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El caso Arcoiris y la impunidad de los hijos del poder

por Estefanía Santoro
Fotos: Agustina Salinas
30 de junio de 2022

La Justicia pretende revincular a una niña de 6 años abusada por su abuelo paterno, funcionario de la Secretaría de Justicia de La Rioja, con el progenitor, quien permitió los abusos. El caso de Arcoiris es una muestra clara de la violencia de género que padece una mujer que quiere proteger a su hija.

“Lo que le está pasando a mi sobrina Delfina y a su hija es como si estuviéramos en el mundo del revés. Ella denunció que su hijita de dos años estaba siendo abusada y lo único que consiguió es que todo el mundo se le viniera encima y la trataran como si fuera una delincuente. Ahora está escondida mientras la persona que abusó de Arcoíris está libre, se mueve por La Rioja con total tranquilidad y hasta es defendido. Me preocupa y me duele el solo imaginarme lo que puede estar pensando o pasando esa pequeña cuando está frente a su abusador”, dice la tía de Delfina, madre de Arcoiris, en un acto que se realizó ayer en una plaza de La Rioja.

Arcoiris es una niña de seis años -su nombre es ficticio para protegerla- cuando tenía 2 puso de manifiesto que su abuelo paterno abusaba de ella. Desde entonces su mamá lucha porque escuchen a la niña y la protejan. 

Si bien se le impuso una restricción de acercamiento al abusador, Matías Vergara (progenitor de la niña) la incumplió sistemáticamente y entregó a Arcoiris, permitiendo los abusos. Por ese motivo Delfina cuestionó el régimen de visitas con el progenitor de la niña.

Arcoiris expresó que no quería ir más a la casa de su padre porque fue agredida nuevamente en la última visita, situación que fue constatada por un equipo técnico, además del testimonio explícito de la niña, donde cuenta lo sucedido. Por ese motivo la madre suspendió las visitas, ya que el progenitor de Arcoiris violó la orden de restricción de acercamiento que existe sobre el abuelo paterno.

La abogada de Delfina, Giselle Videla, explicó que desde 2018 la madre de Arcoiris realizó cinco denuncias por abusos. Antes profesionales intervinientes la niña relató con claridad, en más de una oportunidad, que fue agredida sexualmente por su abuelo paterno. “Cada semana, con gritos y llantos dice que tiene terror de ir con su padre", explicó la abogada.

Cada semana, con gritos y llantos, Arcoiris dice que tiene terror de ir con su padre.

En todas las denuncias que realizó Delfina se constató el abuso, la niña debió pasar por interrogatorios, cámara gessel y un sin fin de revictimizaciones. A pesar de que existen pruebas contundentes y la palabra de la niña es clara, en dos de las denuncias hubo sobreseimientos (que están apelados), las otras dos no tuvieron ningún avance y ni siquiera se han dictado medidas cautelares.

Esto sucede cuando se trata de personas que tienen vínculos con el poder. El acusado de los abusos a la niña es José Vergara, director de Despacho de la Secretaría de Justicia de La Rioja. Matías Vergara, su hijo y progenitor de la niña también está imputado por intento de femicidio sobre la abuela materna, a quien atropelló para secuestrar a Arcoiris pero la justicia no actúa porque él también es un hijo del poder. 

"La justicia riojana, que es misógina, adultocentrista y sin perspectiva de la niñez, no creyó en la palabra de esta madre protectora y tampoco en la palabra de la niña y de profesionales que han constatado estos abusos. El progenitor de la niña -que es el hijo del denunciado por abuso- está imputado por haber herido gravemente a la abuela de la niña en abril del año pasado, cuando se la arrebató en plena vía pública y la golpeó salvajemente. La arrastró con el auto y una parte de la rueda del auto pasó sobre el cuerpo de la abuela de la niña. El progenitor metió a la niña violentamente y contra su voluntad en el auto y se la llevó a los gritos sin saber qué le pasó a su abuela que quedó tendida en el piso. Esa violencia de género que ejerció el progenitor de la niña contra su abuela materna también la ejerció indirectamente contra la niña que vivió toda esa situación. Además, el progenitor está denunciado como partícipe necesario de los abusos que sufre la niña, y es por eso que Arcoiris hace meses se muestra reticente a querer estar con su padre, porque pese haber una restricción de contacto entre la niña y el abuelo paterno denunciado por abuso. Cada vez que la niña volvía de las visitas con el padre manifestaba haber estado en contacto con su abuelo y haber sido víctima de nuevas situaciones de agresión sexual", explica la abogada.

Cada vez que la niña volvía de las visitas con el padre manifestaba haber estado en contacto con su abuelo y haber sido víctima de nuevas situaciones de agresión sexual.

Los poderosos terminaron acusando a la madre por desobedecer la revinculación y los operadores de la Justicia de La Rioja dieron lugar a ese pedido insólito hasta que el caso tomó relevancia nacional.

“Como comunidad debemos darnos la vuelta y mirar de otra forma, debemos ayudar y proteger a quien es realmente la persona damnificada. Arcoiris ahora tiene seis años y todos estos años estuvo luchando con eso. Yo con 59 años no puedo entender el dolor y el sufrimiento cuando ella pone su cuerpo. Como comunidad debemos proteger a Arcoiris, como la protege su mamá, no criminalizarla ni culparla. Ella está haciendo todo para defender a su hija y creo que las madres que estamos acá haríamos lo mismo por nuestras hijas o por nuestros hijos. Basta de inventar cosas. Nosotros no somos una mala familia. Lo que queremos es que Arcoiris no sufra más abusos sexuales. Les pido, por favor, que nos ayuden a que se haga justicia y se conozca realmente la verdad”, exige la tía en medio de la desesperación por ser escuchada.

Hoy Delfina no tuvo otra alternativa que irse de La Rioja y se encuentra con domicilio reservado porque la Justicia no le garantiza medidas de protección para su hija, por el contrario, fue amenazada con ser detenida por impedimento de contacto. Gracias al apoyo de organizaciones se logró la intervención de la Dirección de Acceso a la Justicia de Nación para frenar la medida que había impuesto la semana pasada la Justicia.

“Delfina ha sido imputada en tiempo récord por impedimento de contacto y desobediencia de la autoridad, una imputación incorrecta porque ella lo que está haciendo es proteger a su hija de ser víctima de nuevas situaciones de abuso. Los primeros días de junio Delfina viajó a Buenos Aires para controlarse por profesionales especializados una enfermedad que tiene desde hace muchos años, en ese momento su hija le contó una nueva situación de agresión sexual que sufrió por parte de su abuelo paterno, pero además le dijo que tiene muchísimo miedo porque su papá la amenazó con violentar gravemente a su madre. Frente a esa situación Delfina decidió buscar protección en Buenos Aires y radicó una denuncia en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) dependiente de la Corte Suprema de Justicia que evaluó la situación como de alto riesgo y por fin brindó medidas de protección para la madre y también para la niña de prohibición de acercamiento para el progenitor Matías Vergara. A partir de ese momento en La Rioja comenzó una persecución política y judicial contra Delfina sosteniendo que ella secuestró a su hija, que no se sabe dónde está la niña, y que está perdida. Ante esta persecución la Dirección de Acceso a la Justicia de Nación intervino para informar y ofrecer a la justicia riojana informes de trabajadores sociales que demuestran que la niña está en perfecto estado y la misma OVD es quien dispone que el domicilio real de ambas se mantenga reservado por una cuestión de protección”, asegura la abogada.

Hoy la niña está protegida fuera de La Rioja, donde no se cumplió con el deber de oírla ni de resguardar sus derechos.