De la copa Jules Rimet al trofeo moderno. Hoy al campeón le correspondería quedarse para siempre con el trofeo pero la FIFA decidió que sea su propiedad para siempre.
El francés Jules Rimet la ideó y la creó, a fines de la década del 20. Era de oro. Una imagen de Niké, la diosa griega de la victoria llevando sus manos al cielo, alzando una suerte de cuenco sobre su cabeza.
Ese trofeo debutó en 1930, rodó por el planeta durante cuatro décadas y posteriormente fue robado, sin volver a aparecer jamás. Esta singular copa fue disputada por Brasil, Italia y Uruguay -quienes ya la habían alzado en dos oportunidades- y tanto Alemania como Inglaterra lo habían hecho en una ocasión.
Jules Rimet había dispuesto que aquella nación que alcanzase a conseguirla tres veces, podía quedársela para siempre en sus vitrinas. Así fue que en la decisión de México en 1970, ese destino estaba marcado. Tanto Brasil como Italia tenían las chances de llevársela para siempre, y así fue que esa primera copa quedó para siempre en Sudamérica. El Trofeo Jules Rimet fue robado en 1983 y fue fundido por los ladrones que confesaron años más tarde cuando fueron arrestados por la policía brasileña.
Fueron 40 años de fútbol, el fin de la primera era del juego.
Los segundos 40 años son los comprendidos entre 1974 y 2014. El nuevo trofeo, también de oro, con dos imágenes humanas sosteniendo al planeta Tierra, fue diseñado para debutar en 1974. Desde entonces, este nuevo trofeo fue conseguido en dos oportunidades por cuatro seleccionados nacionales: Argentina (78-86), Alemania (74-90), Italia (82-06) y Brasil (94-02). En una sola oportunidad, al igual que la Jules Rimet, también fue alcanzado por dos equipos, y también por dos europeos: Francia y España.
En Brasil 2014, y tras otros 40 años de fútbol, la copa debiera ir para un nuevo tricampeón. Sin embargo la FIFA, utilizando como excusa el robo de la Jules Rimet, tomó la determinación de que el trofeo quede bajo su resguardo hasta el final de los tiempos. Para los ganadores sólo réplicas.

Otra represión, y van...
Con palazos, gases y balas de goma, la Policía Bonaerense atacó a trabajadores de las líneas Este y 520 que mantenían una protesta por despidos. Hubo 27 detenidos y varios hospitalizados. Testimonio de uno los choferes heridos.

Dominados, otra vez
Pablo Gentili, secretario ejecutivo de CLACSO y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, analiza lo que se viene después del golpe en Brasil. Una Latinoamérica desunida y compitiendo para hacer negocios con Estados Unidos.

Otra vez sopa
Frente al nuevo ciclo de injusticias legalizadas que se avecina, analizamos las implicancias en el futuro inmediato de los primeros movimientos del presidente electo y su equipo y rescatamos, pese al resultado, esa comunión de almas que se propuso frenar el avance de la "libertad".