Compartir

La primera vez de Julieta Ortega

Nicolás Peralta
30 de agosto de 2014

La actriz de Viudas e Hijos del Rock nos cuenta sus inicios en el oficio. Un viaje traumático a Los Ángeles y un renacer en Buenos Aires.

La mañana en que Julieta Ortega debutó como actriz, rompió una taza. Se le resbaló de las manos, de lo nervios. Tenía 19 años y no sabia dónde estaba parada. “No lo recuerdo como un momento tan feliz”, dice Julieta. Era 1989 y la habían llamado de una novela de Arnaldo André, Amandote II, para encarnar un papel importante: la hermana de la protagonista.

“Era muy chica no estaba preparada” recuerda hoy Julieta con una sonrisa de esas que interpelan a uno mismo cuando reflexiona sobre el propio pasado.

Después de ese debut traumático Julieta dejó de ser sólo la hija de Evangelina Salazar y Ramón "Palito" Ortega, y tomó una decisión: se fue a estudiar a Los Angeles. “Fue lo mejor. Volví unos años después y sentí que tenía mas herramientas”

Después de su experiencia fallida en la telenovela, Julieta Ortega llamó a Ana Strasberg, una amiga de su padre quien le recomendó entrar a la Asociación de Actores y le consiguió un trabajo de extra en una película de Brian Di Palma, Carlito's Way, la misma en la que actuaron Al Pacino y el “Gordo” Porcel y que los canales de cable nunca se cansan de repetir. Julieta vivió primero en Nueva York y después en Los Ángeles, en la casa de Ana Strasberg donde no la pasó tan bien como suponía: “En la convivencia ella era una madre judía esteriotipada, mandona, hinchapelotas, tenía que hacer lo que ella decía”.

Finalmente Julieta pudo liberarse de la Idish Mamé, se compró un departamento y un auto y empezó a disfrutar. . “Me independicé y me quedé tres años becada en la escuela de actuación de Strasberg, que era muy prestigiosa”. Allí aprendió a trabajar con su cuerpo como si fuera un instrumento. Se instruyó concretamente sobre la técnica y fue desarrollando la intuición.
“El trabajo de Strasberg está basado en el de
Stanislavski. Tiene ver con la utilización sagaz de tus emociones, con el aprovechamiento de tu memoria sensorial, con el rastreo a través de tu memoria de las emociones. Los ejercicios te van dando acceso a esa tecnología de la memoria. Ante un texto, diseñás un sendero a través de tus pensamientos en cierta dirección para que te provean de las emociones que estás buscando. Eso lo aprendí allá” dice Julieta.

En esa época tuvo su primer desaire amoroso. Salía con un actor parecido Ófísicamente- a Marlon Brando. Estaba profundamente enamorada. Pero un día se enteró que su Brando estaba saliendo con una mujer que estaba embarazada. La depresión fue profunda. Lloró una semana entera. Hasta que una mañana se levantó bien dormida para ir a un casting y chocó su auto. Finalmente llegó con el maquillaje corrido e hizo el casting. Mientras lo hacía, se dio cuenta de que tenía que volver a Buenos Aires porque estaba demasiado sola. Tenía que darse otro comienzo. Otra primera vez. Ya no chocaría más autos ni mucho menos rompería más tazas.