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“Nos criamos en la ruta, siempre viajando”

por Revista Cítrica
15 de enero de 2014

A poco de su presentación (el viernes a las 21, en El Universal Espacio Cultural), entrevistamos a Los Carlinga, el dúo que, haciendo canciones shakesperianas, revolucionó el under porteño.

Aparecieron por los escenarios de Buenos Aires hace un tiempo y nadie sabe bien de dónde salieron. El público muchas veces cree que son actores o músicos o saltimbanquis, pero cada vez que suben al escenario no hacen más que representar lo que mamaron de niños. Su padre, todas las noches, les leía obras de Shakespeare. El resultado de esto, que bien podría ser un experimento, son dos hermanos de carne y hueso que toman a la tragedia como lo más natural del mundo. Esa es su realidad, y la que el público ve en cada una de sus presentaciones. La próxima será el viernes a las 21, en El Universal Espacio Cultural, en Pablo Soria 4940, barrio de Palermo.

Pero ¿quiénes son los Carlinga? ¿Dónde nacieron y de dónde vienen estos hermanos que recorren los barrios porteños y el conurbano bonaerense conquistando a un público sin edades, que parecen haber salido de otro siglo, de un libro de miles de páginas amarillas, ajadas, pero que sin embargo desbordan de vitalidad y contagian la locura a sus espectadores?

Una casualidad -¿qué diría William de las casualidades?- le permitió a Cítrica toparse con ellos, fuera de los escenarios, en algo así como su guarida. Entonces aprovechamos para hacerle algunas preguntas.

 -Si bien sus espectáculos son muy divertidos, y la gente se ríe, se vislumbra una infancia difícil y una familia compleja. ¿Qué pueden contar de esos primeros años de la infancia?

Alberto: Encontramos refugio en la música. Es cierto que fue una crianza muy dura; nuestra madre no nos quería. El que más nos incentivó siempre fue papá, decía que el estudio era lo más importante. Hoy Hugo está arrasado por el alcohol pero así y todo está egresado de Concertista de Piano.

 -¿Dónde nacieron y se criaron?

Hugo: Alberto nació en el Hospital Italiano, acá en Buenos Aires. Creo que a los 7 meses de embarazo de mi madre. Nos criamos en la ruta, siempre viajando. Papá manejaba la misma camioneta que hoy usamos para ir de Wilde a Burzaco. Nunca supieron decirme exactamente donde nací, creo que en la frontera con Brasil.

-¿Dónde viven y con quién?

A: Ahora nos alberga en Buenos Aires una muy amiga nuestra a la que le dicen La Negra, una persona muy amorosa y compañera que conoce el amor libre y hace unos desayunos que te moriste.

 -¿Cómo fue su primer acercamiento al mundo shakesperiano?

A: Es sabido que nuestro padre nos leía todas las noches las tragedias de William, no vamos a contar de nuevo toda la historia.

H: El siempre decía que así entenderíamos que todas las guerras, muertes, amores desairados y el caos en el mundo eran culpa puramente de los humanos, una raza que según él era poco confiable.

 -Y del resto de su familia, ¿qué nos pueden contar?

(En ese momento hubo un silencio que se mantuvo hasta la siguiente pregunta)

 -¿Esa competencia entre ustedes arriba del escenario se traslada a la vida cotidiana?

A: Nosotros no cambiamos en ningún momento.

H: Le damos a la gente lo que somos, sin restricciones, y nos gustaría eso a cambio.

A: Que la gente nos dé todo lo que tenga.

 -¿Los Carlinga veranean? ¿Dónde, con quién?

A: Cuando no trabajamos nos gusta ir a una quinta que tenemos en Lujan, ahí nacieron canciones como "Carne Mamá" y "Oh telo".

H: La gente nos recibe muy bien, la última vez nos regalaron unas verduras. Fue una lástima que las arrojaron muy fuerte contra el vidrio de la camioneta.

 -¿Siguen leyendo a Shakespeare, leen algo más?

A: No.

H: Hay gente que a veces viene y nos dice "porque no cantan una de Chejov". A nosotros no nos gusta eso, estamos en contra. Y quiero decir que también aborrecemos a Harold Pinter, Arthur Miller y, sobre todo, al blandito de Tenesse Williams.

facebook.com/loscarlinga 
http://vimeo.com/m/79382935