"Los discapacitados somos los fantasmas de esta sociedad"

“Basta con ver cómo están diseñadas las calles o los medios de transportes públicos para darse cuenta que la Ciudad de Buenos Aires no está pensada para nosotros. Los discapacitados somos los fantasmas de esta sociedad, siempre nos mantienen al margen. Pero antes que eso somos personas, en cambio los funcionarios no, porque ellos, además de ajustar y recortar día a día nuestros subsidios, también ahora están lucrando con nuestra discapacidad. Los vientos neoliberales que soplan hacen que nuestra lucha sea muy cuesta arriba, el capitalismo propone que cada vez todos estemos más separados, por eso nosotros tenemos que estar más unidos que nunca”.

Así se habló afuera de Tecnópolis, en la “Contracumbre de Discapacidad”, una manifestación organizada por centenares de personas discapacitadas, organizaciones de trabajadores y familiares, que se acercaron al predio para expresar su repudio a los constantes recortes y ajustes de las políticas del gobierno de Cambiemos sobre esta área. Mientras, adentro, funcionarios de los gobiernos de Argentina y de Brasil realizaban la segunda jornada de la “II Cumbre Global de Discapacidad”, un evento que costó alrededor de 65 millones de pesos y donde no hubo lugar para los reclamos de las personas con discapacidad.

A la Contracumbre no fue fácil llegar. Muchas de esas personas se movilizan con sillas de ruedas o tienen distintas dificultades que les impiden caminar. Por eso, que hoy haya sido un día de sol tiene el doble de valor. “Ayer llovía y hoy salió el sol, y eso es porque estamos nosotros acá, porque vinimos hasta acá. El sol es nuestra guía y, al acompañarnos, de alguna manera nos está diciendo que bendice este acto”, expresa emocionado José Enrique Montenegro, uno de los organizadores de la Contracumbre.

Las dos cumbres son encuentros que parecen ser tan distintos como el día y la noche: de un lado de Tecnópolis, el cinismo y la hipocresía de los políticos de Cambiemos, que se sacan fotos con niñxs discapacitadxs que fueron forzadxs a estar allí; del otro, varios grupos de personas discapacitadas que despliegan sus carteles, cuelgas sus banderas, y arman una ronda frente a una mesa larga con un micrófono para dialogar y expresar el incansable reclamo por sus derechos, y también las verdades sobre sus vidas y su realidad; esa que este gobierno, por todos los medios y por todas las formas, se empeña constantemente en ocultar.