Chapelco, el centro de esquí que rebalsa contaminación
por Nair Carolina Mazzeo26 de febrero de 2024
Tisiana, de un año y medio, se enfermó por el agua que llega a su hogar, entre los efluentes mal tratados del centro de deportes invernales y la falta de control en Neuquén. Negocios millonarios y perjuicio a la salud de las comunidades mapuche. Las dos caras de la misma Patagonia.
26 de enero. De urgencia a Neuquén. Fue ese día que Tisiana Jazmín Sepúlveda Colipán, de un año y dos meses, fue trasladada desde su ciudad de origen, San Martín de los Andes, con un diagnóstico de Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), una infección muy grave que altera los riñones y es originada por una bacteria: la escherichia coli. “Una carne mal cocinada” fue lo primero que le dijeron a la familia. Pero Tisiana aún no come carne, por lo que esa afirmación no es posible. Frente a la respuesta de sus padres, sólo quedaba una opción: había contaminación en el agua.
Un historia ya narrada
No es la primera vez. Payla Menuco, un paraje de la comunidad mapuche Curruhuinca, ya había tenido antecedentes. A 8 km de la ciudad de San Martín de los Andes y a tan solo 2 km de uno de los centros de esquí más premiados internacionalmente: el cerro Chapelco. No es la primera vez, porque en 2002, después de varias denuncias, fue presentada una acción de amparo ante la jueza Nora de Galván en Junín de los Andes. Allí revelaron cómo los arroyos que bajan desde el cerro Chapelco llegan contaminados al paraje, también conocido como Puente Blanco.
Entonces era invierno y el centro de esquí Chapelco estaba en plena temporada. El corte de ruta fue una acción directa de visibilización que, junto al amparo, frenó un torneo internacional de snowboard. Se logró un acuerdo. La Cooperativa de Agua Potable SMA iba a sanear las aguas del lugar contaminado y se instalaría una planta de efluentes.
Veintidós años después, vuelven los síntomas. “Ya veníamos registrando muchísimas personas con gastroenteritis, vómitos, diarreas que iban a la salita de Payla Menuco o se dirigían a la guardia del hospital. Si contamos el registro que hace el agente sanitario, son más de 50 personas con síntomas. A eso se le suma la situación grave de mi sobrina”, comparte Virginia Colipán, que además de tía de Tisiana es kona (autoridad territorial) de la comunidad.
Virigina relata: “Con sondas, rodeada de cables y administrándole mucha medicación la llevaron a Neuquén ese día. El médico de la clínica San Lucas, un médico especializado de Neuquén capital, nos dijo que el Síndrome Urémico Hemolítico es una enfermedad que afecta a niños y niñas menores de 5 años. La mayoría de los casos es producido por la bacteria escherichia coli, que ingresa al organismo vía oral, coloniza el intestino y produce una toxina denominada shiga. Pasa al torrente sanguíneo y se deposita en los riñones provocando la destrucción de glóbulos rojos, plaquetas y afectando la función renal. Por eso le empezaron a hacer varias transfusiones de sangre. Aterrador. Imaginate que puede llegar a necesitar un trasplante de riñón, o incluso puede no sobrevivir”.
Se comprueba el espanto
5 de febrero. Llega el primer resultado de la muestra de agua que se realiza en el domicilio de Tisiana y en la Escuela número 161 de Payla Menuco, luego del pedido de la Zona Sanitaria IV de la provincia de Neuquén. Da positivo con la bacteria escherichia coli. Hay materia fecal en el agua.
El caudal de agua es de la red que proviene de la cuenca Quitrahue, que atraviesa a la comunidad a través del arroyo Blanco. Vertiente que viene directamente del cerro Chapelco. Chapelco proviene del mapuzungun (idioma mapuche) y significa “agua de Chapel”, un arbusto que crece en la zona. Es la cabecera de la cuenca Trabunco-Quiltrahue, recepción de todo el subsistema hídrico que irriga y provee de agua a la comunidad.
Sin embargo, el cerro hoy es más conocido por su centro de esquí que tiene en concesión la empresa Nieves de Chapelco S.A. desde 2006 y hasta 2025. Tienen 1600 hectáreas de área esquiable. Si bien está en el ejido municipal, el organismo de aplicación y quien termina otorgando la concesión es el Instituto Provincial de Juegos de Azar de Neuquén.
Juan Cruz Adrogué, con la Inversora Lolog S.A., compró la concesión y se convirtió en el director principal y presidente en 2010, aunque ya era director titular en 2006. Además, es apoderado de Papelera NOA S.A., ex Celulosa Jujuy, adquirida por él en plena quiebra de 2001. Nacido en San Isidro hace 58 años, es abogado y egresado de la Universidad Católica. Y acompañó este febrero, junto a otros 30 empresarios, al presidente Javier Milei en su primera gira oficial al exterior, en Roma.
Un caudal de responsabilidades
14 de febrero. Comienzan a bajar pobladores de Payla Menuco y Newen Antv a la plaza de San Martín de los Andes, que tiene como centro un caballo y arriba al prócer libertador. Está rodeado de pañuelos de las Abuelas que marcan un horizonte, y el Nunca Más que se repite como eco en cada plaza. Con la wenüfoye (bandera mapuche) en la mano, llega caminando Virginia a la plaza. El objetivo es ir al Concejo Deliberante a exclamar por la situación. Pero antes un purrün (danza mapuche) para fortalecer el newen (fuerza) de aquellos que reclaman que no sólo enferman su cuerpo, sino también su espíritu. ¿Qué queda sentir después de que tomás agua con materia fecal?
Hablan en representación de 200 familias que beben de ese agua en Payla Menuco y 50 familias del paraje cercano Newen Antv que se ponen en alerta tras el resultado también positivo de la muestra de agua del 6 de febrero. “Ko ta mognen. El agua es vida. ¡Cuidémosla!”, está escrito en uno de los carteles que circulan entre los pobladores. Al paso del purrün, caminan hasta el Consejo para plantear la situación.
“Ésta es el agua que tomamos todos los días, ¿quién se atreve a tomarla?”, exclama Mirta Colipán, tía de Virginia, al dejar una botella en el centro de la mesa rodeada de concejales. Hablan el longko (autoridad de la comunidad) y pu konas (autoridades territoriales). Exponen y reclaman una solución.
El lugar es chico y los asientos parecen en su mayoría reservados para quienes trabajan allí. Hablan de la cloración que se hizo para subsanar la contaminación días posteriores al estudio. Del plan de contingencia, con bidones de agua potable. Mencionan una promesa de cambiar la red de agua, con inversión provincial.
El diálogo es largo. La propuesta es seguirlo en el salón municipal junto con el intendente Carlos Saloniti.
En un círculo propuesto por la comunidad, se desarrolla el diálogo por más de dos horas. Se va y se vuelve sobre los mismos puntos, las autoridades se pasan la pelota de las responsabilidades. La red de abastecimiento que brinda la Cooperativa de Agua, ¿fue ineficiente en el cloro? El cerro es responsabilidad de la Provincia de Neuquén, tiene que ser quien invierta y ejecute las obras, reclaman los municipales.
“¿Y al Tío Rico no le podemos decir nada?”. Alza la voz Pastor, un lamgen (hermano) de la comunidad. “Si no tenemos los fondos de la Provincia para ejecutar una obra bien elaborada, tenemos que hablar con el Tío Rico, que se sigue llenando los bolsillos”. El Tío Rico es el centro de esquí, que llegó a recibir más de 7.000 turistas en un solo día. ¿Puede una empresa contaminar una cuenca y no ser responsable? Nadie se quiere hacer cargo de las consecuencias de dirigir la mirada a una empresa que mueve gran parte del turismo y el trabajo en la ciudad.
Mientras los responsables siguen ganando plata, contaminan el agua del arroyo de un paraje. El agua corre, y corre hasta desembocar en el Lago Lacar. ¿Hasta cuándo puede no resolverse el problema de fondo? La salud de la gente depende de la salud del territorio. Hace más de veinte años que la comunidad lo dice.
Lo que la nieve tapa, el verano derrite
19 de febrero. Nieves del Chapelco S.A., concesionaria de Chapelco Ski Resort, saca un comunicado. En él aseguran un gran compromiso con el ambiente y un control permanente del lugar.
“Los informes y la certificación efectuada por la Cooperativa de Agua Potable de San Martín de los Andes respecto de la red cloacal que cubre la totalidad de las instalaciones del cerro y el informe técnico emitido acerca del funcionamiento de la planta de tratamiento, acreditan cabalmente que cualquier eventual contaminación que pueda producirse aguas abajo del centro de esquí en ningún caso es responsabilidad del Cerro Chapelco”.
20 de febrero. Tras lo acordado, una comitiva de concejales municipales de distintos partidos políticos, la Defensoría del Pueblo, personal técnico del organismo de control y las comunidades de los parajes Payla Menuco y Nahuel Antv salen rumbo a la base del cerro Chapelco, donde se encuentra la planta de efluentes cloacales que opera la Cooperativa de Agua S.A.
En la planta está Santiago Reinoso, jefe de plantas de proceso desde enero. Había renunciado en octubre, sobrepasado de responsabilidades laborales, y debió regresar por un pedido desesperado. Además del recorrido a la planta, cuenta Santiago: “las herramientas que tenemos para trabajar son muy limitadas” y “el faltante de personal también lo es”. Entre las problemáticas, el mantenimiento se realiza solo 8 horas diarias, cuando la planta debería estar con atención las 24 horas los 365 días. Vecinas y vecinos de la comunidad mapuche aseguran que en invierno, en plena temporada de esquí, la planta en determinadas zonas rebalsa.
Federico Botempo también es parte de la recorrida. Está a cargo del servicio de agua potable de la Cooperativa. “Por ahí cuando está muy alto el caudal de ingreso y supera lo que puede tratar la planta, se produce que se levantan los mantos y hay un desborde. Lo ideal no sería eso. Si pasa eso, es porque hay una obstrucción. Hay mucha grasa que entra al sistema. Sumado a lluvias, nevadas, todo lo que llega por sobre los canales de la red, sino da abasto, por algún lado salta”.
No se sabe cuál es el caudal de aguas grises de ingreso, ya que no tienen caudalímetro. Mientras en invierno colapsa, en verano “el caudal es bajo y la carga orgánica que recibe la planta es poca”, explica Santiago. “Eso perjudica el proceso, entonces no sirve tampoco”. Según sus palabras, la problemática se arrastra desde sus inicios: “No se realizó un diseño especializado para la zona. Es una planta que no tiene el proceso adecuado para la zona en la que está. Además, todo esto se vierte al lecho, que no es lo suficientemente grande, ni bien planificado”. Desbordes por fuera y por dentro.
La visita no termina en la planta, enseguida se camina hacia la base del cerro Chapelco, que hoy tiene la concesión Nieves de Chapelco S.A. En la base del cerro, en un pozo séptico brota líquido y un olor nauseabundo se puede percibir. 90 metros de profundidad para destapar. En el camino no es el único pozo que muestra líquido que sale por fuera de las cañerías. En invierno la nieve lo tapa y no se ve. La nieve lo tapa mientras los turistas esquían por arriba.
Pero no es lo único que tapa. De un lado, los teleféricos y el riego prendido para regar el pasto. Del otro, un tobogán y, entre los árboles, un basural. Esa chatarra, en invierno, también queda tapada por la nieve. Pero ahora es bien visible.
Entre medio de la basura conversan la comunidad con las y los concejales. Virginia Colipán, tía de Tisiana, está ahí. Sus abuelos también. Virginia, que además estudia el profesorado de Biología, alza la voz: “Es tan evidente, como decía recién el concejal. Imagínese que estamos viendo toda esta basura, que no es solamente basura visual, sino que esto se va directamente a las napas por la cantidad de químicos que tiene, y está a unos metros el arroyo naciente de las aguas. Ha fallado el organismo de control, la Municipalidad de San Martín de los Andes, la Provincia de Neuquén. Mirando para otros lado, frente a una concesión que se lleva mucha plata. Entonces, me parece que no podemos dejar en manos de nadie más, nosotros como afectados directos de un lugar que lo necesitamos por un derecho básico que es el derecho al agua sana”.
Hoy sale a la luz por Tisiana, que sobrevivió, pero aún no están claras las consecuencias que pueden sufrir sus riñones. Hasta los 16 años, todos los meses va a tener que visitar a un doctor.
¿Cuánto más soportan los cuerpos?
¿Cuánto más pueden contaminarse los territorios?
¿Hasta cuándo?
Ko ta mongen. El agua es vida.
Un río lleno de mercurio y una comunidad indígena enferma
La extracción de oro, que se realiza en el norte de la Amazonía, del departamento de La Paz, Bolivia, contamina los ríos y los peces que viven en ellos. Decenas de poblaciones viven con riesgo de enfermar a causa del mercurio que envenena sus cuerpos. El Gobierno ofrece pocas respuestas para frenar la destrucción ocasionada por mineros cooperativistas y empresas extranjeras que llenan sus bolsillos a costa de la enfermedad.
Los peces más contaminados y depredados del mundo
Una investigación alerta sobre la cantidad de agrotóxicos encontrados en el tejido muscular y en las vísceras de los sábalos de los ríos de Santa Fe. Pero además de esa contaminación, en esa provincia crece, cada vez más, la depredación de las especies por parte de frigoríficos, que saquean la fauna sin el más mínimo control del Estado provincial. "Esto también es extractivismo", denuncian organizaciones. El fallo judicial que busca amortiguar este despojo, alejado de cualquier debate electoral.
Abren la canilla y salen gusanos
Habitantes de San Antonio de los Cobres caminaron tres días hasta la capital salteña para reclamar por agua que puedan consumir. El acueducto que Urtubey prometió en 2014 iba a tardar seis meses, pero aún no existe. Mientras, aumenta la cantidad de personas enfermas.