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"Vaca Muerta es una apuesta muy riesgosa para Argentina”

¿Cómo enfrentar el cambio climático en Argentina? El director Ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Andrés Nápoli, explica los peligros de convertir al país en un exportador de combustible, y la urgencia de una descentralización energética, mediante la apuesta al desarrollo de las energías renovables.

Por Andrés Nápoli *

Hoy más que nunca, la emergencia climática exige una mayor concientización a nivel global, en tanto implica consecuencias y correlatos en cada uno de los rincones del mundo. Sin embargo, las intervenciones para combatir el calentamiento global tienen que ser también -o sobre todo- locales, porque es la suma de estas acciones la que, en definitiva, puede lograr el potencial necesario para revertir la grave problemática actual. 

En el caso argentino, el sector energético es uno de los aspectos a rever sí o sí. Sin dudas se trata de la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel país y, por eso, reemplazar su matriz, de base fósil, resulta absolutamente necesario e imprescindible
 

El desafío argentino es desarrollar las energías renovables e integrar al país desde el punto de vista de una descentralización energética.

 

Sin embargo, Argentina tiene hoy el proyecto de convertirse en exportador de combustible al tiempo que recupera el autoabastecimiento energético. El problema es que esa ambición está sostenida en la explotación del yacimiento de Vaca Muerta (para la obtención de gas o, eventualmente, otro tipo de combustible igualmente sucio como el petróleo).

FARN plantea que se trata de una apuesta muy riesgosa. Por lo que significa la emisión de carbono o de metano, en el caso del gas, pero también porque implica generar una gran zona de sacrificio ambiental en la provincia de Neuquén y, eventualmente, en Mendoza.

 

El modelo energético sostenido en Vaca Muerta representa una gran zona de sacrificio ambiental en Neuquén, y eventualmente en Mendoza. 

 

Pero el problema no es exclusivamente ambiental: Vaca Muerta es una apuesta muy riesgosa también desde el punto de vista económico. Al tratarse de un yacimiento de capital intensivo, hacerlo producir requiere de enormes inversiones. A diferencia de lo que sucede con los yacimientos convencionales, estos pozos se agotan rápido y hay que perforar muchos. 

En otras palabras, Argentina baraja apostar todas sus fichas al petróleo que, además de un gran impacto climático, tiene un corto plazo de vida. Si miramos hacia adelante, el horizonte plantea una inestable situación de los precios del crudo y un nivel de demanda decreciente. ¿Vale la pena?

Para FARN, el desafío argentino debería concentrarse, por un lado, en el desarrollo de energías renovables; por otro, aunque en sintonía, en lograr la descentralización energética. Nuestro país tiene grandes posibilidades en ese sentido, pero está absolutamente subdesarrollado. 

Las energías renovables son descentralizadas; esto significa que pueden no concentrarse en el área metropolitana, como sucede habitualmente, sino diversificarse en distintos puntos del país. Pero lograrlo requiere de cierto desarrollo, y Argentina hoy en día invierte muchísimo dinero en subsidiar la producción de energía fósil, fundamentalmente en Vaca Muerta
 

Tenemos un fuerte potencial de energías eólica y solar, y también es fundamental apostar a la “eficiencia energética”.

 

Tenemos como país un fuerte potencial en energías eólica y solar, y capacidad para apostar a la “eficiencia energética”. Debemos para esto último trabajar mucho en lo que significa la contracara de la oferta: el sector de la demanda energética. Y en ese sentido, tanto la ciudadanía como las empresas y los grandes usuarios tienen mucho para aportar. 

Vaca Muerta es el pasado. Los esfuerzos, tanto cívicos como estatales, tienen que direccionarse en otra línea: ponernos a mirar hacia adelante, único sentido en que es posible avanzar.  

 

* Director Ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).