Esto es rock
Hernán Zyseskind24 de julio de 2017
Willy Crook, Claudia Puyó, Gustavo Vasco Bazterrica, Ica Novo, Tito Losavio y Marcelo Cuino Scornik cuentan sus pensamientos más profundos del misterioso y sinuoso camino de la creación, ante un sistema que cambia. En la película El club de los 50, el rock nacional vuelve a la pantalla del cine.
“Si tu ambición es ganarte la vida con la música: olvidate”. Una frase deliciosa de Gustavo Vasco Bazterrica, uno de los guitarristas símbolo del rock argentino que formó parte de La Máquina de Hacer Pájaros, Banda Spinetta y Los Abuelos de la Nada, en el club de los 50, la película donde el Vasco, Willy Crook, Claudia Puyó, Ica Novo, Tito Losavio y Marcelo Cuino Scornik hablan de sus propias vidas en el mundo del rock. La historia de seis músicos que siguen dejando su huella. Viven para la música y tocan para vivir.
Cuino Scornik, compositor de letras conocidas de Andrés Calamaro, Charly García o Los Twist, cuenta con desfachatez: “Mi mamá me puso Marcelo, la vida me hizo Cuino. No te conozco pero vos a mí, sí”. Mientras que el cordobés Ica Novo sentencia cantando: “Si no aprendes el paso, chocas el universo. Argentinizate”. Y Claudia Puyó demuestra como jamás la cambió el dinero: “Este departamento me lo compré recién a los 45 años. Y tengo que salir a tocar para pagar las expensas”. Viven como cualquiera, lejos, muy lejos de las frivolidades siendo consecuentes con un pensamiento de muchos años y con valores que no han perdido en el camino transcurrido.
Minutos antes del estreno en el cine Gaumont, el director Cucho Costantino nos contó que la elección del título de la película “es el contrapunto más exacto al club de los 27”, en referencia a aquellos grandes músicos que murieron a esa edad como Robert Johnson, Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse, entre otros. “Es un homenaje a los que quedaron en el camino, que son renombrados por sus productos, y también a los que siguen vivos, que también son reconocidos por sus obras pero que continúan luchándola día a día y haciendo cosas. Tiene que ver con enfrentarse a la vida haciendo música y arte”.
¿Qué buscaste transmitir a través de la historia del film?
La película está dividida en capítulos. Y en cada una, vinculada al rock, están las opiniones y pensamientos de los protagonistas sobre algo que sucede dentro de la industria musical. Y de alguna manera, mostrar esos momentos íntimos que me permitió la amistad con ellos. Voy a sus casas como ellos vienen a la mía y esos momentos son irrepetibles. Así la gente los puede ver como lo que son realmente: humanos; y no como super estrellas de rock. Son personas a las que les pasa lo mismo que a nosotros. La película es casera y a la vez es muy profesional. Destaco que es muy amistosa y con muy buena música.
La amistad con los protagonistas fue esencial para elegirlos...
Totalmente. El conocimiento y la amistad que tengo con ellos hicieron que los elija. Siempre supe que estos amigos son tipos diferentes que salen de la línea y siempre tuve en la cabeza hacer esta película, aunque se podría hacer una película con cada uno de ellos, pero me pareció más óptimo juntarlos. En sí no hay una historia, sino que hay pensamientos en común que todos tienen de no transar con el establishment y seguir con una línea auténtica musical que tiene que ver con hacer lo que a uno le gusta a pesar de todo.
¿Cuánto tiempo te llevó el rodaje?
La peli fue concebida hace como cuatro años. No de manera interrumpida pero sí en la elaboración. Al final, con el apoyo del INCAA se aceleró todo pero es una película que tiene más de 100 horas de grabación, así que tengo archivo como para hacer cuatro películas más.
¿Cómo la filmaste?
Al principio filmé solamente los shows. Salía los fines de semana al conurbano o algún bar de Buenos Aires donde ellos se presentaban y luego en mi casa o en la de alguno de ellos. Trabajé mucho de noche, lo cual fue un desafío porque me tocó de ir a lugares inhóspitos, regresar a las 6 de la mañana, bajar el material y transitar todo esto. Además, en cada lugar te invitan un trago y uno debe tener la responsabilidad del trabajo, haciendo foco, estar atento a lo que te digan y estar preparado con el sonido.
¿Qué estética elegiste para la película?
La película es en blanco y negro para darle un clima de nocturnidad, aunque también hay algunos pocos momentos de día. Y también tiene animaciones para darle una unidad estética y utilizarla como un hilo conductor entre los capítulos. La creación de cada música me propone algo visual y, en este caso, me propuso generar ese tipo de animaciones logradas junto a un grupo de gente, consensuando un concepto armónico y visual que acompaña a todo lo que sucede en la película.
Los artistas no dejan de lado sus instrumentos durante la filmación, le abren la puerta de sus vidas íntimas a Cucho y a los espectadores. Así podemos descubrir, a través del ojo del director, que estos musicos no son estrellas y mucho menos se han estrellado.
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