Compartir

“El Estado Nacional decide no financiar el combate a los incendios”

por Nahuel Lag
Fotos: Marcelo Martínez
04 de febrero de 2025

El fuego arrasa territorios y vidas en la Patagonia. Ante la escasa acción del gobierno nacional, pobladores locales, productores y pueblos originarios apuntan a las causas: sequías prolongadas y cambio climático, monocultivo de pinos y falta de prevención.

Cobertura conjunta de Agencia Tierra Viva y Revista Cítrica.


El incendio en El Bolsón continúa activo. Desde su inicio el jueves en la confluencia de los ríos Azul y Blanco, lleva incendiadas 2800 hectáreas, destruidas 100 casas y arrasados galpones, vehículos, alambrados y animales. Los momentos más críticos se vivieron en los primeros días, cuando el fuego atravesó las casas y chacras en la zona de Mallín Ahogado. En el combate contra las llamas falleció Ángel Reyes, un poblador de 83 años. Justo Poso, vocero de la comunidad mapuche Newenche, aseguró que “al fuego lo detuvo el pueblo, de no haber sido así, los daños serían mucho mayores”. 

La reacción solidaria de la Comarca Andina –región que une las localidad del Bolsón con la también incendiada Epuyén, en Chubut– fue espontánea, con herramientas, camionetas, donaciones y viandas para los brigadistas. “No sé si hay un cuerpo del Estado que pueda hacer frente a semejante incendios, pero tampoco hay recursos, faltan herramientas para los brigadistas. Los vecinos están hace días trabajando sin parar, día y noche”, advierte Agustín Mavar, productor de la UTT y voluntario en el incendio, que coincide con Poso en el rol fundamental que cumplieron los vecinos.

Y agrega: “Los incendios son algo llamativo para los que lo ven por la televisión o el celular, pero como toda noticia pasa rápido y esta es una catástrofe, hay que estar los próximos años acompañando a la gente que perdió todo. Y preguntarse ¿por qué? ¿para qué se provocaron los incendios?”.

Según el último reporte del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendio Forestales (Splif) de Río Negro, aún son seis los focos activos en el incendio de El Bolsón. Sin lluvias a la vista y con pronóstico de viento, en la zona de chacras los focos están enfriándose, mientras que las llamas avanzan del otro del río Azul hacia la cordillera y en dirección norte.

Para hacer frente a un incendio de esa magnitud, el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SMNF) envió 45 brigadistas, mientras que la provincia aporta el resto de los brigadistas: 54 son del Splif provincial y otros 120 pertenecen a bomberos voluntarios, Parques Nacionales y fuerza de Chubut. El SMNF aportó también tres aviones hidrantes, dos helicópteros y móviles. 

“Solo para operar una motobomba necesitás mínimo tres personas. Es poca gente; cómo no se van a quemar 300 casas”, señala Marva. “Los que trabajan en los cortafuegos son personas que se han organizado, brigadistas del Estado hay poco y nada, se ven en algunos puntos; porque son muchos focos de incendio”, completa Mirta Ñancunao, vocera del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro.

Hay un dato que marca la política del gobierno nacional para hacer frente a los incendios. El SNMF, a cargo desde diciembre del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, no ejecutó ni un solo peso en lo que va de 2025 y terminó 2024 con una ejecución de solo el 22 por ciento del total del presupuesto nacional destinado al área, según surge de lo datos oficiales del presupuesto abierto. El SNMF tiene otras fuentes de financiamiento –Fideicomiso del Manejo del Fuego y transferencias de la Superintendencia de Seguros de Nación por la recaudación de alícuotas de seguros de vida–, que permitan movilizar personal y vehículos, pero podría inyectar más fondos y la decisión, hasta el momento, fue no hacerlo. 

De hecho, la ministra Bullrich –a cargo del SNMF desde el 27 de diciembre– no hizo mención pública sobre los incendios. Ante la consulta de Tierra Viva sobre cuáles eran las tareas que desarrollaba el Ministerio frente a los incendios, desde la cartera de Seguridad no respondieron. La Ministra, que se hizo presente en enero en la Patagonia para encabezar el desalojo a la Lof Pailako, decidió mantener ausente de la catástrofe ambientral que sufren los pobladores de Río Negro y Chubut. Quien se mantiene presente en El Bolsón es el gobernador Alberto Weretilneck, quien reconoció la falta de recursos al agradecer: “Quiero destacar la solidaridad de todos los que están en esta lucha: bomberos, brigadistas, fuerzas de seguridad y vecinos que se sumaron con sus recursos”. 

“Esto abre un interrogante sobre el rol del Servicio Nacional del Manejo del Fuego. ¿Cómo puede ser que ante semejantes incendios no intervenga? El Servicio puede estar interviniendo a través de las otras fuentes de financiamiento; pero lo que estamos viendo es que el Estado decide no financiar con las fuentes que dependen del presupuesto nacional”, señala a Tierra Viva Matías Cena Trebucq, economista del área de investigación de FARN, que siguen la ejecución del presupuesto a través del Monitor Ambiental de Presupuesto. 

El del Bolsón no es el único foco de incendio en la Patagonia. Ya quedaron bajo fuego 22.800 hectáreas de bosque nativo, chacras productivas y viviendas, según estimó Greenpeace, en cinco focos aún activos: 10.764 hectáreas en el Parque Nacional Nahuel Huapi (Río Negro), 2.723 en Mallín Ahogado (Río Negro), 3.530 en Epuyén (Chubut), 3.200 en Aldea Las Pamas/Atilio Viglione (Chubut) y 2.671 hectáreas en el Parque Nacional Lanín (Neuquén). 

Otra fuente de información para dimensionar el avance de lo incendios en la Patagonia es la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), que produce mapas de las áreas afectadas por incendios en Río Negro y Chubut, a partir de información provista por satélites de observación de la Tierra. El cálculo de la Conae, que no contempla el incendio activo en el Parque Nacional Lanín, suma 16.000 hectáreas arrasadas. 

El SNMF ofrecía, hasta la gestión anterior, un reporte diario de los incendios forestales en todo el país. Esa página de información ahora solo arroja un resultado de Error. 

 
El Bolsón se incendia: la respuesta provincial

El gobernador Alberto Weretilneck, quien aplicó en suelo provincial la política de austeridad ordenada desde la Casa Rosada, había visitado El Bolsón un día antes del inicio del incendio en la confluencia de los ríos Azul y Blanco, en el paraje conocido como Wharton, puerta de acceso a los refugios de montaña, de los que tuvieron que ser evacuados unos 800 turistas.  
En esa visita, pasó por el Splif de Bolsón y aseguró que “durante los últimos años la provincia invirtió para fortalecer esta institución y garantizar que cuenten con los recursos necesarios para seguir protegiendo nuestros bosques y comunidades”. 

El gobernador, en diálogo con TN, intentó explicar por qué no hubo suficientes recursos para frenar el fuego que devoró casas, campos, bosques y fauna: “El fuego corrió a una velocidad de dos kilómetros por hora, no hay mecanismos de prevención para eso”. Y agregó, a contramano del negacionismo de la Casa Rosada, que las sequías y el cambio climático “están haciendo estragos, no tenemos registros de una seca tan importante, no vamos a tener lluvias durante los próximos 15 o 20 días”. 

Ante la magnitud del incendio en El Bolsón, Weretilneck decretó el “Estado de Emergencia Ígnea” en toda la provincia hasta el 30 de abril, que prohíbe generar fuego al aire libre o realizar actividades que puedan provocar incendios. Sobre una posible hipótesis del inicio del fuego, el gobernador marcó que se trataba de un “delito”, ya alejado de las acusación al Pueblo Mapuche como el gobernador Torres. 

 

El incendio avanza, el presupuesto y la prevención no

Los incendios en todo el país son recurrentes. Los efectos de las sequías y el aumento de temperaturas (producto del cambio climático) son difíciles de negar. Los incendios de 2020 generaron una reacción del Estado Nacional, con más recursos, coordinación y una modificación de la Ley de Manejo del Fuego, que evita la venta de las tierras arrasadas, algo que La Libertad Avanza amenaza con cambiar desde el anuncio del DNU 70/2023, pero aún no logró.  

Un año atrás, cuando Milei llegó al Gobierno, el Parque Nacional Los Alerces ardía. Meses después, otra vez, incendios en los bosques nativos de Córdoba. Durante ese 2024, los fondos que Nación destinó para el Servicio del Manejo del Fuego fue de 12.100 millones, que aumentó a 33.342 millones tras los incendios en Córdoba. Sin embargo, precisa el investigador de FARN, solo se ejecutaron 7338 millones de pesos, el 22 por ciento.

La cifra de ejecución sube a 26,4 por ciento si se suma la partida exclusiva que el SNMF tiene para el área de Parques Nacionales, donde la ejecución fue de 2061 millones de pesos sobre un total de 2172 millones, mientras el incendio en Los Manzanos sigue ardiendo. 

Según precisa Cena Trebucq, el nivel de ejecución del 26,4 por ciento para la prevención y combate de los incendios es el más bajo en los últimos años. La ejecución del presupuesto destinado al SNMF fue del 99 por ciento en 2021; 98 por ciento en 2022; y  96 por ciento en 2023. Otro dato significativo es lo que representan esas inversiones para la preservación del ambiente en el total del presupuesto nacional: “En 2022, la ejecución del SNMF y la actividad de Manejo del Fuego (que depende de APN), representó el 0,084 por ciento del Presupuesto Nacional ejecutado. En 2023, representó el 0,035 por ciento y, en 2024, el 0,01 por ciento”, detalla el investigador de FARN. 

El Gobierno convocó a la sesiones extraordinarias que deberían iniciar esta semana, pero el Presupuesto 2025 no está en agenda, el Gobierno prorrogará el de 2024, lo que da “mayor discrecionalidad del poder Ejecutivo para poder hacer modificaciones arbitrarias del presupuesto”, explica el investigador de FARN. 

El Presupuesto 2025, de todas formas, volvía a poner en claro la preocupación de la Casa Rosada por los incendios; reducía el presupuesto nacional para el área a 28.603 millones. Con la prórroga, los fondos son los mismos que en 2024, pero hasta el 31 de enero no se había ejecutado ni un solo peso. Sólo 46,9 millones correspondientes a la partida de Parques Nacionales.  

 

La reacción solidaria de los pobladores
.

Marva es productor ovino en el paraje Desemboque, Chubut, ubicado entre el incendio de Epuyén –aún activo en la zona de cordillera– y el fuego que avanza en El Bolsón. Jueves, viernes y sábado dejó su chacra y se fue con su motosierra a ayudar a otros productores y vecinos al otro lado del Paralelo 42, en Río Negro. “El incendio en Golondrinas, en 2021, sabíamos que iba a pasar, yo vivía ahí y pude salvar mi casa. El incendio en el Mallín se estaba esperando hace tres años, lo que no se sabía era la magnitud”, explica sobre cómo se vive en la Patagonia los últimos años. 

“El incendio del Mallín se contuvo, en gran parte, por el trabajo de la gente. Sin los vecinos esto hubiese sido una catástrofe aún peor”, coincide con la palabra del werken Poso. Marva explica que la acción es espontánea, sin coordinación con ningún organismos oficial. “En esta zona uno aprende qué hacer y qué no hacer”, dice y se le pone la piel de gallina al recordar los días de solidaridad, de estar junto a un vecino que se les está prendiendo fuego su casa. El acciones de los brigadistas municipales, provinciales y nacionales es por turnos; los vecinos están día y noche cuando el fuego se acerca a sus casas. 

A la hora de contar cómo los pobladores se preparan para recibir el fuego inminente, explica que lo necesario es un reservorio de agua, de 20.000 a 100.000 litros; mantener limpio de ramas y pastos secos el área que rodea la casa y equiparse con mangueras y un autobomba.

“El fuego cuando avanza no lo parás, lo que se puede hacer es equiparte para zafar tu casa”, explica. Sobre la repetida problemática del descontrol de los bosques de pino implantado, insiste: “Los que estuvimos cara a cara con el fuego sabemos que un árbol nativo –un ciprés, un maitén, un maqui– les cuesta agarrar fuego; te dan un tiempo más para contenerlo. El pino pasa una chispa y es un fósforo”. 

“Los testimonios son desgarradores y remarcan la ausencia de organismos estatales; además del trato desigual frente a otros vecinos de mejor posición económica, que fueron asistidos con agua de camiones cisterna y camionetas 4x4. El grueso de la población fue asistida por los vecinos y vecinas, y cientos de otros de la Comarca que llegaron a trabajar para enfrentar el avance de los fuegos en zonas pobladas”, completa la vocera del Parlamento Mapuche Tehuelche. 

Marva señala que las hipótesis sobre el incendio pueden ser muchas porque “la gente que prende fuego es incontrolable, tienen algún otro fin: inmobiliarios, políticos, económicos, etcétera”, pero señala que como los propios pobladores comenzaron a construir sus kits de emergencia y sus equipos, el Estado podría haber mantenido una política para ayudar con ese equipamiento, con reservorios de agua o capacitar a la gente para situación de incendios.

“En estos lugares, los niños en las escuelas tendrían que aprender a nadar y a apagar incendios, porque estamos rodeados de agua y bosque. Son cosas que se pueden prever, pero es política pública”, analiza. 

“Estas son catástrofes, son familias que van a estar sin nada por bastante tiempo y acá en dos meses empieza  a hacer frío en serio. Ya hay gente que está juntando las chapas que se quemaron, las endereza, pone cuatro postes y se mete abajo, porque no tiene dónde vivir”, convoca a pensar la profundidad de las consecuencias de los incendios.