Cuarta marcha nacional contra el gatillo fácil
Los medios de comunicación populares toman la responsabilidad de hacer oír las voces silenciadas, como las de las madres que perdieron sus hijos e hijas en las balas y golpizas de las fuerzas de seguridad.
En épocas de crisis e individualismo nos organizamos para combatir siempre del lado correcto de la mecha, del lado del pueblo. Hoy tocó decirle no a un sistema de poder que asesina a nuestras pibas y pibes. Y, como ya es una constante, en las calles fuimos muchos y muchas más que ayer.
Hace exactamente un mes atrás La Garganta Poderosa invitaba a los medios populares a la Cumbre de Base que se celebró en Porto Alegre, Brasil. De esa experiencia nos llevamos esta idea: si nos organizamos somos un multimedio. Si repasamos cualquiera de las declaraciones que relevamos durante nuestra tercera experiencia de cobertura colaborativa no será novedoso encontrar la misma conclusión que sacábamos un mes atrás. “Que vean todos que estamos organizadas”, dijo Angélica Urquiza, madre de Jonathan ‘Kiki’ Lezcano. Este espíritu estuvo presente en las palabras de todas ellas; que alguna vez fueron madres del dolor y hoy sin dudas son madres de la lucha.
Desde las Madres de Plaza de Mayo en adelante aprendimos que el poder es colectivo o no es. A medida que la crisis se profundiza esta idea cobra más fuerza. El fantasma de las mujeres llamadas locas que derrotaron una dictadura cívico-eclesiástica-militar está cada vez más presentes en las luchas que se anidan en el seno de nuestra sociedad. Hay quienes son hijos de aquellas luchas, de aquellas resistencias; y hay quienes están aprendiendo a resistir. Sabemos que la repercusión mediática históricamente ha servido para combatir la impunidad. Lo han demostrado las Madres cuando su imagen dio la vuelta al mundo y lo hemos rectificado más de 30 años después, con aquella imagen de la plaza de mayo repleta de pañuelos blancos que se negaba a aceptar el 2x1 para los genocidas.
Los medios populares somos conscientes del rol que nos demanda la era. Sentimos todos los días la responsabilidad de militar la comunicación y de hacer oír las voces silenciadas. También sentimos todos los días el calor y la ternura de las madres luchadoras que nos abrazan, que nos dan una palmada en la espalda porque saben que estamos firmes en cada una de las luchas que llevan adelante. Porque nos ven conmovernos con su dolor. Porque saben que su dolor es también el nuestro. Como colectivo queremos repudiar la avanzada represiva del gobierno de Mauricio Macri en todo el país. Queremos decir que todos los pibes y las pibas que asesinaron están presentes y que por eso en las calles somos todos los días un poco más. Y también queremos invitar a todos y a todas a sumarse a estas batallas.
Junto a las madres y los familiares víctimas de gatillo fácil y de las fuerzas represivas decimos:
– Basta de gatillo fácil
– Basta de torturas y muertes en cárceles, comisarías, institutos de menores y otros lugares de detención
– Basta de desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y causas armadas
– Libertad a los presos políticos
– No a la reforma del código penal y la implantación de la “doctrina Chocobar”
– No a la inclusión de las fuerzas armadas genocidas en la seguridad interna, responsables de los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos
– Ni una menos en las cárceles también
– El Estado es responsable
El futuro será de justicia o no será.
El Estado es responsable
La Cuarta Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil partió en Buenos Aires desde Congreso a Plaza de Mayo con una consigna clara: “No es un policía, es toda la institución”. La movilización se replicó en más de diez ciudades de todo el país. Allí estuvieron familiares de Luciano Arruga, Kiki Lezcano, Fabián Gorosito y de Pablo Kucoc. Compartimos la crónica de La Vaca.
Marcha contra la impunidad del aparato represor
Familiares de víctimas de gatillo fácil marcharon de Congreso a Plaza de Mayo para exigir justicia y consciencia social, en un país donde cada 21 horas muere un pibe o una piba a manos de las fuerzas represivas del Estado.
"Los gendarmes que mataron a mi hijo siguen sueltos"
Tras un control de Gendarmería, Andrés García Campoy apareció muerto, de un tiro en la nuca en el asiento trasero de su auto en junio de 2014 en Mendoza. Los gendarmes implicados en el caso están libres. La familia denuncia irregularidades, amenazas y la complicidad de la Justicia.