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El basurero de Vaca Muerta

por Revista Cítrica
05 de enero de 2021

¿Se acuerdan cuándo nos dijeron que Vaca Muerta sería la solución económica de la Argentina? Hoy es puro costo: subsidios y generación de residuos peligrosos.

Residuos petroleros ultra contaminados, producto de la perforación de pozos mediante la técnica del fracking en la formación Vaca Muerta, se están acumulando a niveles escandalosamente peligrosos en “plantas de tratamiento” que no funcionan o sólo lo hacen en apariencia. Los establecimientos no sólo están dentro de los ejidos municipales de las ciudades de Neuquén y Añelo --contraviniendo las regulaciones ambientales--, sino que, además, funcionan en terrenos fiscales.

Así se señala en una puntillosa denuncia penal presentada hoy por la “Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas” ante la Justicia de la provincia de Neuquén. En ella por primera vez se revelan, de manera muy detallada, las maniobras fraudulentas entre las empresas petroleras, las de residuos y funcionarios provinciales, que han permitido escalar a niveles monumentales el acopio de barros con hidrocarburos, aguas residuales y químicos, exponiendo así la salud de la población y el ambiente. Las autoridades gubernamentales concedieron casi 50 hectáreas de tierras fiscales para que la empresa COMARSA disponga de zonas liberadas entre Neuquén y Añelo para contaminar descontroladamente y generar un desastre con un pasivo ambiental valuado aproximadamente en $5.000.000.000 (cinco mil millones de pesos) 

“Si fuera un cuento, sería uno de terror. Las empresas reciben millonarias sumas para el tratamiento de residuos que nunca tratan, luego consiguen que el Estado les ceda tierras fiscales para terminar disponiendo ilegalmente de los residuos peligrosos. Construyen piletas para acopiarlos, pero no los tratan, luego consiguen otra vez tierras fiscales para ampliarse y comienzan nuevamente. Nadie las controla”, explicó Rafael Colombo, letrado de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, quien presentó la denuncia penal de más de 160 carillas ante el Ministerio Público Fiscal de Neuquén (quedó radicada en la Unidad Fiscal de Delitos Ambientales de la provincia bajo el número de legajo 178123).

La denuncia, que incluye mapas, datos, fotos, imágenes satélites y detalles de las fraudulentas maniobras, es el resultado de una exhaustiva investigación hecha por la “Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas” quien hace años viene denunciando y evidenciando los efectos negativos de la explotación de hidrocarburos no convencionales en el yacimiento Vaca Muerta.

Según la denuncia, únicamente en la planta de Comarsa del Parque Industrial de Neuquén, ubicado a 25 metros de viviendas y a sólo 500 metros de un barrio muy poblado y a 50 cuadras del mismísimo centro de la ciudad, hay acopiados 300.000 metros cúbicos (300 millones de litros/kilos) de recortes de perforación, lo que equivale a 33 manzanas urbanasde 1 metro de altura.

Las dos plantas que COMARSA tiene en Neuquén tienen una superficie total de 46,5 hectáreas, el equivalente de 24 Plazas de Mayo con residuos que provocan daños al ambiente y a la salud y, entre ambos acumulan un total de 401.000 metros cúbicos de material altamente tóxico.

Las plantas no cuentan siquiera con la capacidad técnica necesaria para el tratamiento de los residuos petroleros, como hornos de tratamiento térmico, por lo cual no hacen otra cosa que juntarlos, ya sea en piletones improvisados, construidos sin impermeabilización necesaria, o mezclarlos con suelos no contaminados generando mas y mas residuos peligrosos (una práctica conocida como “pastoneo”). Todo esto es ilegal.

“Los basurales petroleros de Vaca Muerta son el resultado de una serie de maniobras que forman parte de una connivencia entre empresas y autoridades estatales para negociados millonarios, sacrificando territorios y poniendo en riesgo la salud humana de vecinos, vecinas y comunidades”, advirtió Colombo.

Comarsa ha venido acumulando ilegalmente recortes petroleros desde 2008, en su planta de 17 hectáreas en tierras del Parque Industrial de Neuquén, en volúmenes siderales. Aunque, en noviembre de 2015, se sancionó un decreto (2263/15) para cerrar la planta de la compañía, no sólo se le permitió seguir operando, sino que se le cedieron tierras fiscales provinciales para ampliar el predio (29 hectáreas) y se le permitió aumentar el acopio con creces: pasó de tener 224.000 metros cúbicos de residuos petroleros a los 300.000 que tiene en la actualidad (sólo en una de sus plantas).

La denuncia de la Asociación contiene numerosos detalles de cómo operan las empresas de residuos semilíquidos de alta peligrosidad para la salud humana y el ambiente, con prácticas improvisadas y contraria a la legislación vigente. Por ejemplo:

*Entre mayo de 2016 y julio de 2018, en Comarsa se excavaron nuevas piletas, en vez de cerrar las viejas. Se hizo de manera improvisada, sin ningún estándar técnico, lo que le permitió aumentar el acopio sin realizar tratamiento alguno sobre los residuos.

*En julio de 2018, se autorizó de manera fraudulenta a Comarsa a tratar los residuos petroleros mediante técnicas de biorremediación, que son imposibles de cumplir en un ambiente con las condiciones de humedad y temperatura imperantes en Neuquén.

*COMARSA durante más de dos años acopió en su planta de Añelo recortes de perforación sin tratar absolutamente nada.

*Según las disposiciones de la provincia, las plantas de tratamiento de residuos petroleros tienen que estar ubicadas a un mínimo de 8 kilómetros de los ejidos municipales, algo que no se cumple ni en la ciudad de Neuquén ni en Añelo, que es la cabecera de operaciones de Vaca Muerta.

*En junio de 2019, mediante la Resolución 791/19, se autorizó un plan de Comarsa para enterrar -en un relleno- residuos peligrosos, sin ningún tipo de tratamiento, lo cual es inconstitucional, ilegal y contrario a toda norma ambiental.

De acuerdo con la denuncia, las empresas petroleras que realizan la explotación de gas y petróleo en Vaca Muerta son también las responsables de estos pasivos. Ellas deberían hacerse cargo de toda la vida de los residuos peligrosos que generan, que nadie puede tratar y nadie controla.

“Empresas como Comarsa y otras reciben en sus plantas de tratamiento los residuos producidos por corporaciones como YPF, Chevron, Exxon y Shell, entre otras. Estos son depositados y acumulados en gigantescos piletones sin ningún tipo de tratamiento, contaminando la tierra, el agua y el aire de grandes extensiones territoriales”, indicó Colombo.

Y agregó el abogado de la Asociación: “De esta manera, al cuestionamiento histórico acerca de la inviabilidad política, económica y socio-ambiental de Vaca Muerta, se suma esta comunidad ilícita de negocios entre el Estado y las empresas. De hecho, quizá la única manera de entender Vaca Muerta hoy sea a través de la corrupción millonaria que existe detrás de la gestión de los residuos petroleros”.