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Las "pruebas" del juicio a Jones Huala

por Revista Cítrica
13 de diciembre de 2018

Testigos con mucha más memoria que antes, otros que se contradicen o se confunden a las personas presentes en la sala, e integrantes de los servicios de Inteligencia que revelan pruebas que en teoría eran secretas. Así transcurre, en Valdivia, otro proceso judicial contra un referente mapuche, cuyo resultado interesa tanto al gobierno argentino como al chileno.

El juicio contra el lonko Facundo Jones Huala, que debía terminar ayer en Valdivia, se extendió hasta el viernes. Ese día se conocerá el veredicto.

“En los primeros cuatro días Facundo nunca fue nombrado por ninguno de los peritos presentados, y no existe ningún tipo de relación de él con los hechos por los cuales es acusado”, explicó su abogada, Karina Riquelme, que si bien espera “una absolución”, también es consciente de que este no es un caso más, ni para Chile ni para Argentina.

De este lado de la Cordillera, el lonko de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen fue sometido a un primer juicio de extradición, que fue declarado nulo porque justamente uno de los testigos se quebró ante el tribunal y dijo que la policía lo había torturado. Así, acomodando la interpretación de las leyes, fue sometido a un segundo juicio, algo que muchos especialistas consideraron ilegal, porque no se puede juzgar dos veces a una persona por la misma causa. Y luego de eso, el gobierno argentino desoyó a la ONU y lo extraditó igual, reconociendo que había un acuerdo político para que Jones Huala sea juzgado en Chile, en una causa en la que fueron absueltos todos los imputados.

Y una vez iniciado este juicio, volvieron a aparecer esas “pruebas” tan llamativas que ya son una marca registrada en cada proceso judicial contra el pueblo mapuche.

Varios testigos "recordaron" muchos más detalles ahora, que en el juicio anterior. Otros, en cambio, recordaron tanto que sus declaraciones fueron opuestas a las de antes.

Otra testigo dijo que conocía al lonko, porque él personalmente le había pedido sumarse a la lucha contra las hidroeléctricas. Ella dijo que no, según contó ella, y a partir de allí comenzaron a amenazarla. Cuando se le preguntó si podía identificar a Facundo Jones Huala, ella señaló, del otro lado del vidrio, entre el público, a Fernando, el hermano de Facundo. Hasta el juez tuvo que hacer un esfuerzo por no reírse.

Otras “pruebas”, lejos de generar risa, muestran de manera más evidente la intención de condenarlo a toda costa, pasando por arriba las propias leyes.

“Una de las graves situaciones que se dio a conocer en la audiencia fue el conocimiento previo que tenía el Ministerio Público de una investigación que se encontraba en calidad de secreto de parte de la Ley de Inteligencia, lo que origina evidentemente la posibilidad de que un miembro de la unidad de Inteligencia haya filtrado información antes de que ésta fuera relevada del secreto de manera legal”, explicó la abogada Riquelme, quien también se llevó otra sorpresa durante la audiencia: “En la declaración de un testigo que realiza un análisis de un tráfico de llamadas que se encuentra en un informe que fue entregado a la defensa y que recién hoy en día, después de cinco años, nos dimos cuenta que el informe que a nosotros se nos entregó es distinto al que tiene el Ministerio Público, con lo cual creemos que, por un lado, no debe ser valorado de parte del Tribunal. E incluso está la posibilidad de presentar una denuncia penal por estos hechos, dado que la prueba que se está incorporando al juicio es ilegal”.

Por otra parte, desde el 4 de diciembre, el día que comenzó el juicio, el lonko Facundo Jones Huala, su familia y su comunidad no dejan de recibir apoyo de otras comunidades y representantes del pueblo mapuche.

“Estoy acá preocupado por la situación del peñi lonko Facundo. En los últimos tiempos están ocurriendo situaciones muy injustas contra nuestro pueblo. No quisiéramos ver más montajes, más detenidos ni peñis muertos”, dijo, en las puertas del Tribunal, Marcelo Catrillanca, el padre de Camilo, asesinado por la espalda el pasado 14 de noviembre en Temucuicui, a manos de un comando de Carabineros.

 

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