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“Fue una cacería planificada”

por Mariana Aquino
18 de octubre de 2018

A pocos días del Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew, sale a la luz el operativo represivo de las fuerzas de seguridad: zonas liberadas, detenciones ilegales, balas de goma, violencia e indiferencia. La policía, la dirigencia política y la Justicia en Chubut no protegieron a las 60 mil mujeres que pasaron por la ciudad.

Las mujeres, lesbianas, travestis y trans que asistieron al Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) fueron víctimas de una emboscada. Mientras se celebraba la marea feminista de forma pacífica, mujeres policías infiltradas con pañuelos verdes en las marchas y efectivos de civil en las calles y otros fuertemente armados se paseaban por los techos de organismos gubernamentales. Preparados para la cacería.

“Vimos mucho personal policial en las calles desde el primer día. Francotiradores en los techos, policías infiltrados. Un despliegue exagerado que nada tenía que ver con el clima de fiesta pacífica que estábamos viviendo. Estaba todo organizado, fue una cacería planificada. A los cinco minutos del primer foco represivo aparecieron más policías de civil infiltrándose entre la gente. Yo vi cómo arrastraban de los pelos a las pibas, vi las piñas y las patadas que daban los policías. Yo no llegué a correr, me di vuelta y tenía un policía apuntándome, me disparó mirándome a la cara. Tengo siete impactos de bala de goma, cinco de la cintura para arriba”, relata Suzy Qiú, integrante de Manifiesta y trabajadora la Universidad Nacional General Sarmiento. Ella fue reprimida el domingo por la tarde en la plaza principal de Trelew.

“Había grupos de policías agazapados para salir a atacar. Policías de civil, infiltrados, que los propios vecinos pudieron identificar con nombre y apellido. Después de la marcha del domingo, las compañeras se juntaron en la Plaza Centenario. En el momento de la dispersión, cuando las chicas empezaron a volver a sus hospedajes de a grupos pequeños, totalmente vulnerables, fueron atacadas”, sostuvo Ana Sánchez Elgue, del grupo de abogadas que se organizaron para coolaborar en el Encuentro, en una entrevista brindada a FM Namunkurá.

Por ser mujer

Más de mil efectivos, de distintas fuerzas, fueron empleados para el operativo. Tres meses antes del ENM, la planificación de ese operativo policial estuvo a cargo de la jefa de la Comisaría de la Mujer de Trelew, Laura Mirantes. Sin embargo fue desplazada de esa responsabilidad días antes del 13 de octubre.

La policía respondió a los ataques que se dieron, de un grupo pequeño, pero se dieron. Prendieron fuego; rompieron los vidrios del banco, de la librería de la esquina, de la Iglesia y de la municipalidad y tiraron bombas molotov. Esas personas que lo hicieron fueron detenidas. Entiendo el enojo de las chicas en general porque de las 60 mil mujeres que participaron, solo un grupo reducido ocasionó disturbios en el centro. El encuentro fue algo positivo para la ciudad. Yo particularmente estuve comprometida en todo y en adelante quiero participar de estos encuentros”, responde Mirantes.

Había grupos de policías agazapados para salir a atacar.

Las diez detenidas fueron fuertemente golpeadas. Todos los testimonios coinciden: los grupos de hombres de civil y los policías uniformados estaban “agazapados” en las cuadras aledañas a la zona donde empezó la represión y aparecieron de forma sorpresiva.  “En 200 metros había más de 60 policías que se sumaron a los 10 de la policía montada que ya estaba en el lugar. También había bomberos voluntarios arrojando agua y piedras a las mujeres que estábamos en la calle pacíficamente”, afirma Rosario Nervi, de la Comisión Organizadora del ENM.

Las imputadas por resistencia a la autoridad rechazan el cargo porque en el momento de las detenciones las personas de civil no estaban identificadas como policías. En tanto, afirma Sánchez Elgue, no hay testigos que puedan corroborar los presuntos daños por los cuales -tras ser liberadas- quedaron con causas penales en su contra.

“Hablan de resistencia a la autoridad. Pero, ¿de qué autoridad estamos hablando, si las chicas se defendían de los ataques de policías de civil?”, agrega Sánchez Elgue. La abogada denuncia la inacción -y complicidad- de las fuerzas de seguridad pero también de la Justicia chubutense. “No nos permitieron la entrada a Tribunales, a la Alcaldía ni a la Comisaría 1° para poder asistir legalmente a las chicas. Queríamos hacernos cargo de la defensa técnica de las diez chicas que teníamos conocimiento que estaban en la Alcaldía y no lo permitían. La Justicia es cómplice de esta situación ilegal porque no investiga las irregularidades, no le dieron entidad a las denuncias de las detenidas. Y ahora estas mujeres no tienen garantías de que la causa siga. Vamos a insistir porque más allá de que fueran liberadas esto no puede quedar impune”.

La responsabilidad es política

El Gobierno no cumplió con las medidas de seguridad acordadas con la Comisión Organizadora del Encuentro. Mientras las asistentes al Encuentro eran agredidas con piedras en micros y escuelas, la Comisión Organizadora no tenía interlocutor/a válido/a.

La Justicia es cómplice de esta situación ilegal porque no investiga las irregularidades.

Del Ministerio de Gobierno -del cual depende la Secretaría de Derechos Humanos- está a cargo Federico Massoni, quien hasta hace unos meses era el ministro de Seguridad de Chubut. Lo fue durante la etapa donde que se reprimió ferozmente a docentes y estatales de la provincia. Ahora Massoni estuvo al frente del operativo de seguridad del ENM.

“Fue un operativo exagerado e innecesario. Eso le dije a Massoni cuando pude hablarle pero me contestó violentamente: ‘Usted no es nadie para darme órdenes’, me dijo. La gente tenía mucho miedo. Y yo solo quería saber del paradero de las detenidas y pedirle que baje el nivel de violencia del operativo pero no me escuchaba. Y me tiraron un perro encima, para alejarme”, denuncia Nervi.

La abogada Sánchez Elgue agrega: “El ministro dijo: ‘Yo les preparé un lugar específico para las detenidas’. Con esta frase dio a entender que ya estaban preparando un operativo represivo y con detenciones ilegales. La responsabilidad no cabe a otra persona que no sea el gobernador Mariano Arcioni y vamos a insistir hasta que se haga justicia ante la represión”.

A mi me pegaron las balas, a muchas las golpearon, pero la violencia es hacia todo el movimiento feminista.

El operativo dio un giro mientras sucedía el ENM: Laura Mirantes fue desplazada sin argumentos: “Es cierto que estuve dos meses a cargo del operativo y que llegado el momento de empezar el encuentro fui desplazada. Pero la fuerza es vertical, acá las jerarquías cuentan. Y siendo mujer cuesta más sostener un lugar así. Todo cambió en el momento de la marcha del domingo”, explica Mirantes. El que realmente coordinó el operativo fue el director general José Luis Mapchike, junto con el jefe de Policía, el comisario general Miguel Gómez. Ambos a las órdenes de Massoni.

“A mi me pegaron las balas, a muchas las golpearon, pero la violencia es hacia el movimiento feminista en general. Nos quieren parar y no pueden”, reflexiona Suzy Qiú. No nos quieren organizadas, no nos quieren movilizándonos, quieren deslegitimar la lucha feminista y, lejos de los pronósticos del patriarcado, a la represión respondemos con más organización.