Compartir

Vuelve a salir el sol

por Revista Cítrica
26 de agosto de 2013

Otra parrilla se convirtió en cooperativa. Se trata de La Soleada, ubicada en el tradicional barrio de Belgrano. Volvió a funcionar después de las deudas de la patronal. Y no es la única.

La autogestión empezó en febrero. La situación apremiaba: Los sueldos se adeudaban; los aguinaldos se pagaban en cuatro cuotas; las vacaciones, apenas se cobraban; pero el maltrato era continuo. Y las/os trabajadoras/es de La Soleada no eran las/os únicas/os en reclamar: El resto de quienes realizaban tareas Mangiata, Don Battaglia, Los Chanchitos, Alé Alé, y La Zaranda Ótodos emprendimientos gastronómicos de la cadena OJA, cuya gestión estaba al mando de Sergio Lipovich (supuesto socio mayoritario) y Jorge Andino- también sufrían las impericias de la patronal.





Por eso, cinco de esos seis restaurantes porteños se convirtieron en cooperativas. La Zaranda, de Villa Urquiza, sufrió el peor embate y de un día para otro sus puertas dejaron de abrirse. Fueron 42 empleados/as quienes quedaron sin fuentes de empleo.




“Sin dudas la más importante es que la cooperativa pudo cerrar el contrato de alquiler y desde septiembre comenzarán a fichar con el CUIT propio, emitir facturas y funcionar legalmente ante la AFIP. Todo un logro que costó varios meses de negociaciones con los dueños del inmueble a quienes Lipovich aún les adeuda más de 6 meses de alquiler. Vale aclarar que la cooperativa viene pagando el alquiler desde febrero, desde el primer día que decidieron hacerse cargo del comercio”, rrecordó la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), entidad que acompañó el proceso de recuperación.




Carmelo Milone, quien trabajada en el restaurante del barrio porteño de Belgrano desde hace más de una década y ahora preside la cooperativa de Monroe al 1800, consideró positiva la nueva etapa: La autogestiva. Es el único que conocía el asociativismo: Pasó por el Hotel Bauen, de Callao y casi Corrientes. De todas formas, no dudo en observar el proceso como “un curso acelerado de cooperativismo”.




“Yo siempre les digo algo a ellos, que si nosotros hubiésemos conocido a Facta en el 2012, seguramente hace rato seríamos cooperativa. Eso lo tengo clarísimo. Conocimos a la federación a partir de que Alé Alé se acercó y vimos como defendieron a los trabajadores y después a los 5 restaurantes. Si nosotros la hubiésemos conocido antes, seguramente estaríamos en otra situación”, aseguró el gastronómico. 




Y concluyó, pensativo: “Vos dejás de ser empleado para ser dueño prácticamente de todo. Ahora hay obligaciones diferentes y tus deberes también son otros. Eso es lo más difícil de asimilar pero lo estamos haciendo y se ve el cambio en los compañeros”. 




Los platos rotos



"El 2012 fue un año de muchos problemas para nosotros, el restaurante venía mal, no nos pagaban; desde febrero nos autogestionamos, nos involucramos con Facta y nos dimos cuenta de que el cooperativismo era una vía importante para devolvernos la dignidad y mantener los puestos de trabajo", contó Milone, quien evaluó que el restaurante no funcionaba "por una cuestión de ineficiencia".




"Nunca permitimos que el restaurante cierre, teníamos conciencia de que si dejábamos que decayera no lo levantábamos más”, continuó. Sin dudas, la experiencia de la Coopertiva Alé Alé los invitó a mantener las fuentes con sus propias manos.