"Los principales responsables de la Masacre de Avellaneda siguen en el poder"
por Revista CítricaFotos: Juan Pablo Barrientos
26 de junio de 2020
A 18 años de la Masacre de Avellaneda, la memoria de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki luchando en la primera línea continúa viva, así como también el pedido de justicia. Alberto Santillán reflexiona sobre uno de los días más tristes de la historia reciente de nuestro país.
“Hace 18 años que no tenemos a Darío y a Maxi, los gobiernos pasan y los principales responsables de la Masacre de Avellaneda siguen en el poder. Tenemos un nuevo gobierno con Felipe Solá como canciller, Aníbal Fernández en los yacimientos carboníferos de Río Turbio, Eduardo Duhalde como principal consulta del presidente. Pasan los y las presidentes y sabemos que si no hay voluntad de la política no vamos a tener una respuesta favorable de parte de la Justicia, por eso redoblamos nuestros esfuerzos y vamos a seguir en las calles. Lo que hemos logrado hasta ahora fue en base a esa pelea que dimos, como la perpetúa a los policías Fanchiotti y Acosta, que la estación tenga el nombre de Darío y Maxi, volver a abrir la causa federal, todo ha sido en base a nuestra presión.
La Justicia es muy corta, encubre y les da impunidad a todos los responsables de la Masacre de Avellaneda. Nosotros como querellantes hemos presentado nueve testimoniales, a la fiscal no le alcanzaba, quería nombre y apellido, sin embargo, Oscar Laborde, intendente de Avellaneda en 2002 dio nombre y apellido, dijo claramente que Juan José Álvarez -secretario de Seguridad en ese momento- lo amenazó para que no halla videos, para que corte todo y el jefe de Gendarmería también, cuando dimos los nombres y apellidos tampoco le alcanzó a la Justicia, pero vamos a seguir.
A 18 años del asesinato de Darío y Maxi hay miles de compañeros que levantan la misma bandera.
Hace 18 años que no tengo a mi hijo y las imágenes de la estación no se me borran, pero tampoco se me borra como vivió Darío, lo que sentía. Él dejó su hogar, sus comodidades para estar con los que menos tienen, él se sentía libre, ese era su lugar en la vida, su preocupación era que sus compas tengan una vivienda digna. Él se consideraba parte de la sangre de los 30 mil compañeros desaparecidos, por eso a 18 años del asesinato de Darío y Maxi hay miles de compañeros que levantan la bandera que levantaba Darío, han caído tantos que tenemos que rescatar y no dejarnos en el olvido.
Siempre sostengo que mientras Darío se desangraba en la estación se parían miles de hijos con una conciencia distinta, con una conciencia solidaria porque hay mucha juventud que tiene el mismo compromiso que Darío. No son únicamente Darío y Maxi sino que también a través de estos largos 18 años hay una juventud que la lucha todos los días, que lleva adelante esa revolución de la que siempre hablaba Darío del hombre nuevo, me tomo el atrevimiento de decirlo, que él era parte del hombre nuevo y hay una relación con esa juventud que se ve reflejada en lo que fue Darío, así como él se reflejó en otros compañeros. Creo que lo único que puede cambiar nuestro país es la juventud. Cómo no apoyar a esos jóvenes que creen que todo esto puede cambiar. La política, que siempre se rodeó de impunidad, amparada por la Justicia, puede cambiar. Alguna vez nosotros tendremos un poder popular, que realmente sea para el pueblo, nos lo merecemos.
Hace 18 años que no tengo a mi hijo y las imágenes de la estación no se me borran, pero tampoco se me borra como vivió Darío, lo que sentía.
Todavía sueño con una Argentina más justa, donde haya trabajo, salud, educación y no que se segreguen a los más humildes. Por eso es tan importante que hoy en Monte Chingolo, donde estaba Dari, funcione una escuela primaria con educación popular. Hay personas ahí que tienen 70 años y están terminando la Primaria, vienen, me abrazan y me dicen: ‘Estoy estudiando gracias a Darío’ y yo les digo: ‘Darío dejó un ejemplo pero también es gracias al esfuerzo de todos los compañeros que siguen manteniendo esta lucha bien arriba’”.
Un fanzine para Darío y Maxi
Un colectivo de fotoperiodistas dio forma al fanzine 26 de Junio. Fuego en el Puente Pueyrredón editado, en un ejemplo de autogestión, gracias a la colaboración colectiva, tanto en los materiales como en el financiamiento, gestando, de esta manera, una política de la memoria desde abajo.
“Mamá, ¡mataron a dos compañeros!”
A 20 años de la Masacre de Avellaneda, un periodista de Cítrica homenajea a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki contando cómo una inocente anécdota familiar le cambió la vida para siempre.
"La dignidad piquetera está en Darío y Maxi"
El legado de Santillán y Kosteki contado por sus amigxs. Los deseos de dos jóvenes luchadores truncados por un crimen de Estado todavía impune y la reconstrucción de su vida militante hasta el trágico final en Avellaneda.