no se agotan, de las preguntas sin respuesta, el que transforma cada fecha importante en una herida que no cierra.

“Hoy, como cada día desde tu ausencia, te recordamos. Pero este día duele distinto. Porque mañana es tu cumpleaños, y no podemos evitar pensar en vos, en tu risa contagiosa, en tu forma de llegar siempre a la escuela con esa sonrisa que parecía tener el poder de mejorarle el día a cualquiera, incluso si el tuyo no había sido bueno...”.

Las amigas de Luciana, del colegio CPEM Nº 76, la recuerdan con esa sonrisa que siempre tenía, con sus cuadernos llenos de dibujos y frases, con las canciones que cantaba sin vergüenza en los recreos. Decían que era imposible no quererla. Que siempre estaba para escuchar. Que nunca te dejaba sola.

“Amabas sacarte fotos. Todo era motivo de una selfie, de un recuerdo, de un momento para compartir en redes. Pero hace más de un año, esas redes se detuvieron. Y con ellas, también se detuvo una parte de nuestras vidas...”.

Mientras el Estado sigue sin dar respuestas, Neuquén cuenta otra historia: la de una piba del oeste neuquino que un día salió de su casa y nunca volvió. La de una familia que golpea puertas, que recorre calles y pasillos para ver si la reciben en la Casa de Gobierno provincial, que formó una Asamblea por Luciana que batalla contra los sectores prósperos que hoy, en la proximidad de una campaña electoral, se incomodan con “NO ESTAMOS TODAS, FALTA LUCIANA”.

Su mamá, en sus propias palabras, dice:

“Quiero, y más deseo, que puedan encontrar a mi hija pronto y que nos digan la verdad y lo que realmente pasó con ella. Hasta el día de hoy, toda la familia estamos con una incógnita: ¿qué pasó con ella?, ¿con quién fue la última persona que tuvo contacto?, ¿qué pasó después? Ya sabemos que Maximiliano Áviles, el último que la vio y que estaba preso, quedó libre.

Ya pasó un año y un mes y seguimos reclamando, seguimos luchando, pero siento que no lo veo en ellos, en mostrar realmente qué trabajo se está haciendo, si la están buscando o no, o qué cosas han encontrado en todo este trayecto. Dijeron que había otras líneas investigativas… y por eso mismo digo lo que digo.

Porque no hay justicia, no hay verdad y no hay cuerpo. Y porque el dolor también tiene fecha.

Seguimos esperando verte entrar por esa puerta, con tu sonrisa de siempre, como si el tiempo no hubiera pasado. Y hasta que ese día llegue, si es que llega, te vamos a seguir recordando con el amor, el respeto y la esperanza intacta...”.

La recordamos con amor, con dolor, con esperanza. Y en cada cumpleaños la celebramos como si estuviera acá: pensando en ella, hablándole al cielo o a donde sea que esté, y deseando que algún día vuelva.

¿Cómo se hace para vivir con un familiar desaparecido?

Pasan las horas, los días, con la sensación de que va a volver por esa puerta. Es lo que manifiestan la mayoría de familiares con quienes hablo y lo que sienten las amigas del CPEM Nº 76, donde silenciosamente su presencia hace ruido. Ellas golpearon casa por casa para buscarla.

¿Cómo se hace para vivir con una compañera y una amiga desaparecida?

¿Cómo se hace para mostrar la imagen de una piba que incomoda en los medios hegemónicos porque es de un barrio pobre, en una de las provincias más ricas del país?

¿Por qué Luciana no es como todas las desaparecidas cuyos carteles de búsqueda aparecen en aeropuertos o aduanas?

¿Por qué la provincia de Neuquén no hizo la denuncia a nivel nacional de que tienen a una piba desaparecida?

Resulta irónico ver redes sociales de funcionarixs neuquinxs que hablan del Día de la Lucha contra la Trata de Personas y no publican ni una foto de búsqueda de Luciana, o que borran mensajes cada vez que se escribe: “NO ESTAMOS TODAS, NOS FALTA LUCIANA”.

Este 13 de agosto se cumplen 396 días (9.504 horas) sin Luciana Muñoz Aguerre. Un nombre que incomoda.

La Asamblea formada por Luciana convoca a las diez y media de la mañana a los medios de comunicación en las puertas de la Casa de Gobierno de Neuquén. Exige el cambio del fiscal Andrés Azar, responsable de múltiples demoras y omisiones de la causa, y la incorporación del perito Enrique Prueger. 

También organizan un viaje a Buenos Aires para nacionalizar su desaparición, coordinan jornadas de búsquedas eternas y encuentros con defensores de los derechos humanos como Martha Pelloni, con pedido de cambio de carátula, ya que sigue figurando como “búsqueda de paradero”.

Días atrás, la familia de Luciana fue recibida por el ministro de Seguridad provincial, Matías Nicolini, y el gobernador Rolando Figueroa en Casa de Gobierno, donde expusieron y dejaron claras sus demandas: aparición con vida de Luciana para festejar miles de cumpleaños. El cumpleaños de una piba de barrio del oeste neuquino donde todo parece articulado para que el futuro de esas pibas sea objeto de consumo.

¿Cómo se festeja un cumpleaños cuando no hay cuerpo, ni verdad, ni justicia?

Tal vez no se festeja.

Tal vez se grita.