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 ¿Realmente creen que van a pisotear nuestras existencias? 

por Estefanía Santoro
Fotos: Rodrigo Ruiz
24 de enero de 2025

Después del discurso de odio del presidente Javier Milei en el Foro Económico Davos, reflexionamos sobre el peligro de legitimar la violencia hacia la comunidad LGBTIQNB+ desde el poder. 

Vengo a depositar estas líneas de bronca, de tristeza, de enojo después de escuchar al presidente de Argentina, Javier Milei, en el Foro Económico Davos. Su discurso fue contra nosotres, las personas de la comunidad LGBTIQNB+. No nos sorprende porque actualmente la violencia hacia las identidades trans, no binaries y no heteronormadas se recrudece. 

Si bien la discriminación, los insultos, la exclusión hacia nuestras vidas nunca se llegó a erradicar, logramos alcanzar una cuota de libertad para existir, amar, desear y habitar un mundo menos estigmatizante. Y ahora pretenden borrarnos, negarnos, excluirnos. ¿Realmente creen que vamos a dejar que pisoteen nuestras existencias? 

Nos costó años de lucha, de activismo, nos costó vidas defender nuestra libertad,la verdadera libertad, la de ser quienes realmente deseamos ser. Nunca nos fue fácil, tampoco lo es ahora, pero cada vez somos más y urge encontrarnos, reforzar nuestra comunidad y consolidarla para abrazar a quienes sienten miedo o están en peligro en este mundo hostil. 

¿Con qué derecho se atreve Milei a decirnos cómo debemos ser, amar o desear? A los 18 años me besé por primera vez con una piba. Al día siguiente una pregunta invadió mi cabeza: ¿Y si soy lesbiana? Lo primero que sentí fue miedo. ¿A qué?  La respuesta era obvia: al rechazo y a la discriminación. El mismo miedo que muches sentirán hoy, después de escuchar al presidente en un discurso de odio. En ese momento, me hubiera gustado que alguien me diga: “Dale, animate, que no hay nada malo en ser lesbiana”. Esa persona no estuvo. El miedo me llevó a reprimir mi identidad durante muchos años. Me costó salir de ese lugar.  No quiero que a nadie más le pase eso que me pasó a mí. No quiero un presidente que nos empuje a la clandestinidad, a la represión de nuestros deseos y nuestra forma de ser en el mundo. ¿Vos?.

Al poder de turno le molestan nuestras vidas, envidian las formas en las que rompimos las estructuras binarias que nos oprimían para abrazar nuestra libertad. Es cansador tener que explicar que merecemos vivir la vida que deseamos. Pero lo vamos a volver a hacer, una vez más. Milei -lisa y llanamente- mintió en Davos. Negó nuestras identidades, usó casos excepcionales para generalizar, estigmatizar y tergiversar; rechazó el rol del Estado en el cumplimiento de derechos básicos para nuestra comunidad y  de leyes a favor de nuestros derechos humanos,pero por sobre todas las cosas confirmó una vez más que lo que entendemos como inversión estatal, para su proyecto es gasto. 

Cuando la empatía no existe, cuando los lazos sociales se rompen, invadidos por el odio legitimado desde el poder, el retroceso es muy grande. El odio del presidente habilita la violencia hacia nuestros cuerpos, sus discursos tienen consecuencias negativas en nuestras vidas. Gracias a sus palabras en Davos, la violencia machista está hoy más legitimada. 

Y mientras Milei distrae a la ciudadanía amenazando a quienes pertenecemos a la comunidad LGBT y habitamos los transfeminismos, su Gobierno negocia un nuevo acuerdo con el FMI, es decir, aumenta una deuda que nos hará todavía más pobres, y prepara reformas que hundirán aún más nuestras vidas en la precariedad absoluta.

El presidente gobierna para un grupo selecto de la población, los ricos, los que fugan sus fortunas, los que perpetúan un sistema capitalista que produce pobreza, los que nos quieren en el clóset, los que fomentan la desigualdad, los que perpetúan la violencia patriarcal sin abandonar nunca sus privilegios. Los. Así, en masculino. Porque, por el contrario de lo que dijo Milei esta semana, las mujeres ganan, en promedio, un 27% menos que los hombres, según un informe publicado por Ecofeminita. Y el famoso "techo de cristal" no es un mito de “las pañuelos verdes”, a las mujeres les cuesta más acceder a posiciones de liderazgo y cargos directivos. Ni hablar de otras identidades por fuera del binarismo. Todavía hay personas trans que no llegan a terminar el secundario por la exclusión social e institucional que reciben. A muchxs de nosotrxs nos ha costado el doble hacer nuestro camino con tanta violencia machista alrededor. Pero aún así no renunciamos a nuestro deseo, a nuestra autopercepción, a nuestra identidad sexual y de género. No es ideología de género, es libertad. La verdadera libertad.  

Si estás leyendo esto y no te sentís parte de ese grupo exclusivo, los privilegiados de Milei, los promotores del odio al diferente, te invito a que te unas a nuestra lucha, de la forma que sea. Nuestra lucha es para que vos también dejes de sufrir violencias, aún cuando todavía no te haya tocado.