"Atravesamos un rebrote y el presupuesto sigue siendo muy bajo"
por Revista CítricaFotos: Federico Imas
07 de enero de 2021
Valeria Bonetto, médica pediatra del hospital Paroissien de La Matanza, relata cómo vivió y vive el personal de salud esta pandemia de Covid-19, que no da tregua. Un aumento presupuestario en la provincia que no alcanza y una sobrecarga física y psicológica que afecta incluso más que los salarios de pobreza.
Por Valeria Bonetto.
Médica pediatra del hospital Paroissien de La Matanza. Secretaria de Derechos Humanos y Género de la Asociación de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop).
A los trabajadores y las trabajadoras de la salud nos pareció desde el principio que la pandemia era un desafío enorme, difícil de dimensionar. Nos preocupaba la cantidad de muertes en países desarrollados porque nuestro sistema de salud tiene un gran déficit y el temor era no tener los recursos necesarios para satisfacer la demanda.
Estuvimos recibiendo, asimilando y procesando permanentemente toda la información que podíamos de los protocolos de atención de Nación y de Provincia. Hubo capacitación y entrenamiento con respecto a los cuidados. Tuvimos que reeducar familias enteras, aprender para enseñar a la gente. Hubo una reestructuración y adecuación de los distintos servicios que hay en los hospitales.
Pero se vulneraron nuestros derechos por ser trabajadores esenciales. Se suspendieron las vacaciones y se nos negaron las licencias para los menores de 60 años que pertenecían a grupos de riesgo. Los mayores de 60 sólo pudieron tomarse licencias si tenían alguna patología. Frente a eso, muchos y muchas fallecieron por trabajar cuando no deberían haberlo hecho por tener enfermedades preexistentes. El sector de enfermería fue el más castigado por el Covid.
Se vulneraron nuestros derechos por ser trabajadores esenciales. Se suspendieron las vacaciones y se negaron licencias
Muchas compañeras estuvieron sobrecargadas físicamente con el trabajo y emocionalmente mal por temor de contagiar a sus seres queridos por ser personal de salud, sobre todo, las que tienen hijes, padres y/o madres a cargo porque tampoco pudieron tomarse licencias por ser cuidadoras. Las mujeres somos las que ocupamos el rol de cuidadoras cuando no hay reparto equitativo de los cuidados. Entonces, la doble jornada laboral se hizo más evidente y se agudizó la desigualdad de género.
Como delegadas trabajamos mucho tratando de contener a los y las compañeras que nos llamaban con distintas situaciones a resolver: la sobrecarga del personal, la falta de elementos, la ausencia de compañeros por la enfermedad, problemas con la ART. Tuvimos abiertos los teléfonos permanentemente.
Otro desafío fue conseguir los equipos de protección personal que al principio faltaban y eran de pésima calidad. Tuvimos que pelear para que la enfermedad por Covid sea considerada una enfermedad profesional por la ART y por nuestras paritarias, que no son solamente los salarios sino nuestras condiciones de trabajo.
Nuestro gremio creía que para fortalecer el sistema en la provincia había que incorporar 2.500 profesionales y entraron 700
En este contexto, entraron trabajadores y trabajadoras precarizadas, con becas, y un reclamo es que puedan quedarse en el sistema de salud. Nuestro gremio creía que para fortalecer el sistema en la provincia había que incorporar 2.500 profesionales y entraron 700, la cuarta parte. Esa es la importancia que se le da en general a la salud.
El Gobierno se encontró con un sistema de salud público muy debilitado que venimos denunciando hace rato con problemas importantes en relación a los recursos humanos, a infraestructura, a equipos de protección personal, a equipamiento, como por ejemplo, respiradores. En ese aspecto la pandemia obligó a que haya algunas mejoras. Es cierto que se aumentó el presupuesto, pero el de 2021 es levemente superior al de 2019, el más bajo de la historia de la provincia. Atravesamos un rebrote, seguimos en pandemia y el presupuesto sigue siendo muy bajo.
El año que pasó y éste que acaba de empezar fueron en los que más le pusimos el cuerpo. Estuvimos en la línea de atención en el frente de la pandemia y, a decir verdad, hubo muchos aplausos (ahora ya ni eso), pero poco reconocimiento respecto a lo monetario.
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